LAS MUJERES OLGUIN Y EL TIO LEJANO.



El tiempo de vida de Don Fernando Olguín de 60 años de edad, llegaba a su fin víctima del cáncer de pulmón, que como pasa en muchas personas, nunca iba al hospital a revisarse a pesar de ser un hombre con mucho dinero, no le importo su salud fumaba varios puros diarios y como viajaba constantemente, nunca tenía tiempo para ir, y cuando quiso hacerlo, fue demasiado tarde.


Su hijo y uno de los herederos de la gran fortuna, lo lloraba junto a su, hermana, esposa, cuñado, hijas y sobrina, en un funeral muy triste que se prolongó por largos tres días, en que los que amigos y conocidos todos ellos de familias muy bien acomodadas, lo llenaban de condolencias y recuerdos que el señor había dejado. Entre ellos también estaba el tío Narciso que a continuación lo conoceremos un poco más.

Fernando (el hijo tenía el mismo nombre que el padre), solo podía recordar la última platica que tuvo con su padre antes de su deceso, en donde le pedía unas cosas al igual que le daba unos consejos.

--Hijo, debes engendrar un niño varón lo antes posible, es mejor que nuestros negocios queden en manos de un hombre, decía preocupado el anciano propietario de una gran fortuna, que no se olvidaba de ella ni en su lecho de muerte. --También te pediré que, nunca corras de tu lado a nuestro familiar, mi primo Narciso, a pesar de todas las idioteces que se hablan en la familia él fue mi gran amigo desde pequeños, sé que tú nunca lo has aceptado como tal, pero recuerda que ya tiene 58 años y no tiene un lugar adonde ir… es todo lo que te pido Fernando y sé que no me defraudarás.

Don Fernando siempre se llevó muy bien con su primo Narciso, que era el hijo de su tío favorito y que lo engendro con una ama de llaves de su padre. Toda su vida había sido muy cercano a su primo Fernando Olguín (padre), quien ahora fallecía y se preocupaba por su único amigo verdaderamente sincero que tuvo en toda su existencia, según pensaba el viejo moribundo.

--Por ultimo te daré un consejo, el pobre de don Fernando ya estaba en las ultimas pero aun pensaba en el trabajo, --Los negocios son primero que todo, más que tu propia esposa, más que tus hijas, más que todo!!..., por eso te digo que debes tener un hijo varón, tus hijas lo echarían todo a perder y el apellido Olguín debe seguir, si  tu hermana Vanesa llegara a tener el hijo hombre, no llevaría en primer lugar nuestro apellido, ¡hijo por favor prométeme que te encargaras de esas cosas!, Fernando hijo prometió que todo se haría como él decía que dejara de preocuparse, pero Fernando padre seguía insistiendo para él, esto que acababa de pedirle era muy, pero muy importante, días después de que el honorable señor fallecía, seguro de que su hijo respetaría su última voluntad.

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Fernando Olguín era el heredero principal de toda la fortuna de la familia, con el 75% de dinero y empresas, mientras que su hermana la hermosa Vanesa Olguín, solo tenía el 25% de ellas, esto era porque su padre así lo había decidido antes de su muerte.

Fernando contaba con una linda familia integrada por su esposa Jimena, y dos hijas Ariadne de 18 y Patricia de 17 candorosos añitos, o Paty como le decía el cariñoso matrimonio por ser la más pequeña.

Mientras su papa vivía, Fernando no tenía tanta responsabilidad en las empresas y podía pasar un buen tiempo con su familia, pero todo esto cambio cuando su padre paso a mejor vida, ahora las empresas y negocios eran su responsabilidad, así que tomo la decisión de enviar a la pequeña Paty a un internado de señoritas, mientras su hermana mayor Ariadne, estudiaba una carrera en el extranjero, esto era porque ya casi no tenía tiempo para ellas, otra razón era porque quería que su esposa estuviera en la mejor forma para poder engendrar un hijo varón, que pudiera como él lo había hecho heredar la cuantiosa fortuna, que por tradición le daban al primogénito de la familia.

La señora Jimena de Olguín de 37 años de edad, a pesar de ser madura se veía espectacular y más joven de lo que realmente era, ya que podía aparentar unos 10 años menos, gracias a todas las finas cremas y maquillaje que usan las féminas de ese calibre, y sin necesidad de ejercicios ya que hembras de tan tremenda trascendencia su femineidad y curvas lujuriosas las traen en su mismita esencia de mujer, como así mismo estas sabrosas características se las había heredado a las dos preciosas criaturas que tenía por hijas.

Estas peculiaridades femeninas y físicas hicieron mella en ella, ya que a pesar de haber dado a luz a dos niñas, hacían que tuviera la cintura de una señorita. Con un vientre plano, de grandes pechos que se sostenían por si solos mostrándose erguidos y firmes no recordaban haber amamantado a dos bebes, y ni hablar de sus nalgas redondas sin rastros de celulitis o cualquier otra marca, que bajaban para terminar en un par de piernas muy bien dibujadas, duras y muy femeninas, su cabello castaño y ondulado largo casi a la cintura, en su cara de piel apiñonada, se podían ver unos labios carnosos color rosado de lindos dientes blancos, los ojos cafés felinos penetrantes, siempre muy bien maquillados y una nariz respingada.

Jimena tenía una particularidad entre las mujeres de su estatus, pues casi la mayoría de su círculo social eran grandes señoras de gustos refinados y buenas costumbres, pero ella a pesar de ser muy bien portada, sentía una necesidad sexual que su marido no podía apaciguar, era verdad que lo quería mucho, pero ella era un fogón el cual su marido nunca podía apagar, siempre la dejaba con ganas de más y ella en algunas ocasiones, tenía que terminar el trabajo con sus delicados dedos y en el baño, ya sea dándose una ducha de agua fría, o manoseando su entrepierna en una faena masturbadora, y no era que Fernando hiciera mal su trabajo, pero el señor estaba más concentrado en hacer un hijo varón, que en darle placer a su esposa.

Jimena y Vanesa (su cuñada), una vez a la semana se juntaban ya sea en la casa de una o de la otra, a tomar un café y viborear porque no decirlo a sus respectivos maridos o a platicar de sus tiernas hijas, mientras Jimena estuviera distraída no se preocupaba, pero esto con la partida de sus hijas, se convirtió en un problema ya que tenía mucho tiempo al día sin ninguna ocupación, y eso solo acrecentaba el calor que la señora de Olguín sentía por dentro y justo al medio de sus piernotas.

Jimena no sabía porque se sentía la mayoría del tiempo así con calor, era muy joven para que le diera la menopausia, y muy grande para sentirse inquieta como cualquier jovencita, entre más pasaba el tiempo más inquieta se sentía y las sesiones de cama con su marido no la tranquilizaban, sentía comezón todo el día y esto era porque no hacía nada como su cuñada, que al menos tenía la distracción de sus asociaciones para niños de la calle, ella solo salía a dar vueltas en su carro estaba desesperada.

--Jimena como has estado?, llegaba Vanesa a platicar un rato con su cuñada mientras merendaban, las dos se llevaban muy bien y este momento lo tomaban como relajación, para contarse los nuevos chismes de la gente de su círculo social.

--Me encuentro bien… y tu como estas?, las dos distinguidas señoras se sentaban en la mesa de jardín que tenían, la plática amena como siempre se alargaba unas buenas horas en risas que sacaban cuando recordaban sus vivencias en la universidad, ya que desde ese tiempo se frecuentaban.

Don Narciso, era el viejo tío allegado en la familia, desde muy joven llego a vivir a la gran casona de su primo Fernando, este era el único de sus familiares que no sentía vergüenza de su descendencia.

El tío Narciso a pesar de llevar el apellido Olguín, siempre fue menospreciado por la familia, ya que no lo aceptaban por ser hijo de una mucama que se había acostado con uno de los patrones, lamentablemente para el su progenitor nunca lo reconoció como tal, fue su madre quien le puso el apellido del hombre que fue realmente el culpable de que el naciera.

Fueron muy pocos los integrantes de la familia Olguín que reconocieron que el muchacho llevaba su misma sangre, y que se encargaron que este tuviera estudios y que no pasara incomodidades, fue así que desde niño hiso gran amistad con Fernando. Pero sus traumas de niñez al sentirse segregado de los demás, lo hicieron adquirir un carácter excéntrico, el solo se auto discriminaba cuando habían eventos en donde se juntaba la mayoría del clan Olguín.

Fue así que al cumplir la mayoría de edad simplemente se largó por unos buenos años al extranjero, en donde despilfarro el dinero que le habían reunido algunos familiares, para volver tiempo después totalmente arruinado, pero sí muy dicharachero, fue su primo Fernando quien lo recibió de buena fe y le permitió vivir en su casa para que el hombre no pasara necesidades como el muchas veces vio que este padeció en su niñez.

Pero el paso de los años se encargó que Narciso Olguín cada vez más fuese volviendo a su extraño estado de mutismo como el de su niñez, quiso devolverle el favor a su primo Fernando encargándose el mismo de dirigir a la servidumbre que atendían en la casa, y de ciertos trabajos que se hacían en esta misma que a veces requerían de alguien de confianza, sumado a que desde que enfermo su primo temió que sus descendientes lo corrieran de la casa, el casi no conocía a su sobrino ya que este siempre lo había mirado por debajo del hombro a pesar de que él lo había visto crecer y hasta le había sonado los mocos, a la bella chamaca que tenía por sobrina si la conocía y muy bien ya que desde que la linda muchachita tomo cuerpo de mujer este se esmeraba en andarla espiando por toda la casa, hasta que su libidinosa entretención se le término de una ya que la joven se casó y tuvo que marcharse del hogar.

En la larga enfermedad de su primo y benefactor, don Narciso poco a poco se comenzó a involucrar aún más en las tareas que demandaba administrar la gran estancia que Fernando (padre) tenía por hogar, de alguna forma quería sentirse y mostrarse útil, para que cuando llegara el momento del deceso sus hijos no lo fueran a botar a la calle. Fue tal el grado de involucramiento que la misma esposa de su sobrino no sabía si aquel hombre que se paseaba por la casona dándoles órdenes a los empleados era verdaderamente familiar de su esposo, o era una especie de mayordomo con ciertos derechos.

Fue al siguiente día de la muerte de don Fernando que su hijo le informo abiertamente a su familiar no reconocido que debía dejar su habitación y cambiarse a las habitaciones de los empleados que estaban cercanas a la cocina, diplomáticamente le puso en conocimiento que desde ese día el solo era un empleado más en esa casa. El tío Narciso no se hizo problema, ya que desde hace rato que el venia cumpliendo labores similares, además que estaba claro que a su edad no tenía a donde ir.

El asunto es que para esa misma tarde don Narciso siempre serio, miraba a las señoras sirviéndoles todo lo que pedían, ya que desde que había muerto su primo, y después de la conversación con su sobrino, el solo se había auto convencido de que si no se comportaba en forma servil lo más seguro es que lo despacharían, así que el mismo se dio el puesto de ser comandante en jefe de todo el personal de servicio en forma ya más oficial, además que este puesto le otorgaban ciertos derechos, estos eran el poder tener control de lo que pasaba en el seno familiar, ya que notaba que el niñato de su sobrino andaba más preocupado de los negocios que de atender como se debe a semejante Diosa que tenía por esposa, aparte de menoscabarse el solo al saberse hijo de uno de los Olguín con una mucama, como ya se dijo anteriormente.

Vanesa  lo conocía de toda la vida, era el tío que siempre vivió con ellos, pero que por alguna extraña razón casi nunca hablaba con nadie, solo se distendía en los tiempos en que su difunto padre aún vivía con ellos, mientras que Jimena solo lo hizo un poco antes de que se casara con Fernando.

El tío Narciso veía a Vanesa como a su hermosa sobrina de siempre, pero no era lo mismo con Jimena, a ella la veía como una mujer calientemente atrayente para él, ya que desde que la conoció sentía como se le paraba la verga al verla hacer sus quehaceres por la casa, la encontraba como una hembra deseosa de sexo, y no sabía porque recientemente la miraba con más deseo, no podía quitarle la vista de encima.

--¿Vanesa, te puedo platicar algo?, pregunto la señora algo intranquila, Vanesa pregunto qué era lo que le pasaba, a lo que Jimena comenzó a relatarle un sueño que tuvo hace poco.

--Veras… hace unas noches comencé a soñar que iba por la calle con un vestidito negro muy corto, y unas zapatillas altas, todos los hombres me miraban de una manera muy rara, me desnudaban con la mirada, al principio me sentía apenada por salir vestida casi como una mujerzuela, pero después un hombre de avanzada edad se me acercaba, y me decía una leperada refiriéndose a mi trasero y a mis senos, no supe porque pero me gusto, al voltear era un viejo: feo, flaco, chimuelo, todo mugroso, su sonrisa no era normal, era una risa llena de deseos y ansias por mi cuerpo, y cuando le iba a decir algo desperté bañada en sudor… Vanesa no podía creer lo que escuchaba de su cuñada, nunca pensó que su plática se refiriera a algo sexual, ellas casi no tocaban ese tema, pues Vanesa sentía que las dos eran muy recatadas, aun así le contesto,

--Jimena no sé qué decir…, yo nunca he tenido un sueño así, ha de ser muy rico que todos te miren en la calle no crees, pero tendrían que ser hombres apuestos, y no con un viejo tan vulgar y caliente como el que tú dices… con uno así lo único que me ocasionaría seria asco… jijiji, dijo Vanesa con algo de picardía, pero la respuesta no fue de mucha ayuda para su cuñada.

--Hay Vanesa, pues déjame decirte que en las reuniones, fiestas, o cuando vamos a la playa de vacaciones, todos se nos quedan viendo ¿Qué no te has dado cuenta que somos hermosas?, Jimena trataba de adentrarse más en la plática, a ver si su cuñada le podría hacer una confidencia como la que ella le había hecho, pero noto que Vanesa se puso colorada, muestra que a ella también la gustaba que la mirasen, como ella le había relatado de su sueño.

--Pues sí, pero a mí me molesta un poco, por eso siempre trato de vestirme algo tapada, porque hay cada tipo que deberás se pasa, pero si se siente bien que a veces nos miren con deseo, le respondió la cuñada para después cambiar el tema, y seguir con otra cosa.

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--Putas!!!, no son más que unas reverendas y vulgares putas disfrazadas de señoras!!!, de Jimena lo creía ya que me caliento con solo mirarle la cara de zorra que se gasta, pero de Vanesita que le guste que le miren el culo y las tetas!!!, esto es nuevo para mí… ¡rameras de mierdaaa!, don Narciso había estado escuchando la conversación de sus sobrinas escondido detrás de la puerta que daba a la terraza del elegante jardín, escuchando la historia de la cándida esposa de su sobrino, cada vez más se convencía de que esa era una puta cualquiera, en los años que llevaba espiándolas en su mente se había formado un extraño lazo que lo unían a ellas, era como si se sintiera dueño de sus emociones, este era el motivo de su gran enojo al haberlas escuchado hablar de hombres, el viejo estaba celoso, --Ya esta zorraaaa!!, me meteré en tu cama… si quieres hombre, hombre tendrás putaaa!!!, el caliente tío político ya se veía acostado en su cama, se convencía de que la señora si era así de lujuriosa como la había oído en aquellos momentos, esta le prestaría el culo sin darle muchos problemas, calculaba que si era así de caliente con unos cuantos empujoncitos seria suya.

