Mireya quedo sorprendida al ver al señor Manuel llegar, su cara apenada por encontrarse al amigo de su padre en el antro lo demostraba.
-no te preocupes Mireya, lo que pasa en el FOXISS se queda en el FOXISS puedes divertirte todo lo que quieras, no se preocupen por pagar yo invito ¡ajajjaa!-el señor se sentó junto a la chica, Ingrid al otro lado miraba que Mireya estaba muy tensa por la situación vivida en estos momentos.
-que nos traigan la mejor botella para festejar, vengase Don Gumaro siéntese aquí a mi lado-la señora invito a otro viejo que en estos momentos acompañaba a Manuel, su nombre era Gumaro Pérez Pérez el viejo de más de sesenta años sonrió, dejando ver sus encías negras y sus colmillos amarillos pues carecía de los demás dientes, vestía un traje gris y un sombrero parecido a los de los pachucos.
-dichosos los ojos que te ven por aquí muchacha hace tiempo que no te veía, sigues tan buenota como siempre ¡jejejeje!-el viejo arrugado se quito el sombrero dejándolo en la mesa, su calva cabeza tenía unas manchas cafés regadas, las manos huesudas tomaron la bebida que había traído el mesero y le la acabo de un trago.
-¡aaaahhhh! Que sabroso y tu pequeña florecita cómo te llamas-el viejo estiro la mano para saludar, Mireya lo miro sintió miedo pues el viejo era aterrador muy feo, pero como ella era educada le devolvió el saludo, Gumaro le beso la mano y se la lamio, Mireya la retiro rápidamente limpiándose las babas en el vestido, que se le subió a más de medio muslo por ser tan chico.
-¡no sea cochino viejo cabron!-Ingrid molesta pues el viejo era repugnante incluso para ella le reclamo, Mireya se sintió cómoda con eso ahora sabía que su mama no la dejaría ni un momento sola con el viejo que acababa de conocer.
-no te enceles muñeca, mejor vamos a bailar-la señora se paro dejando a Mireya sola con Manuel, la chica miro que sin ningún problema Ingrid se levantaba para bailar con el viejo arrugado.
En la pista Ingrid se movía al son del danzón de nombre NEREIDAS muy conocido entre la comunidad del FOXISS, acompañada del viejo Gumaro que todo el tiempo poso su mano entre las caderas y trasero de la señora que sonreía sin parar, el viejo se recargo en sus tetas para bailar mas pegaditos, todo esto llegaba a los ojos de Mireya que sorprendida miraba a la señora junto con el viejo, su función fue interrumpida por Manuel.
-¡jejejeje! que gusto llego el tequila-el viejo tomo dos de las cuatro caballitos que había en la mesa y les sirvió el alcohol, ofreciéndole uno a la chica que al principio se negó.
-no Don Manuel sabe que yo no tomo gracias-Mireya se volteo para ver el baile de su madre, pero el viejo volvió a insistir.
-no te parece que esta podría ser tu primera vez, el alcohol te da alegría y borra las tristezas, anda solo un trago hasta el fondo y no insisto mas, acompáñame con la primera-Manuel tomo la delicada mano y coloco en ella el pequeño vaso cerrándosela, Mireya no quería tomar pero las palabras de que el alcohol aliviaba las penas, hizo que sostuviera el vaso.
-esto ha de ser igual a las cervezas que me tomo con Sandra, no creo que me emborrache tan rápidamente-a la chica se le hizo fácil pues para ella todo era igual, pero no contaba con que el tequila tiene más grados de alcohol y es muy distinto a las cervezas.
-salud Mireyita a la de tres, una, dos, tres-los dos se empinaron el caballito, el viejo se lo tomo como si nada, al tratar de tragarlo Mireya sintió un calor que le quemaba haciendo un buche casi lo escupe, pero al ver la cara burlona del viejo hizo un esfuerzo y lo paso.
-cofff, cofff, hay dios esto está muy fuerte, me quema-dijo casi ahogándose, nunca había tomado el tequila, la canción acabo y la pareja volvió a la mesa.
-a con que ya empezaron sin nosotros, sírvenos Manuel ¡a chuparrrr!-dijo el viejo con pinta de pachuco, Manuel sirvió otros cuatro vasos y los repartió.
-no, yo ya no quiero, gracias eso quema parece gasolina-los tres echaron a reír por el comentario de la chiquilla.
-hay Mireya, ya estas grande por favor acompáñanos con otro trago no pasa nada estás conmigo y los señores, si tomabas con tus amiguitos es mejor con alguien que sabe de estas cosas, vamos un brindis y ya-Ingrid no tuvo que insistirle mucho sabia que la chica la obedecería en todo.
-está bien Ingrid este y ya-así los cuatro brindaron, a Mireya ya no le costó mucho pasar el trago, su garganta como pasa con esa bebida tan sabrosa se acostumbro al ardor, de un trago se lo paso todo.
-hola Rebequita, seguro tu madre te dijo que podía pasar ¿verdad?-Rebeca estaba en la cocina de su casa, Camilo entro Ingrid le había dejado las llaves una vez más, la chica solo se quedo parada con su vaso de leche en las manos, mirando como el viejo subía las escaleras haciéndole una seña con su dedo en los labios para que callara.
Natalia estaba en el baño se disponía a bañarse, en su cabeza estaba el milagro de no quedar preñada todavía del viejo, aliviada por ese problema habría la llave del baño para darse una ducha rápida y acostarse a dormir, a la vez que pensaba adonde habían ido su madrastra y hermana, el ruido de la regadera se escuchaba cuando Camilo sin permiso entraba al cuarto, lo miro, el recuerdo de aquella primera vez con su gemela lo hizo hervir la sangre, llegando al cuarto de baño sigilosamente abrió la puerta, en el suelo vio la prueba de embarazo la tomo, maldijo en silencio pues el bien sabía que si la prueba salía verde la chica no tenía nada de hijo adentro, pero cuando levanto la vista y mirar por el cancel del baño se le olvido todo, pues el cuerpo mojado de la chica para él era divino, como hizo aquella vez se desnudo, entro por sorpresa al baño y jalo la puerta del cancel, Natalia se paralizo al verlo ahí a escasos centímetros de ella.
-Camilo no, esta Rebeca-el viejo avanzo abrazándola, ella paralizada como la primera vez sintió el cuerpo del hombre pegarse al de ella.
-esta Rebeca, nos puede ver, váyase se lo ruego ahora no, tengo miedo-pero el viejo no la escuchaba, le daba besos por todo el cuello sin responder ni dejarla en paz, ella se retorcía en los brazos del hombre que la tomaba de las nalgas desnudas, el agua caía y el viejo no se largaba.
-ya vi que no estás preñada pero no importa, ahora iremos a la cama y me darás ese escuincle que tanto deseo-Camilo le mordía los hombros, ella se retorcía quería que se fuera, estaba loco si pensaba que se dejaría preñar por él.
En el famoso congal, los cuatro compañeros de mesa seguían tomando, Mireya que ya se sentía algo mareada por haber tomado al compas de los demás, se recargo en el respaldo de la silla para tratar de relajarse, Ingrid miro a su pequeña hijastra cerrar los ojos y tomarse la cabeza en señal de sentirse mal.
-Mireya hijita porque no sales a bailar con Manuel para que se te baje el alcohol, mira como te has puesto-dijo la señora a lo que la chica levantándose, sintió la mano del viejo amigo de su padre tomar la suya y llevarla a la pista.
-discúlpeme Don Manuel, pero yo no sé bailar esta música-dijo la chiquilla pues a ella nunca le gustaron las cumbias, que en ese momento sonaban.
-esto es muy fácil yo te guiare, tu solo déjate llevar mamita chula-la pieza comenzó era la canción titulada 17 años de los ángeles de Charlie, el viejo tomo a la chica fuertemente de la cintura y la junto a él, ella se dejo hacer pues el alcohol la vencía, mientras más le daba vueltas mas se mareaba, sin pensarlo Mireya se pego al pecho del robusto hombre a la vista de todos.
La pareja ya bailaba como si de una balada se tratara, aunque la música era movida ellos bailaban tranquilos, el viejo entonces la tomo de las nalgas para comenzárselas a sobar sin ningún pudor, ella por lo mareada ni sentía los tocamientos, el lugar estaba abarrotado de viejos y chicas lindas que los atendían, algunos les preguntaban a las trabajadoras quien era la jovencita que bailaba tan cándidamente con el dueño del lugar, algunas no sabían que contestar, mientras que otras solo se alcanzaban a decir que seguro era una nueva puta, y que al rato seguro harían una rifa en el tugurio, para ver quién era el primero en encamarse con ella.
Ingrid que miraba desde su lugar, se recordaba de que cuando ella llego por primera vez a ese lugar no tuvo la atención que recibía la chica, por todos lados preguntaban quien era algunos que la conocían, se levantaban de su asiento para preguntarle a Ingrid, sobre esa jovencita de vestido dorado que toqueteaban a la vista de todos, la señora sintió celos, pues ella pensaba que al verla de regreso y al haber sido la mejor teibolera de ese lugar, todos la recibirían con los brazos abiertos, pero la gemela la había opacado ciento por ciento.
Manuel estaba a todo gusto manoseando a la jovencita que solo seguía recargada, antes de terminar la canción el viejo pidió otra seguida y otra más y otra más, Mireya ya sudaba pues el baile lo provocaba, a la vez que poco a poco la sensación de embriaguez se le pasaba, a la sexta canción la chica ya estaba más lúcida, sintió enseguida que la pequeña prenda de vestir subía poco a poco por sus nalgas dejándoselas descubiertas, ella se separo del robusto cuerpo para darse cuenta, que su vestido estaba tan arriba que mostraba a todos el esplendoroso trasero que se cargaba, asustada y apenada miro al viejo, este tenía una sonrisa en su rostro, de pronto escucho muchos silbidos e improperios.
-¡que nalguitas yo quiero! ¡fiu, fiu están bien redonditas! ¡presta para acá esa cola muñeca! ¡rífala, rífala Manuel! ¡Cuánto el boleto por esa cola blanca!-los hombres del lugar como perros la alababan, pues sabían la regla del lugar, el que quisiera entrar a la rifa debía gritar para subir el ambiente y después pagar su boleto correspondiente, Mireya sintió una gran vergüenza que incluso hizo que se le pasara la embriaguez, se soltó del viejo para acomodarse el vestido y salir corriendo a ver a su mama, que reía a carcajadas más relajada por el alcohol.
-Ingrid vámonos, mira lo que me hizo Manuel, me subió el vestido delante de todos, yo ya no quiero estar aquí, además este no es un antro normal, parece más un table dance vámonos por favor Ingrid-la señora se quedo quieta haciéndole espacio a la chica, para que se sentara con ella.
-Mireya recién llegamos, no tenemos ni una hora aquí, además que no podemos salir hasta las seis de la mañana, pues el de la entrada no te lo permitirá, será mejor que ya no salgas a bailar con nadie, siéntate y tomate algo para los nervios, mira aquí te sirvió Don Gumaro-la señora le dio una cuba para relajarla, Mireya solo le dio un traguito la bebida estaba muy cargada pero esto la chica no lo noto, pues paso como con el tequila esas bebidas nunca la había probado, así que sin más le dio otro trago agachando la cabeza, se quería esconder de toda la gente que le había visto sus nalguitas.
-tu mama tiene razón muñeca, además no tienes de que avergonzarte, tus pompis nos lindas ¡ajajajaj!-rio como loco el viejo Gumaro, que estaba a un lado de ella, Mireya solo sonrió tímidamente, pues el piropo le gusto, no así de la persona de la que venía, sintió como el viejo se rejuntaba mas a ella y le re huyo moviéndose hacia donde estaba Ingrid, por nada del mundo quería estar cerca de ese hombre tan viejo y tan feo.
En la habitación de Natalia, la cosa seguía difícil para la chica, el viejo seguía abrazado a ella besándola por todos lados, ella rogaba porque Rebeca no entrara y se diera cuenta de lo suyo con el viejo, estaba a un paso de la desesperación.