El tío Narciso no era así, muy al contrario, a pesar de haber sido en sus tiempos muy bueno para la pachanga, ahora era un tipo serio y algo enojado con la vida, respetaba mucho a su difunto amigo y primo Don Fernando, pero no así a su hijo, sentía que este era algo patán para sus cosas, y que la vida se le había dado fácil, pero no era esa la razón por la cual cambio.

Hace años atrás y antes de que naciera la primera hija de Jimena, los recién casados vivían felices en la misma casa donde lo hacían ahora, el tío  Narciso como siempre respetaba a todos los integrantes de la familia y obvio también a Jimena, la recién llegada.

El detonante fue un pequeño suceso que a él lo dejo maravillado y prendado de la hermosa jovencita, que ahora tenía por sobrina política.

Él como todos los días muy atento a lo que los integrantes de la casa necesitasen, salía de su habitación con una timidez abismante, sabía que próximamente los propietarios de la casa serian ese par de jóvenes y los debía tratar como tal, así que mientras Jimena tomaba el sol en la alberca, don Narciso que por esos años ya se adjudicaba las labores de dirigir a todos los trabajadores de la elegante casona, decidió llevarle un rico jugo de naranja con muchos hielos, después de hacerlo salió con una bandeja para entregárselo a su preciosa sobrinita, que tranquilamente estaba recostada recibiendo los rayos de sol.

Al llegar a la alberca lo primero que vio fue divino, la chica estaba totalmente desnuda, solo tenía unos lentes de sol y nada más, las grandes tetas con sus pezones erectos, el cuerpo naturalmente estilizado, sin marcas y con su panochita muy bien rasurada, la joven hembra se mostraba en todo su esplendor, don Narciso nunca había visto un cuerpo tan perfecto, tan femenino, tan lujurioso, tan deseable, no podía y no quería quitar la vista de esa alucinación, quería tocarlo hacerlo suyo en ese mismo lugar, de pronto reacciono, lo que había pensado no era correcto, así que sin hacer ruido dio media vuelta y salió del lugar, sentía que su entrepierna quería reventar, llego a su dormitorio  y se masturbo como un enajenado por largo rato con el recuerdo de aquel cuerpo desnudo que él nunca podría obtener.

Desde ese momento la comenzó a desear con todas sus fuerzas, no había otra chica más que ella, salía por las noches en busca de putas parecidas a ella para imaginar que el mismo la culeaba, pero aunque a veces se las gozaba a mil igual encontraba que no era lo mismo.

El frustrado hombre se hizo viejo y Jimena se hizo madre de dos nenotas que con el tiempo comenzaron a adquirir las mismas enloquecedoras formas que su progenitora, y a pesar de que el tiempo paso, el recuerdo de Jimena con ese cuerpo que a él le pareció el más perfecto de todos seguía vigente, en su mente el tío Narciso estaba más que obsesionado con el deseable cuerpo de la joven esposa de su sobrino.

En uno de esos días el viejo familiar lejano se miraba al espejo, el hombre de 58 años se veía flaco, estaba calvo solo tenía cabello a los lados de la cabeza, su cuerpo huesudo se erguía, su cara llena de arrugas y sus dientes amarillos pues también fumaba de los puros de su ya fallecido primo, él nunca se casó por el motivo de no poseer ni siquiera un centavo en los bolsillos, vivía de una pensión caritativa que le había dejado de por vida su generoso familiar, y obsesionado con la ahora atractiva dueña de la casa, que envalentonado por las guarradas que poco a poco él había ido descubriendo que en ella imperaban, decidió corromperla y disfrutar de su cuerpo como ella lo merecía.

Después de escuchar esa conversación, su deseo creció más y más, ahora ya sabía que Jimena era de temperamento ardiente y lo usaría a su favor, por lo general en la casona solo se encontraba el personal de servicio, ella la señora de la casa, y por su puesto él quien a su vez se encargaba de dirigir todo, del mantenimiento del jardín, de lo que se prepararía de comida para la semana, de verificar que se haya hecho la limpieza por toda la casa y del lavado de la ropa de sus benefactores.

Hubieron muchas ocasiones en que el viejo Narciso se iba a encerrar el solo a la sala de lavado, para comenzar a oler toda la ropa interior sucia de Jimena, para él era el mejor aroma, se pasaba las pantaletas de la señora por la cara, se masturbaba con ellas, lanzando sus mocos disparados hacia la ropa de Jimena, para luego limpiarse la verga con esta misma,  y a posterior de esto calentarse aún más al verla con la misma ropa puesta ya lavada que el había ensuciado con sus mocos.

La hermosa dama ni siquiera se imaginaba de lo que sucedía con su ropa antes de ser lavada, ya que ella nunca hacia nada si estaba en la casa, solo salía de su habitación a comer y era muy esporádicamente, ya que la mayoría de las veces lo hacía en algún restaurant acompañada de alguna de sus amigas.

Don Narciso llevaba semanas recordando las salidas palabrotas que había logrado escuchar hace algún tiempo, sobre todo cuando la esposa de su sobrino platicaba de su sueño sucio, se imaginaba que él era el viejo que le decía las leperadas, y que después terminaban revolcándose como desesperados en la cama de su sobrino, no aguantaba más debía intentar algo, y sin pensar en las represalias comenzó  a urdir su plan.

Jimena por otro lado, recibía la noticia de que sus hijas regresarían después de un ciclo escolar lejos de ella, que fueron buenas noticias pues ella ya sospechaba que sus calores eran de que no tenía con que distraerse, y estando sus hijas con ella olvidaría las sensaciones de su cuerpo.

--¿Qué es esto?, se preguntó Jimena al ver la ropa de una de sus hijas en su propia cama, --¿Pero que hace aquí?, seguro el tío Narciso  se equivocó y lo puso en mi habitación por error, Jimena quien con el tiempo había ido aprendiendo a ver al tío de su marido más como un mayordomo que como su propio tío político, veía normal que este se preocupara de cuestiones domésticas y que se involucrara con la servidumbre, total para eso también le pagaban pensaba en ocasiones, pero ahora continuaba mirando aquel vestido negro que era de su hija mayor Ariadne, este era muy corto pues era de cuando su hija era más chica, algo en ella le pareció muy sexy, y si se lo ponía solo para ver si le quedaba?. –No, no creo que me quede de los senos, hay Jimena que estás pensando, mejor me voy de aquí, quiso dar media vuelta pero al contrario de eso caminó hacia el vestido, volteo a ver en todas direcciones, como si estuviera por hacer algo muy malo.

En un abrir y cerrar de ojos estaba casi desnuda, el conjunto de sujetador y cuadros de encaje café se le veían muy bien en sus carnes, tomo el vestido y lo subió por sus torneadas piernas, para después meter los brazos en sus respectivas mangas, el vestido tenía un cierre adelante, la señora acomodo sus senos de modo que pudiera subir el cierre hasta arriba, pero por más que hacia esfuerzo no lo lograba, retiro el sujetador de su cuerpo, pero aun así no lograba subirlo, estuvo a punto de desistir, pero en un tirón logro subirlo casi hasta arriba, lo bastante para no enseñar de más.

Se miró en su espejo de cuerpo entero, la falda de vuelo le quedaba un poco más arriba de medio muslo, sus esbeltas piernas se veían divinas, sentía que con el caminar podía enseñar parte de su trasero, acomodo su cabello, se giró una, dos, tres veces, el vestido se le entallaba a su cintura perfectamente, se paró de puntitas se veía como una chiquilla.

Rápidamente abrió su closet, donde tenía un sin fin de zapatos, botas, sandalias, tenis y zapatillas, se puso unos tenis negros con blanco y unas tobilleras, le dio la impresión que parecía una tenista como María Sarapova, se hizo una coleta en el cabello y se puso una gorra, sonriendo le vino a la mente otra travesura.

Se quitó los tenis y volvió a su closet, esta vez saco unas botas largas a las rodillas cafés fuerte de gamuza, se las puso retirando también la gorra y acomodando su cabello, parecía una jovencita muy sexual, poso como si delante de ella tuviera una cámara, se acomodaba según ella, en posiciones que la hicieran ver como una chiquilla mimada, con el dedo en la boca lanzaba besos al espejo.

Una vez más volvió al closet retirándose las botas, busco y busco entre todas las zapatillas, encontró unas de tacón altísimo abiertas, con un lindo moñito color rojo en los dedos, que se amarraban de un lazo largo que subía  entrelazados a las rodillas, ansiosa por verse se apuraba a amarrarlas, la tarea era larga pues las ansias de ir al espejo eran muchas, termino su tarea y fue al espejo, asombrada se miró extremadamente sexy, entre más se probaba las cosas y se miraba al espejo más caliente se ponía.

--Ya sé lo que me falta, se dijo y fue a su cajón donde guardaba todos sus aditamentos para maquillase, se sentó en su tocador y rápidamente escogió colores muy fuertes los que casi no usaba, un morado para sus ojos, un rojo encendido para sus labios, se puso de ese mismo color en sus mejillas y lo difumino con sus dedos para darles color, se alboroto un poco el cabello sin despeinarse. --¡Ooohh dios mío! ¡Soy una guarra! ¡Una fulana! ¡Una cualquiera! ¡Qué puta me veo! ¡Aaahhhhhhhyyyy!, sintió que le recorría algo dentro de su cuerpo, en su vagina una gota de líquido se expandía hacia sus muslos, no podía despegar la vista del espejo, su rostro se comenzó a descomponer, vio que su lindo rostro se había convertido en el de una vulgar prostituta, en el de una guarra, sus manos temblorosas se introdujeron en la falda para comenzar a bajarse los calzones, junto sus piernas y la prenda interior cayo por si sola a sus tobillos.

--¡Aaaaahhhhh! ¡Qué me pasa, necesito un hombre, el que sea! ¡Cójanme ahora, lo necesito!, en su mente estaba su sueño, su fantasía, necesitaba salir a buscar a cualquiera, no había tiempo de esperar a su marido.

Tock…! Tock…!! Tock…!!!, --Señora tiene una llamada urgente!!, se escuchó detrás de la puerta, era don Narciso el viejo tío de su marido que ella veía como un simple sirviente o un mantenido, en sus manos tenía el teléfono de la casa pero solo era un pretexto, el viejo había instalado una cámara en cuarto matrimonial, y había visto toda la función que Jimena sin saberlo le había ofrecido.

--Si ahora abro!!, espere un momento!!!, le grito desde dentro, ella se derretía en su calor, un calor que como un volcán debía sacar, se calmó un momento algo en ella le decía que primero se pusiera sus calzones, pero muy al contrario de hacerlo simplemente abrió así como estaba.

--Aquí tienes sobrina, don Narciso le dio el teléfono avanzando al cuarto, el nunca entraba si había alguien, pero pensó que la esposa de su sobrino le cerraría en la cara, con una sonrisa depravada la miro, el cierre se le había bajado casi por debajo de sus grandes senos y ella no se había dado cuenta, Jimena tomo el teléfono sorprendida, sintió nuevamente que su fantasía cobraba vida.

--Bu… bueno … bu… bueno, pregunto Jimena nerviosa de que el viejo y mantenido familiar de su esposo la mirara así como en su sueño, se volteo pues se percató de que sus senos casi estaban al aire, y don Narciso ya los podía ver casi en su totalidad.

--Bu… bue… no… bu… bueno, volvió a contestar. El timbre de que no hay nadie del otro lado de la línea se hizo evidente, al momento que sintió las manos del viejo familiar tomarla de la cintura, y en su oído el sonido de la pastosa voz que le decía.

--Que puta ramera te vez esposa de mi sobrino…!!! Sé que lo único que quieres es que ten den vergaaaa!!... Guarra asquerosaaaa!!!, mira si ni te pusiste calzones pedazo de zorraaaa!!!, Jimena paralizada y agitada, poso su vista en el espejo, el viejo tío lejano de su esposo rápidamente le había subido la falda dejándole toda la zorra al aire, miro también que el flacuchento familiar tenia los pantalones totalmente en los tobillos, al tiempo que sentía como algo de gran tamaño se posaba en sus redondas y bien formadas nalgas.

--Pero que es lo que hace viejo cochinooooo!!! Sueltemeeeee!!!, Jimena a pesar de haberse sentido más que caliente hace pocos instantes, ahora se sentía asqueada por la aberrante situación en la que ese viejo familiar de su marido la tenía…

--No te hagas la santurrona puta de mierdaaaa… yo sé que llevas semanas estando sedienta de vergaaaa!!!, jajajaja… pues ahorita mismo es lo que vas a probar…

La pareja mientras discutía con sus cuerpos hacían espasmódicas elongaciones una para intentar desembarazarse de aquel sátiro, y el otro dispuesto a violársela como de lugar, por fin esa hembra infernal iba ser de él, incluso y por si algo fallaba hasta tenía una maleta lista y dispuesta para luego de consumar el acto sexual largarse de aquella casa en donde siempre lo habían mirado en menos y estigmatizado debido sus orígenes maternos…

Jimena al notar que el vejete a pesar de ser delgado tenía muchas fuerzas quiso apelar a la sensatez del hombre,

--Tiooo, por favor no vaya a cometer una estupidez… esto lo sabrá mi marido y lo más seguro será que lo denuncie y puede ir hasta a la cárcel… por favor déjemeee!!!, le decía entre medio de sus desesperados movimientos…

--Cállate zorraaaa… y coopera si no quieres que te zurre hasta que pierdas el conocimiento… yo se lo yegua que eres para tus cosas… acaso ya se te olvida que te calientan los viejos feos y lujuriosos como yo!!??

Jimena escuchaba despavorida a la vez que sentía como las manos de su tío pobre la recorrían por distintos sectores de su cuerpo, se preguntaba de como el tío Narciso sabía algo de sus íntimos secretos,

--Eso no es verdad… yo solo deseo hacerlo con mi maridooo…

--Mientes putaaaa… a ti te calientan los viejos asquerosos que deambulan por las calles mirando a zorras estiradas como tu perra de mierdaaaa, jajajaja!!! Pero tranquilita que hoy se cumplirán tus sueños… que mejor que tu despreciado familiar, ese mismo al que tu marido no le dirige la mirada sea el que te haga bufar de calentura, jajajaja… ya verás zorraaaa…

El sonido de la respiración agitada de la señora, se escuchó como contestación, ella miraba por el espejo, no quería voltear y ver al tío Narciso de frente, le daba mucha pena y ya estaba más que nerviosa y asustada, comenzó a sudar y a sentir que las manos huesudas de su familiar venido a menos subían por su angosto talle acariciándola, debía pararlo detener la locura que estaba por suceder, pero debido a las salidas palabrotas de su desmadejado familiar su cuerpo no le respondía, el tío Narciso continuaba con las leperadas…

--Yo nunca te creí una señora tan decente como le aparentabas a todo el mundo, jajajaja, pero si una perra calienteeee!!!, sientes lo que está entre tus piernas putonaaa!?, se escuchó una vez más la voz con aliento a Tequila y a tabaco, esa voz que azoraba a Jimena, ella era de estatura baja pero con las altas zapatillas, los dos cuerpos quedaron perfectamente bien acoplados.

--De…déjeme a… aléjese usted es el tío pobre de mí maridoooo…!! !Oooooohhhhhhh!, Jimena le sostenía las manos al viejo con las suyas, tratando de que el caliente familiar no le agarrara sus senos, pero las retiro cuando miro hacia abajo, la cabeza de la verga de su tío político se asomaba por entre los muslos de la joven y caliente señora.

--Si soy el tío mantenido de tu esposo, pero el mayor falo que te vas a comer por tu boca, panocha y  por el culo, jajajaja!!!!, apuesto a que te gustan las vergotas grandes como la mía… ¡que tetotas te cargas putaaa!, el viejo Narciso al ver que Jimena había retirado las manos, aprovecho para bajar el cierre en su totalidad y sacarle las tetas a su sobrina, que sentía en sus labios vaginales la verga venosa del caliente vejestorio.

--Yo…yo…yo…no lo hareee con us… usted!!! no… debo ¡Aaaaahhhhhh!, el eufórico vejete se comenzó a mover restregando su aparato en los labios vaginales de aquella musa de ensueño y que él estaba seguro que estaba falta de verga, ella solo cerró los ojos, sentía un tronco en sus partes privadas, se lo imaginaba grande, muy grande, su tío la tomo de los pezones y se los acaricio despacio con su dedo índice, los rascaba con sus uñas, las caricias y las leperadas en su oído estaban haciendo delirar de una manera brutal a la pobre Jimena.

--Muéveme ese culo que te gastas sobre mi vergaaa, báñala con tus jugos sobrinitaaa ¡aaaahhhhh deliciosoooo! Este humilde familiar tuyo tomara el lugar de su sobrino, jajajaja!!!, mi verga se adentrara en la mismísima zorra de la putona de Jimena de Olguín, jejejeje!!!.

--Nooooo… yo no lo hare con Usteddd… sueltemeeee… decía la elegante mujer sintiendo como ese asqueroso viejo la tenía agarrada de las tetas y le metía su larga lengua en una de sus perfumadas orejas, lamiéndosela, chupándosela, y ensalivándosela  logrando con esto que una infinidad de escalofríos recorrieran las marcadas curvas de su figura, la pobre mujer solo movía su cabeza en forma circular, al mismo ritmo de las humadas lamidas.

--Déjate de zorrerías yeguaaaa!, solo dusfrutaaaa…!!! si esto es lo que desde hace tiempo has deseado… jajajaja… , le decía el vejete en su mismo oído ensalivado, para luego continuar, --Hace 15 días que no me he bañado así que imagínate lo hediondo que estoy… y todo para cumplirte tu sueño, no es una maravillaaaa putita!?, jajajaja…

Jimena estaba totalmente alterada por la situación que estaba viviendo en su propia habitación matrimonial, la tenían inmovilizada, con las tetas afuera y mostrando la zorra, con mucha pena sentía como ese viejo que no sabía muy bien si era su familiar le restregaba su verga en su desprotegida vagina, lo que si era cierto es que este odioso hombre le estaba cumpliendo su sueño en toda ley, cada peladez, cada palabrota que el vejete resoplaba en sus oídos le iban encendiendo en ella la mecha del deseo, si hasta ya creí sentir la hediondez a cuerpo que el mismo hombre le había dicho que él le tenía reservada.

Mientras el viejo no paraba de lengüetearle el cuello, sus oídos y parte de su cara, Jimena solo se daba a sentir, por su parte el viejo solo se daba a la tarea de seguir chupándola por donde más pudiera.

La joven señora pensando en todas las vulgaridades que le estaban diciendo simplemente se comenzó a mover despacio, intentaba que su tío no se diera cuenta de ello, hacia pequeños círculos encima del tronco que se movía de atrás para adelante, los jugos ya salían de la vagina empapando el mástil de su tío político, que en estos momentos le retiraba de sus brazos las mangas del vestido, para dejar expuesta a la bella dama de la parte de arriba.

--Déjemeee!!!, se lo suplico, soy una mujer casada y decente, no puedo hacerle esto a mi marido y menos con el viejo tío que las hace de mayordomo en la casa!!!, dijo Jimena de pronto y ya excitada en demasía, comenzó a jugar ese juego prohibido, con las salidas palabrotas que el vejete le había recordado de sus lujuriosas pasiones, la habían sobre calentado y ya pensaba que ella se iba a entregar al menos preciado viejo y familiar de su esposo, que le estaba cumpliendo su fantasía sexual soñada hace poco.

--Decente tú? Si no eres más que una asquerosa ramera, una puta deseosa de un vergon, pues aquí esta uno y es solo para ti, don Narciso levanto el brazo derecho de Jimena y metió su cabeza, para encontrarse cara a cara con la teta derecha, que comenzó a devorar con su boca haciendo delirar a la señora que ya se la estaba pensando de entregarse a la situación…

--Noooo…como se le ocurre chupármelas… noooo… no lo hagaaaa…!!! Usted es feooo y asquerosoooo…!!!

Con solo pronunciar ella misma estas últimas palabras su mente le ordenaba que solo se dedicara a gozar, este viejo cumplía con todas las expectativas de su fantasía…

--Jajajajaja… solo lo dices de la boca para fuera putaaaa, vamos agarrame la verga y metetala tu solaaaa… veras que te va a encantar cuando sientas entrar por tu zorra la hedionda verga de un viejo como yo… jajajajaja!!!!

El vejete ya la había soltado y solo la tenía agarrada de sus caderas, comprobó que la señora para nada hacia algún intento por zafarse al contrario seguía meneándole el culo ahora con sus ojos cerrados…

--Plafffff!!!! Plafffffff!!!!, retumbó la doble nalgada que don Narciso le asesto en el trasero, --Qué esperas yeguaaa…!? metete tu  misma la vergaaaa!!!!

Jimena poseída por una extraña morbosidad y calentura, ya no la pensó más ni midió consecuencias, simplemente se dio a cumplir con lo que le estaban ordenando,

--¡Aaaaahhhhh! ¡Mmmmnnngghhhh! ¡Es muy grande y gruesa! ¡Qué verga ahhhh!, Jimena abriendo un poco las piernas, estiro su mano tomando con las yemas de sus dedos el falo de su tío Narciso para dirigirlo a la entrada de su coño que segregaba líquidos sin parar, parte de la verga entro casi en el acto, pues la vagina lubricaba como nunca antes lo había hecho, lo recibió sin problemas, por primera vez Jimena se sentía llena en su totalidad.

Los cuerpos comenzaron un vaivén parados sobre la alfombra del cuarto, el viejo se miraba por el espejo sonriendo, pues había sido muy fácil seducir a esa señora que lo abrazaba del cuello delante de él, con los ojos cerrados moviéndose deliciosamente trataba de meterse lo más que podía el pedazo de carne, el viejo Narciso la tomo de las tetas, se las apretaba con fuerza como solo un hombre que por años deseo tocarlas lo haría, mientras le lamia la oreja y escuchaba los gemidos de Jimena que se movía  delante de él.

El cuerpo sudado por las caricias se veía espectacular, gotas de sudor caían de su frente a sus tetas, el cuello ensalivado por las mordidas y lamidas, brillaba haciendo caminitos de saliva.

Jimena arqueo su cuerpo, quería sentir el miembro en su totalidad, los ojos los mantenía cerrados, no quería perder la concentración, en su mente estaba ese sueño que ahora era realidad y en su propia casa y alcoba matrimonial, donde solo compartía con su marido, la señora doblaba las rodillas queriendo sentir ya todo el miembro dentro de ella, su despreciado tío político al darse cuenta poso su mano en la espalda y la fue bajando, Jimena se dejó llevar colocando sus manos en el filo del tocador, inclinada y doblada como una L invertida sintió que el viejo le habría con sus manos el trasero, para empujar de una vez toda su herramienta y completar la penetración.

--¡Que nalgotas que te gastas puta de mierda, son perfectas!, el viejo la tomo de entre la cintura y las caderas y comenzó a enterrar con furia toda su verga dentro de la vagina que jugosa recibía su envejecido miembro, en su mente solo tenía las numerosas humillaciones que había recibido por años por parte de sus familiares que nunca lo reconocieron como tal, sobre todo el marido de la mujer, estos pensamientos lo llevaron a darle más duro a la hembra, que en vez de sufrir se las estaba gozando a mil.

--¡Aaaahhhhh! ¡Aaahhhh! Así tómeme fuerte!!, deme más durooo!!! ¡Que verga ahhhhh! Es grandeee… es todo lo que necesitabaaaa!!!!. La ya no tan estirada hembra totalmente inclinada deliraba de placer apoyando fuertemente las manos, moviendo su trasero hacia atrás y adelante, recibiendo verga de manera rápida y furiosa, nunca en su vida la habían llenado y culeado de esa manera.

--Jajajaja… solo mírate…, eres toda una guarraaaa!! Me voy a correr dentro de tu zorra de puta!!!! Aaaaaarrrhgggg!!!! Aaaaaahhhhh!!!!!, el viejo la levanto de los cabellos y por primera vez, ella se miró al espejo toda sudada con sus piernas separadas y rectas, arqueaba la espalda parando su trasero lo más que podía, sintiendo como su asqueroso tío le disparaba todo el semen dentro de ella.

Don Narciso la soltó y la mujer fue a dar a la alfombra, ella seguía caliente el viejo había durado muy poco, pero noto que la verga de este seguía erecta y comprobó su longitud, era enorme, mucho más que la de su marido, y no era que su esposo la tuviera pequeña, era que el viejo la tenía notablemente monstruosa, si hasta le dieron ganas de ir por una huincha y medírsela para saber ella misma cuantos centímetros se había comido.

El tío-mayordomo dio un paso adelante, su verga colgaba justo en la cara de su sobrina-patrona, su mayor deseo era poder jugar con su verga en la cara de Jimena, y así lo hizo tomo a la señora del cabello fuertemente, ella sintió un poco de dolor y le tomo las manos, se quejó un poco pues el viejo la obligaba a ladear el cuello.

--Tantos años soñé con tenerte así perraaa!!, de colocar mi verga en tu cara de puta mosca muerta, Aaaaarrrggggg por fin!!!, el viejo Narciso restregaba como loco su verga por toda la cara de Jimena, que seguía quejándose pues los jalones de cabellos eran cada vez más fuertes, el viejo le pasaba los huevos por todo su rostro, ella solo se dejaba hacer.

Unos minutos después, el eufórico familiar le metía en la boca de Jimena la mitad de su falo, no le cabía más, ella lanzaba muchas babas y arcadas, pero a la vez trataba de hacer un buen trabajo mamador, con su lengua lamia sin parar y de vez en vez le daba besos en la punta, el viejo en ningún momento la soltó de los cabellos, el guiaba la mamada pero a veces, dejaba que ella se encargara por sí sola.

Satisfecho de tomar no solo la boca si no toda su cara, la levanto del cabello y la aventó a la cama, para después zafarse los pantalones que hasta este momento tenía enrollados en las piernas tomo su cinturón, Jimena esperaba en la cama mirando como el viejo flaco se acercaba a ella, que al ver lo que traía en la mano se aterro.

--¡Por Diosss no me pegueeee, deje ese cinturónnnn!!!!, le grito que no quería marcas en su cuerpo, pero las intenciones del viejo eran otras.

--Jajajaja… no es mala idea putaaaa… pero eso lo dejaremos para otro día, por ahora te hare algo igual de doloroso, jajajajja, que hasta preferirás que te zurren el culo con unos buenos guascazos, a sentir lo que ahora te hare, jajajaja!!!!

El sulfurado tío volteo a su sobrina política y tomo sus brazos doblándolos atrás en su espalda, para después amarrárselos con el cinturón, desesperado por lo que iba a hacer arranco el vestido que colgada de la cintura delgada de Jimena, dejándola solo con esas zapatillas sexis.

--¡Hhhhaaaaayyyy  dueeeeleeeee por ahí nooooo!, grito Jimena totalmente enterrada en el colchón, el viejo trataba de encularla pero su verga era muy grande para ese culito diminuto.

--¡Tienes el culo muy estrecho puta! ¡Tú orificio está muy apretado! ¡Pero de que te enculo, te enculo desgraciada!!!, Jimena solo se daba a gritar de dolor, sintiendo como la verga urgía por adentrarse en su orifico posterior, el viejo concentrado al máximo volvía a la carga por cada vez que su vergota rebotaba expulsada de aquella zona prohibida, hasta que en un momento dado se escuchó claramente el sonido de carnes que se rasgaban, le había logrado meter la cabeza y sobre la misma se dio a seguir empujando para no perder la inspiración ya que su verga cada vez entraba más y más, tomando posesión de ese culo inexplorado, de la boca de Jimena salían gritos ahogados apretaba los puños en las cobijas y tenía los ojos en blanco, sudando como maratonista.

--Hhhaaaaaaayyyy!!! dueleeee sácalo malditoooo!!!! Hhhaaaayyyy!!!!, el viejo ya había logrado romper la resistencia del agujerito posterior, poco a poco metía más y más su erecta verga llena de venas, mirando al techo hacia esfuerzos porque su miembro entrara hasta los huevos.

--Hhhhaaaaayyyy diioooossss! Me enculassss! Aaaaarrgghhhh!!!, grito cuando se sintió llena por atrás, el viejo lo había logrado, ese culo era suyo.

--A las zorras infieles como tú, se les debe tratar como lo que son ¡como putassss!!!, El asqueroso familiar montado encima de ella le decía cosas asquerosas en el oído, bombeándola fuerte, metiendo todo su miembro en la cavidad anal de Jimena, que con lágrimas en sus ojos, pensaba que esto no era lo que tenía pensado en su fantasía.

--Aaaahhhh! ¡Aaahhh! ¡Mmmmmnnnggghhhh!, los minutos pasaban y la enculada mujer seguía entre gritos y arremetidas, entre más pasaba el tiempo la señora sentía menos dolor y más placer, los gritos de dolor terminaron, ahora solo sentía un ardor rico en su culo adolorido y ensangrentado su tío se lo había rajado.

Ahora totalmente bañada en sudor, la señora sintió algo dentro de su pecho, algo que desde hace mucho no sentía con su marido,

--Aaaaaahhhh! Sigueee… sigueeee… tío Narcisoooo!... Me corrooo…, me corrro! Haaayyyy…!! diooossss…!!! aaaahhhh!!!!, Jimena soltaba el orgasmo que se prolongó por unas largos segundos, sintiendo las arremetidas sonreía en forma viciosamente satisfecha, por fin alguien la hacía sentir mujer, se convulsionaba en la cama mordiendo las cobijas y enterrando las uñas en las mismas.

--Aaaarrrgghhhhh aaarrrggghhhh! me dejas seco puta mal paridaaa!!!, el viejo también se corrió sacando la verga lanzo todo su semen en la suave espalda de la joven señora Olguín, su sobrina política que quedo bañada en semen, sudada, con el pelo enmarañado y el culo floreado, no se podría sentar en semanas.

El viejo tío miro el reloj eran entradas las cuatro de la tarde, faltaban unas tres horas para que el dueño de la casa llegara, así que subió a la cama acostándose volvió a tomar de los cabellos a Jimena, que seguía amarrada y la dirigió a su falo, ella enseguida se dispuso a mamar como loca, paseando por su cara el gran miembro que la había desvirgado analmente.

Seis y media y la noche se comenzaba a hacer presente, Jimena abrió los ojos estaba sola en su alcoba, su tío tenía un rato que se había ido, noto que la había desamarrado, el semen en su espalda se había secado, las sabanas manchadas de sudor y sangre anal tenían impregnado el olor a sexo.

Ella que no hacia absolutamente nada, ahora tenía que acomodar todo, retiro las cobijas para ir por otras a su closet, ya que en media hora seguro llegaría su marido que era muy puntual, el pequeño vestido estaba tirado en la alfombra junto con sus pantaletas y sujetador cafés, recordó lo que había hecho y con quien, el remordimiento la hizo llorar amargamente, había sido infiel y por algo insignificante, una maldita fantasía, un sueño, que se volvió una pesadilla real.