-ya déjeme don Camilo, por favor no quiero-decía la chica, sus manos caían a los lados del cuerpo de Camilo, ella solo ponía resistencia con su voz, algo le decía que no debía dejarse nunca más hacer ese cosas con el chofer, y por otro lado pensaba que era su hombre, daba la impresión que cuerpo y mente pensaban distinto.
Camilo comenzó a agacharse besando su cuerpo, deteniéndose en los senos para mamarlos mientras el agua caía, succionaba de ellos los chorros de la misma bajando mas y mas por el vientre plano, hasta llegar a su vagina y darle unos ricos besos en sus vellitos mojados, para después lamer los muslos delgados de la señorita que lo miraba desde arriba sin hacer nada, su cara la sintió colorada el viejo estaba siendo muy dulce y amable con ella, no era como las otras veces que se la cogía rápido por distintas razones ahora lo hacía despacio.
-¡jijiji! No por favor Camilo, déjame en paz, esta Rebeca puede entrar en cualquier momento -se escucho cuando el viejo casi tirado en el suelo le lamia su pies dedito por dedito, la chica los comenzó a mover las sensaciones en su cuerpo aunque tímidas las sentía muy ricas, solo a él se le ocurrían tantas cosas, el chuparle los pies le agrado demasiado a la jovencita, que sonrojada veía como el viejo seguía como un perro agachado delante de ella lamiéndole las patas.
-¡a la chingada con la gorda! ¡escúchame bien! ¡te vas a dejar coger hoy! así que date vuelta y recárgate en la pared -de pronto el viejo cambio su actitud, le molestaba que la chica protestara ya era hora de que lo dejara de hacer, la chica lo hizo sin protestar no sabía porque pero cada orden que le daba el viejo ella tenía que obedecerla, recargada en la pared con los brazos extendidos, sintió como el viejo le levanto una pierna para lamerle las plantas, esto hizo que la chica comenzara a reír, sus carcajaditas al sentir cosquillas fueron escuchadas por el viejo, que de nueva cuenta comenzó a subir por sus piernas lamiéndolas, pero ahora por la parte de atrás.
Rebeca en su cuarto pensaba en si debía ayudar o no a su hermanastra, el viejo tal vez ya la estaba violando, tal y como había leído en su diario, de pronto escucho un quejido por parte de la gemela que la alerto.
Rápidamente bajo para tomar lo que fuera y ayudarle, ella no se merecía que ese sucio chofer la siguiera violando cuando él quisiera, no supo porque el sentimiento de ayuda surgió de repente, lo que estaba segura era de que la debía ayudar, llego a la cocina y encontró un sartén, sin pensarlo lo agarro para salir en su ayuda.
De vuelta en el FOXIS, Mireya estaba muy atenta a lo que Ingrid hacia, la veía alegre divirtiéndose con el amigo de su padre y el viejo arrugado, la veía como toda una experta en controlar hombres pues a los dos los tenia embobados platicándoles quien sabe cuántas cosas, a ella por su parte ya se le había pasado la pena de haber mostrado su trasero a tanto hombre, y creía que lo que ella hacía en la escuela con los chicos, era de aficionados con lo que su mama hacia, algo de envidia le entro así que comenzó a convivir mas con los viejos.
Por todos lados pasaban las chicas jóvenes y otras que ya no lo eran tanto, atendían a los viejos y se ponían a bailar con ellos, Mireya no es que no entendiera lo que pasaba, más bien se hacia la tonta que no comprendía.
Ingrid en medio de los dos hombres se daba a platicar con ellos, la música estaba muy alta así que la conversación giro alrededor de Mireya, que por estar viendo a las demás mujeres no se percato lo que su nueva mama estaba diciendo.
-entonces a qué hora te la vas a llevar a los cuartos de arriba, esto urge y no sé si la pueda traer otra vez, me he dado cuenta que ya no es tan tonta como lo era cuando la conocí-Ingrid en medio de los machos les hablaba al oído, Manuel también ya quería llevarse a la chica pues se podría embriagar y el la quería lucida, sobándole la piernota a Ingrid le llego una idea.
-mejor la rifo, que el boleto cueste 2000, yo creo que si lo pagan estos mugrosos-Manuel se la quería coger, pero siempre le gusto mas el dinero que el sexo, así que prefería que alguien pasara antes que él, así ganaría un dinero y después probaría el cuerpo.
-no tú debes ser el primero, recuerda que ella es virgen-Ingrid insistía en que Manuel su macho le enseñara de sexo, pues sabia la cosota que se escondía entre sus piernas, si Manuel se la metía, la chica no disfrutaría nada pues Ingrid se imaginaba que sería un dolor tremendo, para la madrastra la primera vez de Mireya debería ser traumatizante, para que la chica no se olvidara nunca de ella.
-¡virgen! Véndemela Manuel, véndemela te doy 10000, aquí los tengo mira-la desesperación de Gumaro extraño a sus amigos, el viejo temblando se relamía los bigotes sudando de los tragos y la emoción.
-no mames viejo, eso 10000 los puedo triplicar si hago boletos y una rifa, si das más a lo mejor la pienso ¡jejejeje!-dijo Manuel como si Mireya fuera de su propiedad, como si se tratara de una mercancía, Ingrid miro al viejo era verdad que Manuel le destrozaría la raja a vergazos, pero en su mente la loca idea de que el viejo Gumaro fuera su primer amante le fascino.
-cállense los dos, mejor vamos a bailar, yo con mi macho y tu Gumarito agárrate a la Mireya-por un momento Mireya se negó a salir a bailar, pero la insistencia de Ingrid una vez más hizo que se levantaran y así los cuatro en la pista, comenzaron la tanda de baile.
Mientras bailaban a Mireya le daba la impresión de que Ingrid le quería enseñar como bailar con ese tipo de hombres, ya que la miraba extrañamente haciéndole señas con los ojos, como levantándole la ceja o sonriéndole cuando lo hacía bien o agachándose y bajando la cabeza cuando lo hacía mal, todo esto era muy extraño para la jovencita, pero seguía pensando que Ingrid lo hacía por su bien, para enseñarle cosas fuera de la familia, lo malo de esto es que ella las quería aprender.