Más calmada se metió a bañar, abriendo las cortinas de su cuarto para que saliera todo el olor, y en el momento en que ya salía de la ducha fue sorprendida por su marido, que hacia acto de presencia.

--Como está la esposa más hermosa, linda y bien portada del mundo?, le dijo abrazándola de la cintura para cargarla y darle de vueltas, Fernando estaba feliz por alguna razón que ella no recordaba.

--Estoy bien jijiji, bájame eres muy brusco, me lastimas, le dijo Jimena a quien se le caía la cara de vergüenza por lo que le escuchaba decir a su marido, y por lo que había hecho en esa misma habitación unas horas antes.

--Es que estoy feliz, espero que tú también lo estés, y donde esta mi regalo?, pregunto el cornudo señor de la casa, Jimena se puso colorada porque no recordaba porque su esposo le pidiera un regalo, Fernando se dio cuenta así que le dijo.

--Se te olvido, no te preocupes mi amor, no me enojo y date prisa que reservamos para las ocho, Jimena de pronto recordó todo, temblando abrazo a su marido, estaba en shock le fue infiel y justo esa noche.

--Perdóname, de verdad perdónameee!, le decía abrazada a su pecho, Fernando que era muy comprensivo con su mujercita, la aparto y mirándola le dijo,

--No te preocupes a cualquiera le pasa olvidar el aniversario de bodas, pero prométeme que de mi cumpleaños, si te acordaras ¡jajajajaja!, Jimena no pedía perdón por eso, sino porque se entregó a otro hombre, que era ni más ni menos el miserable tío de su esposo que este ya en varias oportunidades le había hablado que si no fuese por la solicitud que le hiso su padre antes de morir ya lo hubiera corrido de la casa, mientras este mismo, en esos momentos reía a carcajadas en su pequeña habitación viendo la función que le estaban brindando sus sobrinitos, esto de la cámara había sido la mejor idea que se le había ocurrido en años.

--Jejejejeje! Hasta se le olvido su aniversario por andar cogiendo con su nuevo macho jajajaja! No cabe duda que es una puta y desde ahora será mía, hasta que lleguen sus hijitas ¡jajajaja! Y cuando se vuelvan a ir, estaré esperando para cogérmela de nuevo, el desalmado tío político miraba desde su computadora, la cámara oculta que había instalado le permitía eso, y lo mejor había grabado toda la sesión de sexo con su sobrina, ahora la tendría para siempre.

Por la mañana temprano, Jimena buscaba al tío Narciso para hablar con él, debía arreglar el problemón en el que se había metido por caliente.

--Escúcheme don Narciso, le decía la bella hembra al viejo que las hacía de mayordomo en su casa para que no lo corrieran, --No crea que porque fui débil lo seguiré siendo, eso fue solo esta vez y no se va a volver a repetir escucho!?, Jimena le hablaba fuerte y claro, su tío político solo sonreía sin importarle lo que la señora de su sobrino dijera, él ya tenía un plan para con ella.

--Deje de reírse!! Será mejor que borre esa sonrisa de su cara, si cree que seguiré entregándome a usted está muy equivocado, es más lo acusare de violación, ya verá que lo refundiré en la cárcel, Jimena había ensayado su dialogo para mostrarse fuerte y decidida frente al viejo flaco, que levanto el brazo y tomaba impulso para después, --¡SPLASH! Le soltó una cachetada fuertísima que tomo por sorpresa a su joven sobrina quien fue a dar al piso con semejante tortazo, para después tomarla de las greñas y hacerla ponerse de pie.

--Hayyyy idiota… que le pasa!?, suélteme… déjemeee!, el vejete actuaba como enloquecido, él nunca había golpeado a una mujer pero ya estaba harto de seguir siendo una sombra que se paseaba por la casa, ahora debía darle una lección a Jimena.

--Tú que te crees, puta de mierda!? ¡Que yo me iba a conformar con tenerte solo una vez!? ¡Desde ahora, aquí mando yo ramera barata!? ¡Te voy a coger las veces que yo quiera! ¡Desde ahora tu eres mi sirvienta y puta personal! entendiste reverenda zorraaaa!!!, el viejo la miraba triunfante, Jimena se retorcía queriéndose zafar del jaloneo de mechas, ella siempre creyó que el viejo era débil por ser flaco y viejo, pero ahora comprobaba que tenía mucha fuerza, copiosas lagrimas salían sin que ella lo pudiera evitar, su mejilla enrojecida se le hincho un poco.

--Desgraciado te meteré a la cárcel! Ya lo veras no saldrás nunca, mi marido te acabara cuando se entere que me pegaste… Aaaayyyy noooo!!!, se quejaba la hembra lastimada, nunca nadie en la vida le había pegado, el viejo jaloneándola la metió a la habitación de servidumbre a la que se había tenido que cambiar por orden de su sobrino una vez del fallecimiento de su primo,  prendió la computadora buscando entre todas sus carpetas dándole doble click a una con el nombre MI PUTA, su sobrina política agachada trataba de soltarse haciéndose más daño, pues el tío-mayordomo la tenía bien sujeta de los pelos.

--Mira pirujaaa! ¡Observa porque harás lo que yo diga putona! ¡No te da gusto verte cogiendo con tu macho??!!!, don Narciso la soltó y ella abriendo los ojos, no podía creer lo que veía, la escena era terrible, claramente se veía que ella era la que cogía feliz de la vida con el viejo, mientras él tuviera ese video no podría refutar nada, estaba en problemas muy serios, sin perder tiempo se lanzó contra el aparato cerrando el video y dándole eliminar, el viejo que no hizo nada por detenerla solo sonrió.

--Jaajajajaja! Qué estúpida eres! Crees que esa es la única copia que tengo ¡jajajaja! aparte de piruja, eres una autentica estúpida, y eso que fuiste a la Universidad…! jajajaja!!!, la elegante esposa de su sobrino solo bajo la mirada, estaba atrapada, no le veía salida a esto, resignada cayó de rodillas a los pies de su tío lejano.

--Ve a tu cama, desnúdate, acuéstate y espérame ahí… rápido!!!, Jimena se levantó torpemente, su cabeza le daba vueltas, con las manos en su rostro salió y fue directo a donde la había mandado su tío, seguro que se tendría que acostar nuevamente con él.

Antes de salir de la habitación se atrevió a decirle,

--Y que pasara con los demás empleados, si nos acostamos a esta hora como Usted quiere ellos se darán cuenta…

--Los despedí a todos, jajajaja, así que tú  misma le dirás al imbécil de mi sobrino que tu tomaste la decisión, ya que con mis servicios es suficiente, también le dirás que así podrá explotarme todo lo que el quiera, jajaja, es tan estúpido que se mostrara de acuerdooo, jajaja!!! Ahora vamos meneando ese culo y me esperas encuerada en tu habitación matrimonial, jajajaja!!!!

Unos minutos después, la puerta de la recamara principal se habría, Jimena desnuda pero tapada con sus sabanas, sintió como el viejo se sentó en la cabecera, la sonrisa de desquiciado vejete no se le borraba por nada del mundo, le dejo una caja negra y salió del cuarto.

--Apúrate en ponértelo! Ese será tu atuendo de las mañanas! ¡Jejejeje!, el viejo dio un portazo que volvió a asustar a la pobre y angustiada hembra, que se arrepentía de haber sido tan caliente, si se hubiera ocupado en algo, esto no estaría pasando, su fantasía tenía toda la culpa.

--Debes de hacer bien tu trabajo zorraaa!!!, que son estas formas de fregar los pisos, no me gusta vuelve a empezar, Jimena lloraba a mares y audiblemente vestida con la típica ropa de sirvienta, de vestido corto negro, cofia y mandil blancos y medias negras de mayas, con zapatillas de charol, hacia el trabajo del viejo que muchas veces había hecho con el demás personal, los papeles se habían invertido.

--Termina ya, que después cogemos y deja de llorar putaaa!, que no me dejas ver los goles, acuérdate que ya comenzó el mundial, jajajaja!!!, le grito el tío Narciso sentado en el sillón preferido de Fernando, que no se imaginaba lo que pasaba en su casa.

--Si… si patrón, se escuchó una muy leve contestación entre sollozos, Jimena se daba cuenta que por ahora le pertenecía al tío odiado por casi toda la familia que ella y su esposo no dudaron en rebajarlo a condición de sirviente una vez que murió el patriarca de la familia, y todo por esa estúpida fantasía se repetía en su mente una y otra vez.

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Pasaron quince días desde que Jimena la joven esposa, había caído en las redes del tío Narciso, que por una fantasía era forzada al degradante trabajo de ser su sirvienta y puta, ella solo esperaba la llegada de sus hijas y así liberarse de todo esto, al menos por los dos meses que le hicieran compañía.

--Maldito, es Usted un viejo maldito, le gritaba la señora de la casa lavando el baño del viejo totalmente desnuda, de su vagina y ano goteaban restos de semen, pues se la habían terminado de coger.

--Jejejejeje! Que gracioso es ese Sheldon Cooper, Big Bang Theory es mi serie favorita, le diré a mi putona que me la compre en dvd, se decía el viejo sentado en la sala de la casa en donde a lo lejos escuchaba los enardecidos gritos de su sobrina, atrás quedaron los días en que se la pasaba haciendo los quehaceres de la gran mansión, ahora era su puta la que lo hacía, pero toda la risa se le fue cuando recordó que debía volver a lo mismo, pues las entrometidas de sus hijas llegarían en uno o dos días.

--Muy bien puta traga vergas, desde mañana regresaremos a nuestros antiguos papeles, tú de mi patrona y yo de tu tío explotado que las hace de mayordomo, recuerda solo es mientras las pendejas de tus hijas vivan aquí en las vacaciones, después regresaras a ser mi puta… entendiste!!, le decía don Narciso, Jimena no podía soportar más al hombre, daba gracias a dios que sus hijas regresaran.

Fernando y Jimena esperaban  a sus dos hijas en la casa, mientras que su mantenido tío llegaba al aeropuerto por ellas, lo extraño es que solo bajo una la más grande de nombre Ariadne, que ya tenía dos años fuera de su casa.

--Buenas tardes tío Narciso, como a estado, pregunto la chica jalando sus maletas, el viejo como de costumbre le iba a contestar pero la imagen que veía ante sus ojos lo dejaron babeando de calentura, esa hembra de cabellos castaños oscuros que tenia al frente de sus ojos a pesar que venía vestidita tan remilgada como la recordaba no tenían nada que ver con la flacuchenta pendeja que se había ido hace dos años, esta era una mujer hecha y derecha, aunque en su cara aún se reflejaba su recién terminada pubertad, calculo y determino que esa puta debería andar por los 19 años…

--Buenas tardes sobrinita, es un placer volverla a ver después de un largo tiempo, le respondió el viejo notando que la joven a pesar de haberlo llamado tío más lo hacía por costumbre que por verlo como propiamente tal, esta era otra zorra altanera y presumida como lo eran sus padres, tomo las maletas y las coloco en la cajuela.

El trayecto fue corto y la chica se familiarizaba con el viejo preguntándole sobre sus padres, él contestaba lo más normal posible y cuando ella le preguntaba por su madre, primero se imaginaba la respuesta diciendo para sus adentros, que había pasado a ser su puta personal, para después contestar otra cosa, el vejete tenía una sonrisa de oreja a oreja por su jueguito divertido.

Llegando a la casa, todo fue felicidad entre abrazos y sonrisas, los señores Olguín recibían a su hija que para ellos era un pan de dios, muy bien portada, nunca los había desobedecido, una chica de muy bueno modales e inteligente, era todo lo que un padre y una madre pueden pedir, Ariadne nunca daba problemas de ningún tipo.

Ariadne les comentaba que ella misma fue por su hermana al colegio católico de señoritas, pero este alargaba sus clases y estaría lejos una semana más, así como les dijo que para que la dejaran salir debía ir uno de los padres, pues si no se quedaría, ya que como colegio católico eran muy responsables en esos casos, y no entregarían a sus estudiantes a ningún otro familiar.

Pasaron dos días, madre e hija acompañadas por Vanesa y su hija Altaír, se divirtieron paseándose por la ciudad, mostrándole a la recién llegada los cambios que habían pasado desde que se fue, padre y madre la consentían en demasía y ella se dejaba querer, pues por largo tiempo no recibió este tipo de atenciones.

El tío Narciso por su parte se la pasaba solo en la gran mansión, por las mañanas hacia lo necesario para que la casa se viera reluciente, se daba cuenta que la inútil de Jimena no hacia bien su trabajo.

Ariadne a pesar de que ya tenía tres días en la casa, no le habían dado el tiempo para desempacar,  Fernando le dio órdenes a su tío postizo para que lo hiciera por ella, esto lo hizo sin consultarle a su hija.

--Pendeja huevona, ni siquiera eso quieren hacer, al menos veré que calzoncitos usa la condenada escuincla, se decía el viejo, estaba solo en la casa pues la familia salía y no regresaban por un rato, entonces comenzó a sacar la ropa que casi toda eran pantalones de mezclilla, camisitas y ropa que utilizan la jovencitas en estos tiempos, el viejo acomodaba las prendas en el closet, las maletas eran muchas puesto que también traía maquillaje y libros de la escuela.

--Ahora si llegamos a lo bueno, a ver que tenemos por aquí, el excitado tío lejano llego a la maleta donde traía toda la ropa interior, él creía tontamente que encontraría calzoncitos y sujetadores muy recatados y de niña, pero fue grande su sorpresa cuando lo primero que saco fue una tanguita de hilo dental, al ir sacando todo se dio cuenta que la chiquilla había crecido, esto no lo había pensado, ya que la chamaca se vestía muy tapada y no lucia su cuerpo.

--Esta estúpida es igual de puta que su madre, se decía el tío-mayordomo, que seguía sacando la ropa interior muy sexy, para lo que aparentaba ser Ariadne.

Al final de la maleta había unos papeles personales y otros de su escuela, el viejo los tomo y abriendo el sobre comenzó a leerlos.

--Aja! con que esas tenemos he putita?, el viejo encontró un documento donde la escuela había dado de baja a Ariadne desde hace más de ocho meses, y la boleta de calificaciones donde decía que había reprobado todas las materias, al viejo se le ocurrió una idea y terminando de acomodar lo que quedaba, tomo los papeles y se los llevo.

Ariadne encontró su cuarto muy bien acomodado, noto que sus maletas habían sido desempacadas, eso le sorprendió si ella lo iba a hacer por temor a que sus padres encontraran los papeles, nerviosa comenzó a buscar maleta por maleta, pero todas ya estaban vacías, molesta y algo temerosa por ser descubierta salió de su habitación.

--Mama tu acomodaste mis cosas o fue papa!!, es que no encuentro algo por eso les dije que yo desempacaría, ahora que voy a hacer?, decía levantando un poco la voz, no era normal en ella, su madre le dijo que el tío Narciso se había encargado de eso y la chica salió a buscarlo a su habitación.

--Tío Narciso… ábrame por favor!, toco la puerta, el viejo ya sabía a lo que venía y con toda calma salió para encontrarse con ella.

--¿Que se le ofrece sobrinita-patrona, necesita algo?, en sus manos tenía el sobre agitándolo como si se tratara de un abanico, al descarado tío ya no le importaba nada, se estaba convirtiendo en un ser horrible, por dentro y por fuera.

--Deme esos papeles inmediatamente!, como se atreve a robarme mis cosas!?, la chica se los arrebato para salir de ahí rápidamente, estaba muy molesta dejando al viejo parado sonriendo.