El viejo Gumaro estaba más que caliente, tenía un cuerpo hermoso, delicado, junto a él el viejo cabron se acerco lo suficiente, como para comenzar a restregar a su amiguito en la pierna de la chica, Mireya le recordó lo vivido con su profesor de matemáticas, también recordó lo que Ingrid le dijo una vez, que este tipo de viejos no le harían nada, solo quería estar cerca de una jovencita linda y tratar de tocarla, Mireya confiada de que su mentora estaba cerca y el lugar lleno se dejo hacer.
Gumaro era un viejo mañoso, sus manos las tenía en la breve cintura de la chica y con su dedo más largo le trataba de sentir sus nalguitas, Mireya no dejaba de mirar a Ingrid siguiendo indicaciones, en un código que solo madre e hija entendían.
-si tan solo hubieras sido mi hija, de verdad estaría orgullosa de ti, mírate te estas convirtiendo en una fulana, que rico la vas a pasar hoy Mireyita-hundida en sus pensamientos, la señora disfrutaba ver que Mireya se dejaba llevar por ella como un títere, Ingrid sintió que estaba lista para el siguiente nivel.
-que te pasa Ingrid por que la sonrisa, te vez muy perra, más de lo normal ¡jejeje!-Manuel la saco de sus pensamientos, a lo que la señora bien agarrada de el contesto.
-quien de todas tus muchachas es la mejor desnudista del lugar-la señora sin dejar de ver que el viejo Gumaro ya le sostenía el trasero a Mireya casi en su totalidad, y que Mireya no hacía nada para impedirlo pregunto a su dueño.
-la Jazmín porque, ahora que se te está ocurriendo cabrona-dijo Manuel intrigado, no entendía a lo que Ingrid quería llegar a hacer.
-has que salga a bailar, me asegurare de que Mireya aprenda a hacerlo, no te parece una buena idea-Manuel no comprendía el odio de Ingrid hacia con su hijastra, si se veía que se llevaban bien, Ingrid se sentía como una mujer normal, las miradas de los hombres no eran dirigidas hacia ella, giraban alrededor de la chamaca y eso la ponía muy celosa y peligrosa.
-Don Gumaro por favor no me agarre por ahí las manos arriba, está muy cerca de mi-decía la chica, pero el viejo se restregaba más a su pierna como hacen los perros jariosos, mientras le comenzaba a apretar las nalgas sintiendo su redondez juvenil, Mireya lo trataba de alejar sin que Ingrid se diera cuenta, era absurdo mirar como la chiquilla quería agradarle a su madre, haciendo cosas que le incomodaban.
Natalia volteaba repetidas veces hacia la puerta recargada en la pared del baño, y con el Camilo hundido en sus nalgas lamiéndole su vagina, la jovencita a pesar de sentir las lametadas seguía nerviosa de que su secreto se descubriera, y conociendo a Rebeca seguro le contaria a su madrastra y ella a su vez a su padre.
-¡aaaaahhhh! Ca….Camilo ya por favor ¡aaahhhhh! ya vete-pero el viejo no paraba, seguía lamiendo y succionando bien prensado de su trasero, el cual ya había tomado un color rojizo por las apretadas que recibía, la chica a cada momento se calentaba mas, a pesar de su negación a la chica le gustaba todo lo que el viejo le hacía.
-ya te dije, que me vale madres, tu eres mía canija y va siendo hora de que compartamos cama delante de tu familia-¡SPLAHS SPLASH!-se escucharon dos tremendas nalgadas que hicieron que la jovencita diera un pequeño grito de dolor, la forma en que el viejo cambiaba su actitud por alguna razón calentaban a la chica.
-¡haaayyy! Ca…Camilo yo no quiero estooooo de verdad ¡aaaahhhh! ¡aaahhhh! ¡mmmmm! ¡aaahhhh!-la chica entonces sintió un ligero cosquilleo en su entrepierna, la lametadas con esa lengua gruesa y rasposa la comenzaron a hundir en unas sensaciones placenteras, Natalia comenzó a mover la cola con la cabeza pegada en la pared, mientras el viejo lamia sin parar succionando los labios vaginales, lamiendo su rosado orificio anal, la chica no supo cuando pero ya estaba entregada una vez más.
Rebeca llego a la habitación de la gemela, tomo la perilla en su mano llevaba el sartén con el que le aria frente al viejo cochino, se detuvo un rato a escuchar lo que pasaba.
-así canija, así sumisa y obediente, como la última vez que cogimos, te la voy a meter por el rabo hoy mismo, vamos a tu camita amaneceremos juntos hoy-Camilo ya parado junto a la chica la tomaba de la cintura bien pegado a ella, su verga en medio de las blancas nalgas de la chica hacia movimientos de atrás hacia delante en medio de sus piernas, ella movía sus nalgas en círculos tomándolo de la nuca, mientras él le sobaba las tetitas apretándole los pezones, la chica suspiraba por los tocamientos, entonces el viejo le pellizco los rosados pezones y ella dio un grito.
-¡hhhaaaayyyy nooooo dueleeee! ¡haaaayyy!-el viejo solo sonrió apretando mas y mas fuerte, la jovencitas apretó los dientes para soportar el dolor.
-ahora si harás lo que yo te diga verdad Naty, con eso ya entendiste o ¿quieres que te lastime otra vez?-a la chica le corrieron dos lagrimas, recordó que la ultima vez se comporto sumisa y obediente y el viejo la disfruto y luego se fue, ya era hora en pensar hacer lo mismo, pues si no el viejo la lastimaría, así que tomo la posición que le tocaba en este juego sexual.
-si Don Camilo, yo solo quiero que usted disfrute de mi-Camilo entonces la volteo y tomándola de las nalgas le asesto un beso largo y ensalivado, lamiéndole la cara y orejas, ella solo fruncía el seño en una mueca de verdadero asco.