Llego a su habitación y abrió el sobre, en él no se encontraba nada de lo que a ella le pertenecía, al contrario había una hoja que decía.

“YA SE LO DE TU ESCUELA PENDAJA HOLGAZANA, ESTO ES LO QUE HARAS, TE DESNUDARAS Y ABRIRAS TU VENTANA PARA QUE PUEDA VERTE TODA DESNUDA, PORQUE SI NO LO HACES, TE JURO QUE EN ESTE MISMO MOMENTO LE ENTREGO TUS PAPELES A TU PADRE, TE ESTOY ESPERANDO ABAJO PARA VERTE, NO TARDES”, la chica quedo en shock, el viejo mayordomo era un pervertido, pero ella no caería en sus juegos, así que volvió a salir, pero esta vez sin que se diera cuenta su madre.

--No crea que voy a hacer lo que dice, es un puerco mald…..!, Ariadne entro a la habitación de ese asqueroso viejo que se creía tío suyo, pero parecía que no había nadie, así que entro buscando al viejo, en la tv había un papel pegado que decía, “PONLE PLAY AL DVD”, la chica tomo el control y llevándose las manos a la boca se sorprendió, al ver a su propia madre follando como loca con el viejo, no lo podía creer ella creía a su madre una dama, muy al contrario de lo que podía ver en las imágenes, en su mente se decía que no era cierto, no lo podía creer aunque lo estaba viendo con sus propios ojos.

--No es verdad! no es verdad!!, se decía sin despegar la vista del televisor, de pronto sintió unas manos que se posaban en sus hombros, las cuales la asustaron haciéndola reaccionar.

--Eres pendeja o qué?, tu madre me ha prestado el culo y la zorra en todo este tiempo, eso tiene dos semanas y no solo ha sucedido esa vez, la puta no tiene llenadera, aunque tengo una vergota, ella no se sacia ¡jejejeje! Ahora haz lo que dice la nota, tienes media hora para decidirte, yo estaré cortando el césped por ahí, solo sal yo estaré pendiente, o si no aparte de que le entrego tus chingaderas de la escuela a tu padre, también le entrego este DVD ¡ya lo sabes media hora!  ¡SPLASH!, se escuchó una nalgadota, Ariadne no podía articular palabra, ella hasta hace poco creía al buen tío Narciso un buen hombre que siempre les servía sin decir nada ni protestar, pero este no era el viejo sumiso que ella conocía.

No supo en qué momento salió de su habitación, pero cuando se dio cuenta ya subía las escaleras con la cabeza abajo, sudando nerviosa, en dirección a su cuarto, la chica seguía en shock, tanto que ni la nalgada le dolió, de las calificaciones y de su expulsión del colegio ni se acordaba, lo que vio de su madre la tenía fuera de este mundo.

--Porque mi madre!?, seguramente el viejo le hizo lo mismo que a mí, pero como pudo haberse acostado con él, dios mío y si después él quiere hacer lo mismo conmigo, Ooohhh Dios no!! tenerme que acostar con él, no podría hacerlo!!!, Ariadne sentada en su cama pensaba todo esto, y no veía alguna solución al problema en el cual se comenzaba a meter.

--Ni pensar decirle a mi padre, pues el viejo le diría lo de mi escuela serian dos golpes morales, no creo que los soporte ¡qué puedo hacer, que puedo hacer! Viejo cochino ¡maldición a eso regrese! Porque no acomode mi cuarto luego que llegue, soy una tonta, que puedo hacer!!, su cabeza le dolía de tanto pensar en ese problema, miro su reloj ya habían pasado 20 minutos, y ella ni siquiera había pensado en hacer o no lo que el viejo le había dicho.

--Desnudarme frente a él!?, no puedo creerlo ¡no quiero, no quiero hacerlo!, llorando, moviendo la cabeza, negándolo, no tenía otra opción, porque sabía que por ella y en especial por su madre debía hacerlo.

Temblando, se comenzó a quitar la playera tomándola de abajo la subió hasta retirarla por completo, con sus pies retiro los zapatos, para después desabrochar su pantalón y bajarlo, al tiempo que suspiraba de nerviosismo, preocupada por lo que el viejo le quisiera hacer más adelante.

Camino rumbo al ventanal, tomo la cortina y espió por una rendija, ahí estaba el viejo flaco haciéndose el tonto con los rosales, cada cinco segundos volteaba a ver hacia el lugar indicado, pero las cortinas no se movían.

--No puedo hacerlo, porque me pasa esto a mi si yo no hice nada, se decía recargada en la pared, volvió a mirar su reloj el tiempo había acabado, decidió dar una última espiadita, se dio cuenta que el viejo ya se retiraba y parecía que iba muy molesto, pues pegaba con el recogedor de basura en el suelo, al verlo así Ariadne pensó que si cumpliría su chantaje y rápidamente sin importarle nada abrió las cortinas de par en par, tocando fuertemente el vidrio, el tío Narciso volteo quedando boquiabierto.

El viejo que aun creía que Ariadne no tenía nada que ofrecer y que lo que había visto en el aeropuerto había sido un espejismo, quedo sorprendido pues la chica ya había crecido convirtiéndose en una mujer bellísima, parada en el ventanal con la cara llena de vergüenza, Ariadne mostraba su cuerpo juvenil de piel blanca, sus ojos verdes mostraban cierta preocupación por lo que estaba haciendo, sus labios rosados semi-abiertos expulsaban aliento constantemente, pues su respiración era muy rápida, su cabello castaño caía por encima de sus senos impidiendo que el viejo los viera, el abdomen plano, la breve cintura llena de curvas que bajaban para abrirse y terminar en unas anchas caderas, que mostraban las pequeñas braguitas color morado muy bien ajustadas a su cuerpo, y el comienzo de unas piernas de carnosos muslos, es lo que se podía ver.

Su tío lejano le hizo una seña para que descubriera sus pechos y la jovencita así lo hizo, tomando su larga cabellera la echó para atrás, el sujetador morado se hizo presente, el vejete le señalo que diera vuelta, la chica lentamente giro mostrando el trasero de muy buen tamaño, era muy bonito de esos paraditos, Ariadne giro hasta llegar a la misma posición, al mirar hacia el patio el viejo ya no estaba, sin pensar cerro las cortinas tomo su ropa y se vistió, se sentía sucia por haber mostrado su cuerpo a un viejo de avanzada edad.

Por su parte el caliente vejete que en este momento lavaba los platos de la mañana, se relamía los labios pues el encantador cuerpo que había visto, lo dejo pensando un sin fin de lujuriosas cochinadas y al igual que el de la madre lo tenía que hacer suyo, es más pensaba dejar a su putona para cambiarla por Ariadne, y ya sabía cómo hacerlo.

Más tarde y después de haber salido con sus padres, Ariadne se encontraba muy pensativa, pues no sabía que es lo que iba a hacer ese viejo con sus cosas, miraba a su mama y ya no la veía igual, la encontraba sucia, mentirosa, vulgar, no quería ni verla, mientras tanto la señora platicaba muy amenamente con su marido, como si no hubiera hecho nada y eso la molestaba más.

El día avanzaba y el desplazado familiar de los Olguín recorría la mansión pues su trabajo así lo requería, pero lo más extraño de todo era que en un principio lo había hecho con la única intención de que no lo corrieran de la casa, pero ahora ya lo hacía casi con agrado, esto lo hacía unas dos o tres veces por día aunque no necesitara limpiar, también lo hacía para ver que necesitaban sus familiares que lo trataban como a un sirviente, ahora ya no le importaba tanto hacer eso, pues sabía que solo lo haría por un tiempo corto, su putona como le decía a Jimena lo haría para él, además que la haría recontratar al personal pero solo para que trabajaran en jornada de tarde, así por las mañanas él se entretenía con sus putas y en las tardes se dedicaría a descansar, jajajaja, reía para sus adentros.

En uno de esos recorridos por el largo pasillo que conducía a los cuartos, se encontró con Ariadne cara a cara, la chica quiso regresar a su habitación rápido, pero su odioso tío postizo se interpuso mirándola con una sonrisota, en el  rostro de la joven solo se podía ver el temor, el asco y el nerviosismo.

--De…déjeme pasar, dijo la chiquilla sin levantar la voz, con la cabeza abajo, tratando de esquivar al tío-mayordomo y escapar de él.

--No te encueraste holgazana, crees que soy tonto o que!?, solo me enseñaste tus interiores, le dijo el viejo con cara de muerto, Ariadne quería girar la perilla de la puerta, pero el viejo la tenía bien agarrada.

--Yo… yo… yo hice lo que… que dijo, déjeme en paz, al ver que no la dejaba regresar a su habitación, dio media vuelta para ir rumbo a la sala, pero el viejo la tomo del antebrazo jalándola y haciéndole daño.

--Ven acá trola de mierdaaa!!, esto es lo que aras, cuando tus padres duerman, iras a mi habitación para que te encueres como es debido, si no lo haces juro que destruiré a tu familia, jejejeje, el vejete la tomo del breve talle acercándola a su cuerpo, apretándola con fuerza, Ariadne solo puso sus manos en el flaco pecho del viejo, quería gritar pero no podía hacerlo.

--No iré!!, haga lo que quiera no me importaaa, viejo feo asqueroso!!!, le dijo la chica muy asustada pero intentando sacar fuerzas, a la vez que se juraba que no haría nada de lo que el viejo le dijera.

--Claro que iras holgazanaaa, más te vale que llegues o tu madre sufrirá las consecuencias, por cierto cuando llega tu hermanita, porque si no lo haces tú ella lo hará, si esta la mitad de buena que tú, será un manjar para mi verga, Mmmmmm que edad ya tiene? Creo que son 18 años, se contestaba solo el vejete, para luego continuar, --Esta en la edad precisa para dormir acompañada y recibir una buena verga de macho caliente, jejejee!!, Ariadne lo miro con odio, como era posible que por su cabeza pasara hacerle algo a su hermanita si era una niña, dejando de hacer presión en el pecho del hombre y bajando la cabeza el prometió ir.

--No mi hermana noooo, yo… yo iré, le prometo que iré, pero no me acostare con usted como si lo hiso mi madre, eso no… solo me desnudare, por favor prométame que solo será eso, Ariadne ya sudaba frio, parecía que cada vez que platicaba con el viejo, solo era para que la chantajeara con cualquier cosa.

--Prometer!? Tú no estás en condiciones de pedir nada, tu estas para dar putilla, pero está bien… si lo haces bien y como a mí me gusta te prometo que no te cojo, te quiero bien maquilladita, de vestidito y tacones, como una verdadera putita que se prepara para salir a trabajar en una esquina, jajajaja!!!!, con esas palabras y carcajadas el viejo la soltó y ella salió disparada hacia la sala, llego a la cocina para tomar un vaso de agua, sus manos le temblaban por lo que debía hacer.

--Hija que te pasa!?, todo el día has estado muy nerviosa, le pregunto Fernando se había dado cuenta que Ariadne, no era la misma de cuando llego hace apenas unos días.

--Lo que pasa es que extraño a mis amigos, y todavía no me aclimato muy bien que digamos, hace mucho calor aquí, su padre la abrazo diciéndole que en unos días estaría bien, así llego la noche y todos fueron a dormir en la gran mansión Olguín.

Dos de la mañana, una sombra pasaba por el pasillo sin hacer ruido alguno, los pequeños pies descalzos, bajaban apresuradamente las escaleras para llegar al pasillo que daba a la humilde habitación de su desvergonzado tío lejano que se estaba vengando con ellas por todas las humillaciones que desde niño le había hecho su propia familia.

Ariadne caminaba por el frio pasillo que daba a las habitaciones de la servidumbre, la gran mayoría de ellas estaban vacías, solo la de al fondo sabía que estaba habitada, llevaba puesto un abrigo de piel largo que tapaba todo su cuerpo, miro la puerta de la fría habitación de su tío-mayordomo, una tenue luz se podía ver por debajo de la puerta como si alguien hubiera dejado la televisión encendida, en sus manos tenía los zapatos de tacón que le habían solicitado.

--Tardaste!, te estaba esperando perezosa estúpida!, entra!!, justo cuando iba a tocar el viejo abrió la puerta llevaba puesto solo una bermuda, sin el traje de mayordomo que últimamente vestía se veía más flaco, arrugado y feo, casi encuerado se veía peor, sus brazos largos y su pecho demacrado mostraba las costillas, sus piernas parecían dos palos con rodillas, Ariadne trago saliva y entro.

--Tápese, prometió que solo me desnudaría, le dijo en cuanto entro, por nada del mundo se acostaría con ese horrible ser.

--Tu no mandas aquí pendeja holgazana, veo que te maquillaste tu carita luce bien así ¡jejejeje! ahora quítate tú abriguito, ah no espera un momento, el viejo se acercó a su DVD y puso un CD, la chica solo miraba extrañada.

--Escucha cuando empiece la música, te comenzaras a desnudar o sea me harás un bailecito caliente, desnúdate moviendo tu cuerpecito al son de la música, y no olvides preguntarme si lo haces bien o en pronunciarme guarradas, mientras estas sean más sucias y vulgares aumentarán las posibilidades para que no te culie, pero si ni me convences te violare sin pensarlos dos veces…, --Ah y otra cosa, desde ahora seré tu tío Narciso, el viejo tomo asiento en su  sillón de una plaza, estirando las piernas.

--Nooo!!... eso no era parte del trato!!!, solo quería verme desnuda, yo no sé hacer ese tipo de cosas, Ariadne no se movía, estaba furiosa como se le ocurría al viejo semejante cosa, si ella no era una prostituta o bailarina erótica.

--Trato, cual trato!? Tu estas aquí para que no se sepa lo de tus calificaciones y que hace 8 meses que te expulsaron del colegio, sin hablar de lo de tu madre, así que empieza a menearte si no quieres que yo mismo te encuere y te viole, será mejor que lo hagas como te dije, el viejo le puso play y empezó la canción ANGEL de SCORPIONS, esa le gustaba ya que alguna vez se la vio bailar a una teibolera.

Derrotada nuevamente, Ariadne comenzó a moverse oscilando el trasero leve y lentamente, ante la sonrisa del tío Narciso que no le despegaba su caliente mirada, --Esta pendeja es más estúpida que la madre… lo está haciendo!!! jejeje, pensaba el viejo depravado, cómodamente sentado.

La chica se movía deliciosamente, pensando en acabar lo más rápido posible, antes de que el viejo cambiara de opinión y la violara, comenzó a abrirse el abrigo zafando botón por botón, mientras seguía moviéndose como ella creía que era correcto, sus manos temblorosas habrían el abrigo dejándolo caer a sus pies.

Ariadne lucía un vestido rojo un poco arriba de la rodilla, que se amarraba de lado con un pequeño escote de esos que solo tienen un broche, el cual zafándolo la dejaría en interiores, llevo ese ya que nunca pensó que debía bailar para el repudiado familiar.

La chica bailaba pasando sus manos por todo su cuerpo, llegando a la cabeza para alborotarse un poco el cabello, el vejete se rascaba la verga por encima del bermudas, viendo a la linda criaturita, que bailaba como una auténtica puta.

--Lo… lo hago bien ti… tío Narciso?, el viejo casi se vomita cuando escucho la dulce voz de la chica, nunca pensó que lo haría, Ariadne subía el vestido casi hasta llegar a su triangulito, para después volverlo a bajar.