-di que lo quieres, que deseas estar conmigo ¡vamos quiero escucharlo!-el viejo volvió a dar otra orden la chica, como muñeca era sacada del baño con el viejo bien pegado atrás de ella, la alfombra del cuarto seco las plantas de los pies de los amantes, Natalia miro la camita con el cobertor rosa, algo le dijo que debía cambiarlo pues desde hace mucho dejo de ser una niña gracias al viejo que tenia atrás, y con lagrimas en sus ojos salieron las mejores palabras que pudo haber escuchado el viejo.
.mi cama es suya ahora, quiero amanecer abrazada a usted, a mi macho, a mi hombre solo le pertenezco a Camilo, a mi Camilo-Natalia lo dijo más parecido a un robot, el cual le habían ordenado decirlo, pero para el viejo fue la mejor invitación, y guiándola a la cama se recostó con ella, que solo miro hacia el techo mientras sentía la lengua del viejo recorrer su cuerpo.
Afuera en el pasillo, Rebeca no podía creer lo que escuchaba, como una chica tan linda podía revolcarse con un viejo de avanzada edad y que además era un empleado, pero ella había escuchado bien a la propia Natalia, lo invito a su cama-y yo que la quería ayudar-la chica bajo el sartén quito la mano de la perilla y fue a refugiarse a su cuarto, oyendo como Natalia comenzaba a dar gemidos.
-hoy tenemos el honor de presentar a Jazmín con su mejor baile en el tubo, entre más aplausos menos ropa ¡los dejamos con JAZMINNNNNNN!-el anunciador por el micrófono daba la bienvenida a una chica casi de la edad de Mireya, igual de delgada y bonita, solo que ella daba la impresión de haber llegado de la india, pues sus rasgos así la definían, un color moreno claro y una carita muy fina enfundada en un vestido de colegiala, salió con una sonrisa mientras los hombres aplaudían sin parar, las luces se apagaron para dar comienzo al exquisito baile, moviendo el abdomen de una manera que solo ella y la cantante shakira lo saben hacer.
Al comenzar a dar vueltas por el tubo, Ingrid miro que Mireya no perdía lujo de detalle, la chica estaba fascinada de cómo la Jazmín subía por el tubo y bajaba dando vueltas y giros sin caer, al igual de que se restregaba en el, Mireya se preocupaba por su salud sintiendo que un error y caería de cabeza haciéndose daño, pero Jazmín era toda una experta, no por nada había quedado en el lugar de su ahora madrastra.
El momento llego y Jazmín se quito la playerita blanca que solo le llegaba al ombligo, dejando fuera sus senos, Mireya miro los suyos eran muy parecidos, pequeños pero respingones, a la vez que miraba como la pequeña falda tableada color rojo y azul, caía para después con su pie botarla al público.
-ese movimiento es mío, chamaca copiona-se dijo Ingrid al ver como la chica boto la falda, recordándole que alguna vez ella hizo eso para sobrevivir.
El baile continuaba, Ingrid estaba sorprendida de que su hijastra mirara sin demostrar pena o vergüenza, la verdad es que Mireya estaba disfrutando del baile y no es que le gustara la chica, si no le gusto la manera en como lo hacía, Jazmín volteo inclinándose para bajar su tanga, para después arrojarla al público y así quedar totalmente desnuda, unos segundos más y el baile termino.
-te gusto el espectáculo florecita-pregunto el viejo Gumaro, Mireya apenada pues se notaba que le gusto solo afirmo con la cabeza.
.sabes tú lo podrías hacer mejor ¡jejejeje!-el viejo le dijo lo más normal posible.
-yo no, jamás me quitaría la ropa delante de tantos hombres, como se le ocurre decir esto-dijo tajante pero no se noto molesta, al contrario lo que dijo el viejo lo sintió como un alago.
-ahora si ya te enseñe todo lo que vas a hacer aquí de ahora en adelante, es tiempo Mireya mi macho te ara mujer, y cuando todo esto haya terminado tu padre estará tan decepcionado, que terminara sacándolas para siempre del testamento y todo el dinero será mío-Ingrid se levanto se corrió un asiento, para llegar junto a su hija.
-vamos al baño Mireya, acompáñame-las dos se pararon disculpándose con los viejos, Ingrid guio a la chica a la parte de arriba.
-hay que tonta, se me olvido mi bolsa, entra tu espérame vuelvo enseguida-Mireya siguió, el pasillo estaba oscuro hasta el fondo estaban los baños de mujeres, camino por ahí, el aire en esa parte no estaba tan viciado de cigarro, de hecho era muy relajante la chica, sudaba pues había bebido y bailado, el sudor en su cuerpo lo hacía brillar de una linda manera, los tacones que usaba sonaban, pues el ruido cada vez se hacía menos fuerte, llego al baño y se dispuso a orinar.
-ya está solo sube y no la dejes bajar, es tu regalo por todo lo que has hecho por mi muñeco-Manuel se levanto, camino rápido pues Ingrid le avisaba que era el momento, al subir las escaleras recordaba de cómo la madre de las gemelas Susana, había preferido a su amigo Ricardo por ser más guapo, él pensaba que la señora se había burlado de él, ahora llegaba la venganza en forma de un cuerpo joven y bello, que en este momento se limpiaba su rajita para volver a la mesa.
-¡aaaahhhh! ¡que susto Don Manuel! ¡hay dios me asuste mucho!-exaltada sintiendo que su corazón se le salía, Mireya se encontró con Manuel justo en la entrada del baño, la chica trato de salir por un lado pero el viejo le tapo el paso.
-que te parece mi lugar muñeca-pregunto el viejo sin dejarla pasar, Mireya lo miro la camisa la tenía toda desabotonada dejando ver una panza ni muy grande ni muy pequeña, en ella tenía vellos por todos lados que le llegaban al pecho y se perdían en el pantalón, el viejo era alto como su padre solo que más robusto, en su cara las marcas que dejan los barros eran muy visibles, la jovencita solo agacho la mirada al instante se sintió incomoda, debía escapar lo más rápido posible.
-muy li…lindo com…compermisoooo-dijo notoriamente apenada, por verle la barriga al viejo amigo de su padre.
-no, no, no, estamos platicando nena ¿no te gustaría ir a un lado mas tranquilo?-la chica se alerto, mientras ella daba un paso adelante el hombre daba uno atrás tapándole el paso, impidiendo que avanzara como normalmente lo haría, intuyo que estaba en problemas.