Llego el momento, Ariadne sabía que debía quitarse la ropa, con sus manos temblorosas destrabo el broche que sujetaba el vestido abriéndolo de golpe, para mostrarle al caliente vejete su bien formado cuerpo, su tío solo se masajeaba la verga sin parar por arriba de la bermuda, que ya se encontraba empapada por liquido pre seminal.

El pequeño sujetador blanco de media copa que levantaba sus senos, fue lo primero que el viejo vio, para bajar la mirada y encontrarse con un pequeño calzoncito blanco de encaje, el caliente vejete giro su dedo en señal de que diera una vuelta, Ariadne así lo hizo moviendo el trasero al compás de la música, la situación ponía muy caliente al vetusto tío Narciso.

La música seguía, Ariadne no quería despojarse de su ropa interior y quedar totalmente expuesta ante el viejo, pero no tenia de otra, así que tragando saliva y casi con lágrimas en los ojos, destrabo los broches de su chichero tomándolo de enfrente, los ojos del tío Narciso se abrieron como platos, cuando la chica dejo caer el sujetador para mostrarle sus tetas, no eran tan grandes como los de su mama, pero sí de muy buen tamaño y más firmes.

--Ee… es… tos so… son… mis se... senos! son lin… lindos? ¿no cree tío Narciso?, el viejo caliente solo movió la cabeza, estaba embelesado con ese par de chichotas que tenía enfrente, la chica paro pues la música había terminado.

--Quiero que te des vuelta y te inclines, sin doblar las rodillas, bajándote el calzón ¡quiero ver tu culito respingón!, Ariadne giro esto era lo último pensó antes de ponerse en la posición que el viejo le dijo, para comenzar a bajar la última prenda que protegían sus desnudeces, y que poco a poco dejaba libres sus nalgas, los labios vaginales se podían ver jugosos y su agujerito rosado, lo invitaban a romperlo.

--A la mierdaaa!, nunca me dijiste las guarradas que te pedí, jajajaj!!!, al demonio te voy a coger ahora holgazana!!!, el viejo ya se había zafado la bermuda e iba directo a Ariadne, que se levantó de la posición en la que la estaban mirando, vio que su lejano familiar se le acercaba con una vista de depravado, ella cerró los ojos asustada, pues había visto que entre sus piernas, le colgaba erguida una verga del tamaño de su brazo, si intentaba metérsela seguro la mandaría al hospital.

--Nooo, no, no, Usted me dio su palabra, dio su palabra!!!, Ariadne desnuda como había quedado retrocedía dando pasos hacia atrás, pensaba que el viejo se la iba a violar ahí mismo.

El tío Narciso una vez que estuvo al frente de Ariadne la tomo fuertemente de un brazo y la llevo en andas hasta su propia cama en donde la avergonzada y asustada chamaca quedo sentada desde donde veía como el pene del hombre pulsaba aceleradamente solo a centímetros de sus ojos, la joven por primera vez en su vida veía una verga en total estado de erección y esa que estaba viendo en esos momentos era sencillamente descomunal, solo se atrevió a solicitar con un hilillo de voz,

--Por favor tío Narciso, ya terminemos con esto… no me haga nadaaaa!!, le decía con lágrimas en sus ojos.

--No lo sé…, le dijo el vejete con algo de duda. --Ahora que me has mostrado las tetas y la zorra, me la has puesto dura, creo que será mejor que ahogamos otro acuerdo, claro, si es que quieres que yo guarde tus secretitos y los de tu mami, jejejeje que me dices zorra sinvergüenza!?.

--Por qué me hace esto!? Yo nunca a Usted le hecho nada malooo, snifsss!!

--Jajajaja!!, como que no puta estúpida!?... Acaso crees que me he olvidado de todos los desaires que me has hecho tú y tus padres, jajaja!!!,  Solo terminemos rápido esto… por ahora me chuparas la vergaaa… jajaja mírala como me la tienes de parada zorraaaa!!!!, le gritaba el familiar pelándose la inflamada verga solo a centímetros de la chica quien es esos momentos lloraba desnuda y tapándose la cara con sus dos manitas,

En ese momento, y ya no esperando nada más el lujurioso viejo tomo sus más de 20 centímetros de verga y la acerco a la cara de la joven, mientras se la seguía sobando como enfermo mental le dijo,

--Agárrala putaaa, si quieres mi silencio y la tranquilidad en tu hogar comienza a chupármela y mucho cuidadito con mordérmela, que aquí mismo te violo hasta preñarte, jajajaja!!!!, Vamos que esperas zorraaaa… agárramela y mamalaaaa!!!

Ariadne sabía que ya no tenía más opción, tuvo que agacharse e hincarse ante su tío lejano y tomar aquella cosota de carne en sus manos. La joven se la sentía gruesa y caliente, mantenía sus ojos cerrados ya que no se la quería mirar, el viejo dándose cuenta de la reticencia de la chamaca le pregunto muy entretenido,

--Has chupado verga alguna vez en tu vida putillaaa!!??

La joven recién abrió sus ojos para verlo, lo vio con su cara desencajada por la lujuria, y claro si el vejete ya estaba que largaba sus lecherasos al sentir la tibia manita de la joven que le apretaba la verga en forma exquisita, la chica ni siquiera se daba cuenta de lo que provocaba en su tío lejano con el solo tacto de su mano en la verga de él. La nena solo movió su cabeza en forma negativa para luego confirmarle…

--Tío… yo soy una chica decente y nunca le he hecho eso a ninguno de mis novios…

--Entonces dedícate a sentirla, le ordeno el viejo, --Te daré un rato para que te acostumbres a ella y luego me la chuparas tal cual como se hace con un helado, veras que aprenderás rápido, jajajaja… incluso hasta te quedara gustando jajajaja…vamos pélamela con tu manitaaaa, jajajaja!!!

La joven como pudo comenzó a deslizar su femenina mano por toda la extensión del tronco de aquella gruesa herramienta, a medida en que lo hacía sintió una tibia humedad en su palma, vio que su manita ya estaba muy mojada por los líquidos que salían de la verga, notó también que esta cada vez se deslizaba con más facilidad, noto que esa cosa olía fuertemente a orina y sudor, la infame operación que la estaban obligando a realizar se le hacía sencillamente asquerosa, a la vez que pensaba en que en muy poco rato se la tendría que llevar a la boca.

El tío Narciso ya no esperando nada más le ordeno la parte que ella había estado intentando evitar,

--Ya zorraaaa… pon la en tu boca, jajajaja!!!

La joven quien por querer salir lo antes posible de aquella enajenada situación abrió sus labios y poco a poco se la fue introduciendo en su boca, saboreando en forma obligada y por primera vez en su vida aquel asqueroso y repulsivo sabor.

--Ohhhhhh putaaaaa!!, sí que tienes una boquita ricaaaaa!!! Exclamaba el tío Narciso al sentir como esos tibios labios de ensueño le envolvían la verga en forma exquisita, pero él no estaba para mamadas de quinceañero simplemente la tomo firmemente de sus castaños cabellos y le metió su extensión de carne  hasta la campanilla, la joven movía su cuerpo en forma convulsiva en clara necesidad de buscar algo de aire, el viejo la estaba ahogando con tanta verga, pero este le tenía agarrada firmemente de la cabeza no permitiéndole que ella retirara ni un centímetro de su boca.

Los espasmos en el cuerpo de la chica poco a poco fueron decreciendo, su tío la tenía prácticamente inmovilizada y ensartada oralmente, en su desnudo cuerpo solo se notaba la pesada respiración de la ahogada joven, hasta que su violador nuevamente se daba a darle instrucciones,

--Ahora te voy a soltar holgazana, le decía el vejete resoplando debido al esfuerzo que hacía con sus brazos en la cabeza de la chica para que ella no se sacara la verga de la boca, continuo, --Te la iras sacando lentamente pero solo hasta la mitad… y no quiero nada de lloriqueos ni cosas raras… solo te dedicaras a mamarme la verga, la chuparas y succionaras como una verdadera ternerita recién nacida, jajajaja!! Y no olvides de aplicar tu lengua por todos lados… has escuchado estupidaaaa!!??

Por respuesta la chica solo pudo mover como pudo su cabeza en señal de afirmación, luego de esto el viejo por fin la libero, Ariadne quien quedo con todos sus cabellos desordenados poco a poco se la fue retirando de la boca tal como le había dicho su tío, cuando ya estuvo en la mitad de la verga pudo tomar una escasa bocanada de aire, pero suficiente para poder calmarse, le dolían las mandíbulas ya que la verga estaba muy gruesa, ya no quedándole más remedio se dio a ponerse a mamar tal como se lo habían ordenado.

Por su parte el viejo Narciso sentía esa fresca lengua jugando con su verga, como a ratos también sentía debido a la inexperiencia de la joven de como ella se la succionaba abiertamente, situación que le producía cierto dolor como también tanta calentura que pensaba que su verga en cualquier momento explotaba, nunca en su vida se había imaginado que su bella y remilgada sobrinita le iba a estar chupando la verga en su habitación y totalmente desnuda, habían momentos en que le viejo sentía el calor de su boca y la deliciosa humedad de su lengua abrazándole la verga que parecía que en cualquier minuto se le iba a derretir con tanto placer que le estaba dando la pendeja.

Ariadne quien ya se había acostumbrado a ese asqueroso sabor salado y medio acido comenzó a sacarla lentamente de su boca, don Narciso la miraba hacia abajo con pura lascivia, vio que la chica se dejó dentro tan solo el glande y que empezó a succionar y lamerlo con su lengua como si de verdad le gustara lo que estaba haciendo, por lo que el vejete aprovecho para agarrarle una teta y comenzar a sobársela y a jugar con su pequeño pesoncito, pellizcándolo y amasándolo.

La joven ahora nuevamente estaba engulléndola toda, metiéndosela  hasta la garganta para luego ir sacándola lentamente, se la tenía agarrada de la base, su blanca manita se perdía en el enjambre de pendejos crespos y semi canosos, como si esa verga fuera un micrófono y ella estuviese dando una entrevista, el viejo estaba en la gloria con su verga a punto de reventar ya que con esta sentía que recorría cada rincón de la femenina boca.

--Jajajajaja… que bien la mamas perraaaa!, creo que no voy a dejar de follarte la boca y no te voy a soltar hasta que no me chupes y me saques la última gota de semen!.

Fue extraño pero al escuchar las salidas palabrotas de su tío Ariadne se puso a chupar verga como una condenada, ahora hasta lo pajeaba subiendo y bajando su mano desde la misma base de esta, con sus labios apretados y proyectados hacia adelante, la chica desde que le habían puesto la tranca en lo boca que no se la había sacado, el vejete notaba como su sobrina movía la muñeca en círculos con una suavidad increíble, dándole la impresión que a ella si le estaba gustando de verdad, ya que con su otra manita y sin que se lo pidieran empezó a darle un suave masaje  en las bolas.

--Ahhhhhhh!, así, chúpame la vergaaaa sobrinaaaa!!, cómetela toda, me estás matando de gustooooo zorraaaa!!!, ya lo haces como toda una experta!!!, le decía al mismo tiempo que le sobaba las tetazas.

Ella aceleraba el ritmo con sus labios mirándolo de vez en cuando, el viejo creía que se iba a correr en cualquier momento, pero sacaba fuerzas de coraje y se aguantaba las ganas, quería alargar lo más posible el momento del éxtasis.

Ariadne por su parte estaba perdida en un extraño estado de calentura, si bien al principio le habían puesto la verga en la boca en forma forzada, ella poco a poco se fue entregando a la situación y ya en estos momentos pensaba que después de todo no había sido tan malo el trato, ese fuerte sabor como a orina y a otras exudaciones habían dejado de saberle asquerosas, ese sabor salado increíblemente para ella la tenían hechizada, y lo más increíble de todo fue el momento en que innatamente fue sacándose la verga de su boca para con sus labios comenzaron a recorrerla con fruición, no supo en que momento sus labios y su lengua siguieron de largo en su trayecto para comenzar a lamerle los testículos, se metía uno en la boca, y con cara de puta se daba chuparlo, lo succionaba y se lo sacaba sonoramente, luego hacia lo mismo con el otro y por nada del mundo le soltaba la verga mientras se daba a masturbarlo, el viejo solo le tenía puesta las manos en su cabeza sintiendo los movimientos de succión.

Luego de esto el vejete ya estando casi en las ultimas, sin darle aviso la agarro de sus sedosos cabellos con una mano y le hizo una coleta le volvió a meter la tranca hasta las amígdalas para comenzar a follársela brutalmente por la boca,  la verga entraba y salía de la garganta femenina cubierta de salivas, reluciente y brillante, mientras el hombre accionaba hacia adelante iba forzando a la joven a doblar su espalda hacia atrás de la cama, quedando con medio cuerpo recostado y desde la cintura hacia abajo continuaba puesta de rodillas en el piso de la habitación y con sus muslos abiertos en V. La visión era alucinante.

--Suéltame la verga putaaaa, ahora la chuparas sin manos… solo con la bocaaaa, Jajajajaja!!!!

La joven obedeció y dejo caer sus manos en el colchón, el viejo como pudo se subió en la cama y se puso en cuclillas por sobre las tetas de la chamaca, para comenzar a darle verga como un endemoniado, la follada de boca cada vez era con más intensidad, el vejete estaba simplemente usando su cabeza y boca como si estas fueran un objeto para hacerse una paja con ella, las babas ya rebosaban de sus labios y resbalaban por todas partes de su cara.

El viejo solo se dedicaba a sentir las gratificantes sensaciones que le brindaba esa cabeza que se estaba follando como un mal nacido, se la metía hasta más allá de su garganta dejándosela puesta de a momentos hasta comenzar a ahogarla, en donde la chica al sentir toda esa circular y gruesa masa de carne llenándole la boca se esforzaba en ir sacando su lengua por debajo de esta, lo hacia una y otra vez por cada momento en que el vejete paraba las aserruchadas para descansar, otorgándole con esto un sinfín de exquisitas sensaciones para su verga, luego sentía como su tío se daba a seguir follandola con más brutalidad,

--Chupa vergaaa putaaa!! Chupa vergaaaaa!!!, le gritaba mientras no paraba de repetir la faena una y otra vez, para luego darle conocimiento, Argggggghhhh putaaaaa! creo que ya me voy a correrrrrr!, Ahhhhhh que rico se siente pendejaaaa!!, te la voy a dar todaaaaa!!!!, el viejo mientras le gritaba su inminente corrida no paraba de taladrarla en forma bestial, hasta que finalmente ocurrió lo que tenía que suceder, --Ohhhhhhh ya no aguantooo zorraaaaa!!, ahí te voyyy… me corroooooo!!!!, con la verga metida hasta lo más profundo de su garganta empezó a venirse con una corrida bestial, le soltaba un chorro tras otro de semen caliente y espeso que recorrieron directamente desde su garganta y hasta su estómago, no le retiró la verga hasta que no estuvo seguro que desde esta no quedara la más mínima expulsión del caliente y viscoso liquido masculino, para luego de tener esa certeza ir retirándosela lentamente. Ariadne ni siquiera lo saboreo, se la había tragado todo.

Cuando la joven recién se estaba recomponiendo de aquella salvaje corrida en su boca, o más bien dicho en su garganta, sintió como era tomada de sus cabellos con fuerzas por su tío postizo, quien le decía a la misma vez que la iba arrastrando,

--Lárgate zorra holgazana!!!, te iras de aquí encuerada y con tu estomago rebosante de semen jajajaja!!!! ¡Vamos… para fuera jajaja!!!, el vejete quien la arrastro tomada de los cabellos abrió la puerta y la lanzo en pelotas para afuera de su habitación, la chica confusa y escandalizada fue a dar a estrellarse a un muro, no alcanzo a caerse, solo corrió por todo el pasillo encuerada tal como llego a este mundo, hasta que llego a las escaleras para poder por fin subir y llegar a su cuarto, estaba desecha, el viejo la hizo hacer cosas degradantes y asquerosas, pero por fin estaba a salvo.