-Ingrid digo, mi mama me espera, perdón pero debo volver, otro día con gusto lo acompaño-Mireya se relajo, sabía que era mejor ser un poco amable y mostrar interés, así tenía más posibilidades de salir bien librada, ahora era momento de sacar los consejos de su nueva mama.
-anda solo será un momento, ven por aquí-el viejo la tomo de los hombros y la conducía hacia adentro, ella miraba como era empujada hacia otro lado al que no quería ir.
-por favor don Manuel, no quiero quiero ir con mi mama, por favor-la chica suplicaba que la dejara ir mirándolo a los ojos, mientras el viejo le sostenía la mirada viendo como la chica ponía cara de borrego a medio morir
-es por aquí, entra aquí es-el viejo seguía internándose mas y mas, Mireya sintió en la espalda una puerta señal que el pasillo se había acabado, poso sus manos en las de Manuel tratando de separarlas de las suyas, pero el viejo era muy fuerte.
-¡ya basta Don Manuel, se lo diré a mi mama!- la chica quería salir por en medio de los brazos fornidos del hombre, que sonriente veía como la chica metía su cabeza para hacer espacio pero no podía, Mireya se esforzaba por empujarlo y librarse de él, pero no lo movía ni un milímetro.
-tranquila reinita, solo quiero que estemos solitos un ratito, no te pasara nada nenita-le decía tratando de calmarla y así poder seducirla, pero Mireya ya se encontraba totalmente nerviosa de que le viejo le quisiera hacer algo malo.
-podemos platicar en otro lado, está muy oscuro aquí, tengo miedo ¡por favor Don Manuel!-desesperada seguía en su afán de querer irse, de soltarse de esas manos callosas que la sostenían de sus brazos fuertemente, pero era inútil, a lo lejos se escucho una canción muy tranquila, de esas que utilizaban las chicas del lugar para desnudarse en la pista, mientras el viejo abría la puerta para introducir a la chica.
-¡no quiero entrar aquí ¡ ¡no quiero estar aquí con usted! ¡entienda que va a decir mi mama! ¡me está esperando!-Mireya se logro soltar de los brazos, pero aun así el viejo tapaba toda la puerta, ella con su cuerpo comenzó a empujarlo con el hombro pero no lo movía, Manuel con solo dar un paso la volvía a meter.
-¡que quiere señor! ¡no me asuste quiero irme por favor!-el viejo prendió la luz, que era de un rojo intenso propio de los congales, Mireya vio que solo había una cama y un buro con una lámpara encima, atrás de este había otra puerta, el ver la cama la alerto más de lo que estaba.
-no….no se…que esta pen…pensando ¡pero no quiero hacer nada!-Mireya suponía lo que el viejo quería pues ya no era tan tonta como antes, Manuel no decía nada solo se esforzaba por no dejar salir a la jovencita, molesto pues ella no se calmaba la empujo al centro del cuarto, ella dio unos pasos atrás quedando justo en medio de este.
-tranquila solo quiero bailar contigo un rato primor, no tienes por qué ponerte así-Manuel quería pasarla bien con ella, pues siempre que llegaba una chica la forzaba a tener relaciones y ya estaba cansado de eso.
-e…es solo es…eso de verdad no…no miente-Mireya apenada pensó frio, sería mejor seguirle la corriente y tratar de calmarlo, como dijo su madre los viejos solo quieren estar cerca de un chica linda.
-si muñeca aquí bailaremos mejor-Manuel entonces se separo de la puerta para llegar al buro y sacar una grabadora, esto lo hizo para que la chica tuviera confianza, ella al ver la puerta abierta sintió ganas de correr y escapar de ahí, pero algo no la dejaba moverse, parada se quedo quieta viendo como el hombre metía un CD y ponía play, la música comenzó era una balada como para bailar pegaditos.
La oportunidad de escapar paso, cuando el viejo llego a la puerta y la cerro quedando a solas con la chamaca, ella quiso protestar decirle porque la había cerrado, pero el viejo la tomo de la cintura atrayéndola a su cuerpo ahora estaban solos.
-crees que Manuel ya la haya terminado de coger, yo quiero pasar también ya me urge-en la mesa el viejo Gumaro se saboreaba con las piernas y tetas de Ingrid, en un atascon donde la señora se dejaba hacer besando y sintiendo los dedos arrugados del viejo miserable.
-claro que si, recién termine mi macho tu pasas, esa chamaca será una buena puta y hay que enseñarle con el ejemplo-Ingrid trepada en las piernas del viejo, le lamia las arrugas acariciándole la calva cabeza llena de manchas cafés, sintiendo en su entrepierna la verga del viejito, que ya comenzaba a dar símbolos de dureza.
-que te parece si los espiamos ¡aaahhhhhh!-Ingrid quería cerciorarse de que Manuel se cogiera a su hijastra, así que la pareja se separo y lentamente se dirigió al segundo piso del tugurio.
Manuel bailaba bien agarrado de la chamaca, que se sentía sofocada por el corpulento cuerpo del señor amigo de su padre, este la movía a su antojo diciéndole como bailar de a cachetito y ella se dejaba hacer, debía calmarlo pero estaba nerviosa, pero a la vez pensaba que el buen amigo de su padre no trataría de hacerle algo, pues ella lo conoció desde niña y el viejo siempre fue amable con ella.
-Don Manuel me siento extraña bailando con usted así, no es correcto-el viejo le acariciaba su mejilla con su seboso cachetote tomándola de la cintura, con sus brazos le daba vuelta al breve talle de la chica, que se movía al ritmo que el viejo quería.
-no tienes por qué estarlo, esto es un baile normal, así se bailan este tipo de ritmos-el viejo le hablaba al oído sobándole la espalda en un contoneo, los círculos que hacía en su espalda cada vez eran más grandes, algunos sobaban levemente las nalgas de la chica.
El viejo le tomo las manos, que hasta ahora estaban en su pecho desnudo y las paso por arriba de sus hombros, Mireya se dejaba hacer algo sumisa y no es que quisiera algo con el viejo, simplemente la situación la tenía muy apenada como para protestar, Manuel la abrazo cruzando sus manos para llegar a los cierres que el vestido tenia, con sus dedos los tomo y con fuerza los bajo de golpe dejando caer la parte de atrás del vestido, y dejando a la chica con el culo al aire.
-¡no Don Manuel, no que hace!-Mireya dio un grito de terror cuando sintió la acción y las manos del viejo tomar sus nalgas y espalda desnudas, quiso separarse pero era muy tarde la parte de atrás cayó al suelo, la parte de adelante solo se sostenía con la panza del viejo, Mireya trato de separarse pero el viejo ya le besaba los hombros desnudos.
-¡no déjeme suélteme! ¡maldito me engaño! ¡déjeme no viejo eso no!-grito cuando el viejo jalo la parte de adelante del vestido y lo aventó a cualquier lugar, en un dos por tres Mireya se encontraba totalmente desnuda abrazada a Manuel, que no paraba de besarle toda la cara y hombros, atemorizada Mireya se retorcía en sus brazos sin poder hacer nada.
-¡mamacita que ricura tu cuerpo! ¡te voy a coger todita!-Manuel le metía los dedos en medio de sus nalgas alcanzando el orificio posterior, a Mireya nunca la habían tocado ahí se retorcía tratando de impedirlo, pero el viejo ya jugaba con su pequeño arillo anal rosándolo con sus gruesos dedos.
-¡maldito asqueroso, que hace déjeme, no me toque ahí!-la chica trataba de patear su entrepierna, pero al estar muy pegada a él le era imposible hacerlo.
-déjate, déjate mamacita será mejor y más placentero si cooperas, porque de todas maneras te la meteré, así que afloja el cuerpo perrita-Manuel seguía lamiendo sus hombros y parte de su rostro, la chica solo lo movía de un lado para otro y el aprovechaba para lamer el cuello o las orejas, Mireya estaba al borde del llanto.
-¡se lo diré a mi mama! ¡ya verá maldito sueltemeeee! ¡aaaggggghhhhh! ¡aaarrgghhh!-Mireya casi sin fuerzas se revolvía en el cuerpezote que la tenia sujeta, Manuel metió uno de sus dedos a la boca de la chica y le dio vueltas por toda esta abriéndosela, Mireya se sintió ahogada por un momento.
-ensalivaditos entran mejor primor-le dijo antes de tratar de meterle los dedos en el ano, la chica al instante sintió su agujerito mojado apretando el trasero parándose de puntitas, no entendía que quería hacer el viejo abusador.
-¡que va a hacer! ¡deje de tocarme! ¡no entiend…haaaayyyy!-Manuel metió solo la punta de su dedo mayor, para comenzar a rascar el anillo rosado que cual virgen no le permitía la entrada, el viejo metía poco a poco el mentado dedo haciendo círculos para introducirlo mas y mas, la chica solo se erizo apretando sus nalgas, pero Manuel la tenia totalmente atrapada entre su brazos, la chica sentía el dedo entrar mas y mas rascando su pequeño anito.
-haber habrá su boquita, necesitan más saliva-al decir esto el viejo le volvió a meter los dedos a su boca, Mireya no la quería abrir pero a base de esfuerzo el viejo le metió los dedos, Mireya probo por primera vez el sabor de su culo, era repugnante lo que el viejo le acababa de hacer.
-¡aaaaggghhh! ¡aaarrgghhh! ¡es….es asquerosooooo aagghhh!-la chica babeaba expulsando el sabor de su propio esfínter, Manuel volvió a la carga metiendo el dedo haciendo círculos rascando, la chica sudada y cansada menguo su resistencia que ya era muy poca, quedándose quieta, tosiendo para sacar de ella el sabor a trasero que los dedos del viejo habían dejado.
-así, así, quietecita te entra más rápido, así muñeca así-el viejo metió todo el dedo, Mireya solo con su cara de terror sintió en su cola el intruso que se movía sin parar, ella sudaba, su rostro desencajado era muestra del dolor que sentía.
-hayyy dioooosss mmmmmmm no porfa….-la chica instintivamente paro la cola, el juguetón dedo ya entraba y salía sin problemas, Manuel comenzó a meter otro, Mireya solo paraba mas la cola al sentir un dedo mas erizándole toda su piel.
Afuera Ingrid escuchaba los pequeños gemiditos de su hijastra, ella y Gumaro estaba tan calientes imaginándose un sin fin de cosas, pegados a la pared se besaban y tocaban, la señora estaba de fiesta pues todo le salía como ella planeo, estaba feliz.
-se…señor Manuel yo yo…..me da penaaaa-sonrojada la chica recargo sus manos en el pecho peludo del viejo, Manuel metía el dedo ricamente en el culito parado de Mireya, que poso también su cara recargándose en el viejo.
-se siente rico muñeca, tu colita se come mis dedos, está cerrado pero yo lo voy a abrir no te preocupes-Manuel soltó a la chica para levantarle la cara y así poderla besar, de pronto Mireya levanto su mano y SPLASH le soltó tremenda cachetada, para después salir corriendo.
-¡a cabroncita con que fingiendo he! ¡ahora si ya me hiciste enojar! ¡ya verás cómo te dejo el culo perra!-Mireya lo había fingido todo, rápidamente el viejo la tomo del brazo para llevarla a la cama, estaba arto de la actitud de esa chica debía darle un lección a ella y a su culo.
Mireya volvía a forcejear pero de nada le servía, pues el viejo la aventó hacia la cama ella se levanto al instante para tratar de salir una vez más, pero el viejo la tomo de la cintura regresándola a la cama, la chica con el cabello enmarañado pedía que la dejara en paz que no le hiciera daño, su treta no dio resultado y el haber fingido enfureció al viejo.
-jija de la chingada, yo tratándote bien y tu mintiendo, ahora veras putita-Manuel volteo a la chica que pataleaba en el colchón destendiendo toda la cama, Manuel recargo su pesado brazo en la espalda de la chica inmoviiizandola, ella seguía pataleando.
-¡no déjeme no Ingridddd Ingridddd mamaaa! ¡quíteme las manos de ensimaaaaa!-Mireya llorando asustada imploraba por su madre, que escuchaba todo atreves de la puerta.