(Al siguiente día)

--Señorita Ariadne soy yo el tío-mayordomo, quiero entregarle su ropa recién lavada, don Narciso tocaba en el cuarto de la chica que no quería abrir, en su cara llevaba una extraña sonrisa de lujuria aun no saciada, ante la negativa por parte de ella solo dejo la ropa en el suelo y se fue de ahí, ya que era obvio que la joven no le abriría por miedo y por lo sucedido.

Al salir del cuarto, la joven se topó con su ropa en el suelo, la recogió y la puso en su cama, al hacerlo una nueva nota cayo a sus pies.

“ESTUPIDA CON LO DE ANOCHE TE UNDISTE MAS, TE TENGO BIEN GRABADA BAILANDOLE ENCUARADA Y MAMANDOLE LA VERGA A UN VIEJO FEO Y ASQUEROSO COMO YO, TE VES EXQUISITA EN LA PARTE EN DONDE TE TRAGAS MIS MOCOS, Y SI NO QUIERES TU VIDEO POR TODA LA WEB, TE NEGARAS A IR CON TU MAMA POR TU HERMANA, PARA QUEDARTE CON TU TIO-MAYORDOMO ESTOS DOS DIAS, SOLO PIENSA, QUE DIRA TU PAPITO CUANDO TE VEA MOVIENDO LAS NALGAS, O CUANDO VEA TUS CALIFICACIONES, O CUANDO SE ENTERE DE QUE HACE 8 MESES TE ECHARON POR PAJERA DE LA ESCUELA, PIENSALO, TU TIO NARCISO”.

Ariadne cayó a la alfombra, estaba condenada, seguro el viejo ahora sí que la violaría, en su boca aun predominaba el sabor a verga, y recordaba como este había eyaculado semen casi en su estómago, una gran cantidad de lágrimas cayeron como cascadas, que estúpida y que tonta había sido al no pensar en que la grabaría, era demasiado tarde debía entregarse a su caliente tío en unos días y sin protestar.

Viernes en la mañana, Jimena tendría que irse muy temprano por su otra hija y se iría todo el fin de semana, había decidido que no dejaría sola a su hija con el viejo desgraciado, por temor a que le hiciera lo que a ella, así que se la llevaría.

--Mamá en verdad me siento muy mal, no quiero viajar tan lejos solo por mi hermana, déjame aquí con papa. Era mentira, la chica había decidido quedarse por las buenas o si no, quien sabe hasta dónde podría llegar el viejo decrepito.

--Si,  déjala, mira como esta se ve muy mal, yo la cuidare, Fernando hablo por la chica y con la promesa de que la vigilaría.

Hasta que la señora Olguín viendo con la seguridad que le hablaba su marido, al fin se fue de la casa en busca de su otra hija, dejando sola y muy bien acompañada a Ariadne.

El vejete miraba desde el patio como Jimena subía al carro y se retiraba dejando a la chiquilla y a su padre, una hora más tarde vio que Don Fernando, su sobrino por ironías de la vida, que este también salía, él casi no le dirigía la palabra, se caían mal mutuamente, pero la promesa que le hizo a su padre podía más que los vergonzosos prejuicios familiares, por esa razón lo tenía en su casa y aunque no le agradaba, sabía que el viejo era muy respetuoso, pensaba que dejaba a su hija en buenas manos, además que muy a su pesar y de algún modo eran familiares.

Ariadne al verse sola en la mansión lo más rápido que pudo tomo su bolsa, debía escapar todo el día, pues su padre regresaría pasadas las siete y su propia casa no era segura, no quería estar sola con el viejo detestable, así que en forma apresurada bajo las escaleras como alma que lleva el viento.

--Adónde vas zorra holgazana!!??, porque la prisa?, al abrir la puerta de la entrada el tío Narciso estaba parado con un trapero impidiéndole el paso, el viejo no tenia puesto su traje de trabajo, al contrario solo traía una playera azul marino y un pantalón de vestir negro, eso sí que tenía una sonrisa de oreja a oreja.

--Por favor señor Narciso, no me haga nada, por favor…, el viejo avanzaba y ella caminando hacia atrás volvía a entrar a la casa.

--Si dependiera de mi te dejaría, pero les prometí a mis testículos y a mi verga otra ración de placer como lo de la mamada que me diste anoche, así que les ofrecí una panochita joven, rica y fresca para hoy, jejejeje, y tú eres la más cercana, así que comencemos antes de que tu papa llegue y nos arruine el momento, ¡harás todo lo que yo te diga!!!, esto último lo dijo gritando tan fuerte que se escuchó un eco en la gran mansión, su objetivo era asustar a Ariadne, ella tapándose los oídos dejaba caer las primeras lágrimas.

--Ssnif, snif, snif, no quiero, snif, porque a miiii!!, se preguntaba la chica sentada en las escaleras y lloraba encogida. Su tío lejano se sentó junto a ella acariciándole el cabello.

--Muy bien… muy bien, veo que no quieres, que te parece si hacemos un trato, para que te liberes de todo holgazana ¿Qué dices, escuchas mi propuesta? O te culeo a la fuerza, tú decides mamasotaaa!, Ariadne paró de llorar levanto la cara mirando al viejo.

--No, así me dijo la vez pasada y solo me engaño, sniffss, Ariadne se prometía que no caería nuevamente en sus juegos.

--Solo escucha bien putilla, si tú te me entregas y eres mi mujer por todo este día y accedes a todo lo que quiera, te dejare en paz para siempre, y esto va en serio, tú decides, el viejo Narciso se levantó para salir de la mansión, caminaba muy lentamente a la salida, la chica lo sintió sincero y midió sus opciones, una vez más, o siempre que él quisiera, deteniéndolo con un grito contesto.

-¡Espere tío! Si yo accedo, me devolverá mis papeles y el video, si es eso entonces dígame ¿qué debo hacer?, el viejo que ya giraba la perilla de la entrada, se regresó junto a la chica que decidía acceder a sus peticiones.

--Claro que si pendeja holgazana, seguro que te entrego tus cosas y no te vuelvo a extorsionar nunca más en la vida, ahora pon atención, el viejo se volvió a sentar junto a ella en las escaleras, la chica se limpió las lágrimas para escuchar lo que tenía que hacer.

--Actuaras como si fueras mi esposa, como si fuéramos un matrimonio feliz, queriendo engendrar un nene, me darás todos tus agujeros como yo lo desee, actuaras como si estuvieras enamorada de mí, y acaecederas a todas las aberraciones que a mí se me ocurran, jajajaja!!! Y nos iremos a acostar a la camita de tus papis…, ahora te irás a bañar y cuando estés lista bajaras a buscarme, ponte lencería, yo estaré aquí viendo televisión, nos amaremos en la cama todo el día y después serás libre, pero una sola cosa, el viejo la miraba con cara de depravado, --Si no me convences y aunque yo ya te haya follado… esta misma noche te sacare a putiar por las calles, ahora piénsalo zorra asquerosa que no tengo todo el tiempo del mundo!!!!, Ariadne no lo podía creer esto que le pedía no podría hacerlo nunca, pero una vez mas no tenia opción, así que sin decir nada, se levantó y fue a bañarse como el viejo le había ordenado.

Mientras en viejo miraba la tv, podía escuchar la regadera.

La chica se bañaba para después perfumarse, miro sus pertenencias y no tenía algo digno de llamarse lencería, así que fue al cuarto de su mama, y sustrajo algunas prendas de su closet.

Los sonidos de los tacones bajando las escaleras se hicieron presentes, el vejete giro la cabeza para quedarse mirándola con asombro. Ariadne caminaba lentamente hacia él, a cada paso que daba la joven sentía su estómago revolverse de nerviosismo y repugnancia, el tío apago la tv, la chica ya llegaba y se veía exquisita, traía puesto un conjunto de lencería blanco, de sujetador de media copa y tanguita de hilo dental trasparente, medias y ligero del mismo color, con unas zapatillas de pico largo blancas, y una batita que le llegaba justo en donde termina su panochita, de atrás era más corta, dejaba ver el comienzo de sus nalgas, muy bien pintada y peinada.

--Hola mi amor, le dijo la joven con voz temblorosa, --Que te parece mi… snif, snif… no puedo, no puedo hacerlo!, Ariadne cayó de rodillas frente al viejo, la vergüenza y desesperación hicieron estragos en ella, no quería nada que ver con el hombre miserable.

--No llores pendejita rica, si ibas muy bien, ven siéntate en mis piernas, el tío-Mayordomo premio el esfuerzo de Ariadne levantándola para acomodarla en su huesudas piernas, llegando a él las fragancias de una chiquilla limpia y hermosa, la chica solo se sentó bajando la mirada, sintiendo como ese viejo asqueroso le acariciaba la espalda.

--Sabes que esto lo hago por tu bien?, por mí sería fácil cogerte por la fuerza, pero con tu madre comprobé que se disfruta mejor así, además de que será menos traumatizante para ti, el viejo le sobaba la espalda calmándola, ella solo se mantenía en la misma posición temblando.

--A tu mama le gusta tanto mi verga aunque lo niegue, siempre que cogemos se corre y lo disfruta, apuesto que sueña conmigo y esto te pasara a ti también ya lo veras, ahora bien ¿eres virgen? Y no trates de engañarme porque si no, ahora si me enojare contigo, dímelo con confianza, Ariadne temblando nerviosa solo movió la cabeza en forma de negación, con sus manos cubriéndole el rostro.

--Ah pero que cosas, uno siempre piensa que será el primero y la jovencita se comporta como una putita eh, pero cuéntame, fue tu noviecito con verguita o tal vez el director pervertido o ya se, el intendente anciano rabo verde… ¡habla cabrona, que no te de pena!, el vetusto hombre la tomo del mentón levantándole la cara, Ariadne con los ojos vidriosos soltando algunas lágrimas, sentía que algo debajo de sus piernas comenzaba a crecer incomodándola, y ella sabía perfectamente lo que era, el viejo se excitaba a cada momento.

--Yo… yo… no soy ninguna de lo que dijo, fue por amor y solo me engaño, después se fue con otra, snif, snif, snif, la chica lloro, pues la vergüenza de las confidencias que le contaba al viejo obligadamente, y el recuerdo del desgraciado que la engaño volvían a su mente, ella trato de acomodarse moviéndose un poco, pues lo que sentía debajo la incomodaba cada vez más.

--A mí me vale una vergaaaa… porque lo hiciste!!, te pregunte con quien mensa ¿¡y lo disfrutaste!? ¿Al menos te hizo mujer bien? o ¿nada más duro unos minutos? ¿Ya sentiste lo que tienes debajo verdad? ¡Habla chinga, pareces chamaca y ya eres mujer, compórtate como una!, el viejo sintió el movimiento, Ariadne no contesto solo se volvió a agachar, el viejo la abrazo de la cintura sintiendo las carnes juveniles temblorosas, besándole el hombro, a Ariadne se le puso la piel de gallina.

--Ya que no quieres platicar, vamos a lo bueno, sabes bien, préstame tus manitas, el viejo le lamio el hombro, ella hizo un gesto de repugnancia, para luego tomar las manos de ella y llenarlas de besos, por un momento la chica sintió la cara colorada, se había sonrojado por la acción realizada.

--Ven recuéstate aquí en mi pecho, así, tontita, así, el tío se recostó en el sillón y a su vez Ariadne lo hizo en su pecho jalada por él, que llevo su mano a las piernas, la pequeña lencería las dejaba mostrar completamente, justo entre sus nalgas sentía algo quela picoteaba constantemente, el viejo le comenzó a chupar los dedos, mientras que con la otra mano le acariciaba el muslo, Ariadne miraba hacia el lado contrario de donde estaba el vejete, con los dedos de su mano ensalivados, su repugnante pareja dejaba abundantes babas, ella apretaba los dientes sintiendo que la mano del viejo ya la tomaba de las nalgas.

Don Narciso entonces llego al cuello para besarlo, ella se encogió al sentir tales caricias, el viejo estaba muy afectuoso, sin darse cuenta levanto su cuello para dejar que este siguiera su labor, este sonrió, con su mano en la espalda le hacía caricias parecidas a cosquillas, mientras que con la otra le sobaba las nalgas.

--MUACHS!, MUACHS!!, MUACHSSS!!!, se escuchaban los pequeños besos dados al cuello, Ariadne bajo la defensa, una mano fue a tomar el brazo flaco del hombre, mientras la otra la paso por el cuello acercándose más a él.

--Es… espere señor, yo… no puedo… hay Diioossss haceeee bas… bastante caaaloooorrr…, suspiro la jovencita y abrazándose suavemente al vejete le dio carta abierta, cerró los ojos y volvió a suspirar entregada al huesudo hombre.

--Lo sabía, salió igual de puta y caliente que la madre, jejeje, pensaba el tío Narciso para sus adentros, --Será mejor llevarla a nuestra alcoba ¡jejeje!, Ariadne sintió que se levantaron con ella, inmediatamente se aferró a él tomándolo de los hombros, entreabrió los ojos para ver que su tío Narciso caminaba con ella en brazos hacia el piso de arriba, nunca pensó que un viejo flaco tuviera tanta fuerza, no supo porque se acurruco en su huesudo pecho, su frente sudaba, su cara estaba completamente sonrojada, el tío lejano iba triunfante rumbo a la habitación de sus padres, la misma en donde se follo también a la madre por primera vez.

El tío Narciso la acostó como si de una niña se tratara, ella al ver que se quitaba su playera cerró los ojos, no quería verlo seguro era horrible, sintió cuando el viejo se subía a la cama, para acostarse al lado de su femenino cuerpecito tembloroso.

El viejo la abrazo de la cintura de lado, para darle un beso tomando fuertemente su rostro, ella no habría los labios así que el viejo dejo de hacerlo, para seguir probando el cuello y parte del pecho, sin llegar a los senos.

--Señor Narciso… yo no puedo hacer esto, déjeme ir, me da pena con usted, le dijo la chica que sentía cosquillitas por todo el cuerpo, moviendo las piernas al son de las lamiditas que le daba el viejo, por toda la parte de arriba de su cuerpo.

--Claro que puedes zorrita… recuerda que hace dos días te comiste mi semen, y mira como estas de calurosa, solo necesitas más estímulo y ya sé cómo la tendrás, el viejo fue bajando hasta llegar a sus piernas y bajo la tanguita que ya estaba empapada por ser tan chica, instintivamente Ariadne tapo con sus manos su cuevita de amor (así le decía ella a su tajo de carne), sin importarle nada su tío le besuqueo la mano que resguardaba la vagina, el aroma a líquidos expulsados, mesclados con las fragancias que usaba Ariadne, lo tenían al borde del infarto.

El viejo quedo como si hubiese sido tocado por el mismo espíritu santo, cuando sus oscuros ojos de perverso se toparon con un hermoso triangulito de pelitos crespos y castaños oscuros, sin pensarlo y en forma casi innata poso la punta de su lengua en la hendidura casi virgen de la chica, que al sentir el contacto se retorció, pues la sensación le fascino, el hombre poco a poco le iba abriendo los muslos a la vez que metía más la cabeza entre medio de estos lamiendo, probando la rajita de la joven, que hundida en las almohadas se daba a sentir las gratificantes sensaciones placenteras en su vagina, sintiendo los cabellos del sensual vejete en sus muslos le daban ganas de recogerlos y abrírselos en forma completa, pero por ahora ya no aguantando mas solo se dio a gemir en forma natural,

--¡Mmmmmm! ¡Aaahhhhh!, se escuchó de la boquita de la chica al soltar los primeros quejiditos de calentura, cuando sintió la bocota y lengua del viejo recorrerle su ranurita en su totalidad, por lo que lo premio abriéndole de par en par sus exquisitas piernas.

Su tío sin despegarse de la vagina se acomodó hincado en medio de ellas, Ariadne tomo una almohada pues quería gritar más fuerte cada vez que el viejo lamia más profundamente, su cabello bien peinado estaba comenzando a alborotarse, su cara acalorada y su rostro descompuesto, eran señales inequívocas que ya estaba completamente entregada, pero algo de recato aún quedaba en la joven hembra,

--¡Bas… basta ya! No lo siga haciendo… Usted es mi tioooo…! es mi familiarrrr… no debemos…!!, le decía ahora intentando cerrar sus piernas.

--Jajajaja… y de cuando que a ti te importa eso pendeja calienteee… si hasta solo hace unos días me mirabas como tu mayordomo… o como tu empleadooo, jajajaja…!!! Ahora no me salgas con pendejadas filiales, además que sí sé que soy tu familiar, pero lejanooo… jajajaja!!! Soy tu tío abuelo por si no lo sabias, jajajajaja!!!, el mismo que ahora se va a culear a su sobrina nietaaaa, después de haberse culiado a su sobrina política, o sea a tu madre, jajajaja…

--Por favor tío abueloooo…! no me lo hagaaaa…!! Por favor no me lo hagaaa!!!, Ariadne sentía como el vejete le tenía bien agarrada las piernas impidiéndole hacer que ella se las cerrara…

--Si… si te lo hare mi sobrinita nietaaa…! te voy a coger y te convertiré en mi mujer…!!! Se nota que el baboso que te lo puso antes no tenía idea de cómo hacérselo a una hembrota como tú… ahora sabrás lo que es culear con un verdadero macho en levaaaa…!!! y sé que tu también lo deseas putinga… si solo mírate como estas de chorreada, el viejo se pasaba las manos por sus fauces llenas de líquidos vaginales de la nena, quien muy avergonzada se daba cuenta de ello, con una de sus manitas empuñada puesta cerca de su boquita,  además que con todas las palabrotas que le estaba diciendo el viejo ella se estremecía como si de verdad emocionalmente le afectaran, pero la verdad era una sola, cada una de aquellas obscenas leperadas ya la tenían casi al punto de un orgasmo, pero ella no lo sabía, solo sentía que su vagina latía en forma exquisita y aceleradamente.

Basto en que la caliente jovencita viera la carnívora forma en que ese asqueroso viejo fue abriendo el hocico y sacando su lenguota para comenzar a devorarle la zorra, que solo cerro sus ojos para abandonarse en la cama a sentir como esa áspera lengua se introducía por su aun apretada alcancía de carne, y a los pocos segundos de sentirlo sencillamente exploto regalándole a su viejo y miserable tío un manantial de líquidos vaginales que le soltaba en la misma bocota, mientras este se los iba tragando todos sin parar de seguir comiéndosela…

--Ohhhhh tioooo…!!! Me voy a correrrr… aaahhhhhhh!, dijo solo unos segundos antes de que su cuerpo explotara, aferrándose a los barrotes de la cama, retorciéndose, moviendo y elevando las caderas al son de las lamidas, tensando las piernas, sintiendo abundantes eyecciones de líquidos saliendo de su vagina empapando sus nalgas, la chica gritaba tal cual como lo hacen las hembras en el gratificante estado del éxtasis de la carne, el orgasmo había sido algo fabuloso, nunca antes sentido ni experimentado en su corta vida.

El viejo estaba encantado, se había bebido una buena cantidad de los naturales jugos de la joven, pero él quería más,

--Que tal muñeca…, verdad que es rico!?, jejejeje, le dijo su tío abuelo totalmente desnudo, subiendo de nueva cuenta por el cuerpazo de Ariadne, que aún tenía los ojos en blanco apretando las manos en los barrotes, hasta que cuando los abrió se pudo encontrar con el rostro arrugado de un viejo que se había salido con la suya, este ya se relamía, por segunda vez tendría a una nueva chica como él quería.

--Culiemeee…!, esa única palabra salió de la dulce boquita de Ariadne que en esos momentos ni se imaginaba el disparate que estaba solicitando, para después tomar al vejete de la nuca y besarlo lo mejor posible, en agradecimiento a lo que la había hecho sentir, su tío Narciso no lo podía creer, la joven sobrinita estaba tan caliente que ella misma le pedía que la hiciera suya, y así en la posición de misionero, coloco su verga en la entrada vaginal, para intentar ir metiendo poco a poco su aparato cogedor.

La joven quien estaba en total estado de morbosidad al tener en cuenta que el viejo tío de su padre, su propio tío abuelo era el hombre con el cual se pondría a culiar en realidad, esperaba con ansiedad que de una buena vez por todas le encajaran la verga.

Su tío igual de caliente y lujurioso que ella acomodo la gruesa tranca en la aun jugosa entrada íntima de su sobrina, una vez ya listo y dispuesto simplemente se dio a empujar.

Ariadne sintió la compresión de carne vergal en su vagina, pero el viejo a pesar de ser extremadamente flaco la tenía más que grande, su pequeño tajito no estaba preparado para una irrupción tan desproporcionada, el arrepentimiento le cayó en forma horrorosa sentía que en cualquier momento el viejo le rajaba la zorra,

--Nooooo…!!! no me cabeeeee…!! Ahhhhhh!!!, Ahhhhhhhhyyyy!!!!, gritaba por cada apretón que sentía en sus carnes vaginales, --Aaaaahhhhh!!! Nooooo… por favorrrr tiooo…!!! No me lo hagaaaaa!!!!!

--Cállate zorraaaa!!!, que así como bramas me desconcentras y no te la puedo meterrrr!!!!, el viejo concentrándose una vez más volvió a empujar ahora más firme, y tras otro solido empujón el vejete sintió como la chica se comía por su estrecha vagina lo que podía de su verga, pero no podía meter lo suficiente, don Narciso solo esperaba arriba de ella sudando como animal, y su calentura se acrecentó a mil por hora cuando vio que ahora era la joven quien hacia movimientos extraños buscando la penetración completa.

Entonces el viejo comenzó a mover su aparato más para adelante en señal de cooperarle a ella, penetrándola hasta donde la vaginita le permitiera, era cuestión de tiempo para que entrara toda se decía, estando el ensartado a medias y ella empalada hasta la mitad se miraban con deseo, luego de eso las bocas ya se besaban entre los placenteros quejidos de ambos, abajo los movimientos copulares marcaban un ritmo semi-lento,  el vejete como pudo le subió toda la lencería quedando en su cuello el sujetador y la batita.

El experimentar la sensación del suave cuerpo desnudo de la chica hizo que el viejo aumentara el movimiento de empuje, la jovencita debajo de él recogía y abría más las piernas, las punzadas era dolorosas pero debía aguantar, entre más metía el dolor era más fuerte pero también más placentero y más rico, la vagina lubricaba aceptando el mástil de carne que la habría, parecía que la estaban desvirgando.

El tío Narciso mordía y chupaba su cuello con desesperación, ella lo ladeaba y se lo ofrecía entregada totalmente, sus caderas no paraban de moverse en clara señal de búsqueda de verga, los cuerpos sudaban, Ariadne se sentía llena, un rico cosquilleo le llegaba desde su área vaginal y se expandía por todo su cuerpo.

--Así tío, así, no pares tío… Ooooohhhh!! Esto es el cielooo!!!... Tío te siento bien adentro, ricoooo, ricooooo!!!!, el feliz vejete se sentía todo un campeón, disfrutaba un cuerpo cálido, juvenil, delicado, estaba en la gloria, no quería que terminara, ella se acercó a su boca para volver a besarlo apasionadamente abrazándolo en forma apasionada, ese cuerpo flaco y decrepito la tenían enferma de calentura, lo deseaba.

El viejo se levantó tomándola de las piernas para ponerlas cada una de ellas en sus hombros y arremeter con fuerza apretándole las tetas, Ariadne solo sentía la copulación perfecta, nunca pensó disfrutar así con un viejo de casi 60 años, pero era verdad que ya la tenía en el mismísimo cielo.

La hermosa joven sintió que le chupaban las plantas de los pies babeándoselos, las sensaciones era delirantes, la chiquilla nunca olvidaría esta clase de sexo que increíblemente su tío abuelo le estaba brindando.

--Ohhhh tío Narcisooo… nunca me los habían chupado!, sigua tío!, muérdamelos!!, mis pies, mis manos, mi cuerpo, son suyos se los doy!!! Haayyyyy que rico!!! Hay que ricooooo!!!!, el viejo la había levantado, ella solo se apoyaba con la cabeza, hilos de  babas caían de sus pies y llegaban a su cara descompuesta, el rostro de jovencita decente, se convirtió en el de una zorra asquerosa, Ariadne no paraba de aferrarse a los barrotes de la cama con fuerzas, mientras que con su lengua atrapaba las babas caídas directamente de sus blancos pies.

--Eres tan puta!, tan putaaa… como tu madreeee!!!, pero con una vagina más cerrada, jajaja!!! Te cogeré las veces que quieraaa!!! Eres mía holgazana… míaaaaa!!!!, le gritaba el tío Narciso apuntalándola más firme y más recio por cada palabra que le decía a su sobrina nieta, mirando como Ariadne pedía más verga al igual que había hecho su madre.

Las arremetidas ya eran infernales, los cuerpos como si se trataran de uno solo se movían sincronizadamente, el cuarto olía a sexo, a coño y a verga, el vejete le daba gracias a dios de que las mujeres Olguín fueran tan calientes, a su mente llego la pequeña Paty, --Será igual de puta, pensó en un momento. El orgasmo de Ariadne llegaba sacándolo de esos pensamientos hacia la más pequeña de las Olguín.

--Hay tío me la mete hasta más arriba de la cinturaaa…!!!, decía la chica deslizando sus dedos a la altura de su ombligo, como si de verdad quisiera sentir la verga en la tema de sus dedos y por detrás de su piel, esto la hicieron estallar, --Ohhhh tío creo que me corrooooo! Siiiii… ufffff, Auchhhh!!! Hay que me corrooooo!!! Ayyyyyy que me corroooooo!!!! Mmmmmnnnggghhhh!!! Me muerooooooo!, gritaba fuertemente, en su pecho sentía la necesidad de hacerlo con todas sus fuerzas, el viejo era todo un macho, las arremetidas comenzaron a parar, el viejo saco su verga y baño a la chica en semen.

--Aaaarrrgghhhhh! Aaaaahhhhhh!! Aaaarrrgghhhhhh!!!!, gritaba el vejete con los ojos en blanco y con su erecta verga escupiendo semen como un mal nacido, intentaba por todos los medios darle en la cara a la chica, lo que logro con tres calientes lecherazos dejándole la cara completamente estucada con el líquido blanco y a veces semi transparente, el resto del cuerpo de Ariadne quedo sudado y bañado en semen, cansada soltó poco a poco los barrotes, la sesión de sexo había terminado, en su vientre, pechos y cara el semen se secaba y ella seguía respirando agitadamente, mirando como el viejo a un lado de ella respiraba igual sin moverse.

Pasadas las tres de la tarde, Ariadne despertaba, por alguna razón se sentía bien, miro al viejo que seguía dormido, su cuerpo brilloso por el sudor y el semen, le recordaban lo bueno y macho que era su tío abuelo para sus cosas, tratando de no despertarlo se levantó para mirar por primera vez la verga con la cual disfruto como perra, esta aunque flácida se miraba grande, la chica la acaricio un poco, pues no lo había hecho, despertando así al vejete.

--De verdad que eres golosa, anda comételo… dormido también es grande, entretente con él, por mí no hay problema, Ariadne fue tomada por sorpresa, sonrojada retiro su mano para voltearse estaba apenada.

--Ah que rico! Acostarse junto a una muchachita como tú, bien juntitos, el tío Narciso la abrazo pegándose a ella, colocando su verga en la raya de sus nalgas.

--Por favor tío Narciso, dijo que solo sería una vez, ya cumplí, espero que usted haga lo mismo, dijo la joven sin voltearlo a verlo, el viejo que creyó la había domado está equivocado o tal vez la chica mentía.

--Estoy seguro que te gusto mucho… no mientas, pero está bien soy un hombre de palabra, al rato tendrás tus cosas, pero eso si lo de tu madre y yo sigue, así que no te metas, al rato hasta te doy un hermanito, jejejeje!, el abusivo tío se levantó recogiendo su ropa, para salir dejando sola a Ariadne.

El domingo Don Fernando salió con su hija que estaba más jovial que de costumbre, tenía muchas energías, antes de salir miro al viejo tío-mayordomo, él sonreía al verla y ella le devolvía la sonrisa, los dos sabían que sus encuentros no terminarían ahí, pero por ahora era mejor conformarse con lo ya pasado.

A las siete de la noche llegaba Jimena y no venía sola, entre abrazos y felicidad, recibían a la más pequeña, Patricia Olguín de 18 añitos recién cumplidos, por fin la familia estaba completa.

La mesa de jardín ahora tenía cinco asientos, Jimena y Vanesa acompañadas de sus hijas Ariadne, Patricia y Altaír platicaban de muchos lugares a donde podían salir de vacaciones, Ariadne miraba en dirección de la puerta de la cocina, la razón era una sola quería ver al viejo familiar que las hacía de mayordomo, desde hace tres días no se lo podía quitar de la cabeza, se peguntaba porque, era verdad de que el viejo era chingon en la cama y ella ya tenía sus papeles y su secreto estaba a salvo, es más hasta el disgusto de que su madre se revolcaba con él había desaparecido.

--Ariadne hija, que te pasa?, pregunto su tía Vanesa, sacándola de sus pensamientos.

--Nada tía y a ti mama que te pasa, que no paras de mirar hacia la cocina, Ariadne que ahora sabía lo del viejo y su madre, decidió molestarla un poco solo por diversión según ella, o seria que la chica estaba celosa.

--Ehhh nada hija nada, mejor apresurémonos a comer para ir de compras que les parece?, dijo la señora, que pensaba debía ser cuidadosa pues si su hija se daba cuenta, cómo explicaría lo de ella y el viejo sin vergüenza tío de su marido.

--Hay mama el tío Narciso tiene razón, estas deseosa de su verga, lo sé porque yo estoy igual, es enorme no me la puedo quitar de la cabeza, haría cualquier cosa por ella, Ariadne con una sonrisa pícara en la cara, pensaba cosas sucias hacia ella y su madre, las chicas se levantaron para salir, desde la sala de la mansión, el vejete las espiaba con cara de caliente desde la cocina, --Mis sobrinas-nietas no están nada mal a pesar de ser pequeñas, de 18 y 19 añitos, jejeje quien lo iba a creer, ahora que recuerdo me pareció hasta más flaca la Ariadne y después vi el tremendo cuerpazo que se gasta y que ya hice mío, pero mi otra sobrina la más grandota esta tan rebuenota como las otras dos… será mejor elegir cual sigue lo antes posible, llevo dos de cinco, las Olguín serán mías, el siniestro vejete fraguaba el tercer plan, pues la que seguía sería un hueso duro de roer.

(Continuara)