-Manuel ya comenzó, le va a destruir el culo a tu hija ¡jejeje!-Gumaro mamándole las tetas a la señora, miraba que a pesar de escuchar los gritos de esta y las declaraciones de él ni se inmutaba, tenía tiempo que nadie le hacia el favor de mamar ese par de senos que se cargaba, y escuchar los gritos histéricos de su hija la calentaban sobremanera, al igual que esa boca cariente de dientes.
Manuel ya había puesto a Mireya pompas arriba, con una mano la sujetaba de la cintura mientras que con la otra le sobaba el trasero, la chica trataba de patalear pero el viejo subió una de sus piernas en las de la chica impidiéndolo.
-¡toma cabrona mentirosa! ¡SPLAHS SPLASH SPLASH!-se escucharon un sin fin de nalgadas que dejaron rojo su trasero, el viejo también le dio en los muslos dejándoselos del mismo color, Mireya se sentía como una niña, como una muñeca que está a merced de su dueño, que le indica cómo y cuándo moverse.
-¡haaaaaayyyy hhhhaaayyyy! ¡ya no me pegue ya no me pegue! ¡duele me duelen mis pompis!-pero el viejo seguía pegándole, disfrutaba nalguear a la chica pues sentía que con eso se vengaba de su amigo, por ganarle a la madre de las gemelas hace ya mucho tiempo, la frustración hacia que las nalgadas siguieran, pues el viejo comenzó a ver el rostro de Ricardo tatuado en ellas.
-¡hayyyyy diosssss noooooo! ¡saquelooooo por diossss! ¡hayaaaayy!-grito cuando de nueva cuenta Manuel metió los dedos, los sacaba a gran velocidad haciendo el orificio mas y mas grande, la chica con la cara enterrada en la cama suplicaba, de su boca salían babas los gritos salían unos ahogados y otros con fuerza, no tenía tiempo para pensar esos dedos le hacían mucho daño, pues sin misericordia el viejo los movía dentro de ella haciendo círculos reconociendo el terreno.
Manuel la soltó, la chica se quedo quieta en su lugar, le dolía el culo, las lagrimas caían de su rostro para perderse en las cobijas, su rostro maquillado ahora estaba totalmente sucio, el rímel corrido, el labial que coquetamente se coloco en la tarde, ahora solo era una mancha en el colchón, Manuel destrabo su pantalón que cayó pesadamente pues traía una hebilla muy gruesa y grande.
-espero que hayas entendido putita, aquí manda tu patrón ¡jejejeje! te voy a desvirgar el culo ricura-Mireya encogida serró los ojos no había salida, no había nadie que la ayudara, este viejo no era como su profesor Benito que solo se conformo con unos tocamientos y unas fotos, recién comenzaba a comprender que no todos los hombres son iguales, pero quizá ya era demasiado tarde
La chica sintió que le levantaban el culo para dejárselo expuesto totalmente, Manuel sintió un poco de pena al ver su orificio todo enrojecido.
-Don Ma..nuel no me…me haga na…nada se…se lo supicoooo ¡ahhhhhhhhh!-sollozando sintió la larga lengua del viejo lamerle la cola, Manuel le separo las nalgas para relamer y lamer el rojo agujero que el mismo había dejado así hace un instante, la saliva y los suaves movimientos, hicieron que la chica disfrutara un poco, parecía que el mismo la estaba curando de sus heridas ¡SGRUP SGRUP SGRUP! se escuchaban las succiones del viejo, Mireya levanto un poco su rostro para ver, se moría de vergüenza por tener al viejo bien metido en su cola.
-¡aaaaahhhh! Es suciooooo ¡aaahhh! Sucioooo-Mireya comenzaba a disfrutar el momento, el dolor que habían dejado las nalgadas y las lametadas se combinaban para hacerle hervir la sangre, aun así ella no quería hacer nada de lo que el viejo le estaba obligando, pero ahí con el culo arriba, con la cara metida en el colchón, con su cuerpo tembloroso, soltó los primeros gemidos de placer.
-¡aaaaaahhhhhh! ¡mmmmmmm! Es….es ricoooooo!-en un pequeño movimiento, Mireya enterró su trasero en la cara del viejo, que lamia todo su culo de arriba abajo de izquierda a derecha, hacia círculos con la lengua internándola mas y mas.
Manuel se paro masturbándose su verga dura como el acero, erguida lista para perforar el agujero posterior de Mireya, que sin darse cuenta movía el culo sin parar.
-haber puta ahí te va la verga ¡jajajaja!-el viejo se paro justo detrás de ella, colocando su herramienta en medio de las nalgas blancas de la joven, que ni se imaginaba lo que le esperaba.
-¡escucha bien! no parare hasta tenerla toda adentro-y así con esas palabras el viejo empujo de un golpe provocando un intenso dolor a la chica, que se quería retorcer en la cama pero el viejo no la dejo, la sostuvo fuertemente, el placer que sintió hace un momento desapareció, para convertirse en un ardor tremendo.
-¡haaaaayyyyyy Manueeeeel hhhaarrgggg! ¡dioooossss noooooo!-el ano se abrió para recibir la verga el viejo, sudaba pues la introducción vergal fue perfecta para él, mientras que para Mireya aunque fue dilatada, sintió un dolor como si le hubieran clavado un fierro al rojo vivo.
El viejo sin compasión se comenzó a mover lento, poco a poco metía mas y mas de su verga en las suaves nalgas de la chica que lloraba, ella nunca creyó que su primera experiencia fuera con un viejo y por el culo, pero eso era lo que menos le importaba ahora, pues el ardor en su culo no la dejaba pensar correctamente.
-¡no mames Ingrid, ya la encularon!-el viejo Gumaro se emociono cuando escucho a la chica gritar, Ingrid sintió un cosquilleo al escuchar a su hijastra quejarse, al compas de las metidas de Manuel.
-Gumaro, métemela por la cola ¡mmmmmm!-Ingrid se excitó, ellos solo se imaginaban pues la puerta estaba cerrada, y los sonidos hacían que la señora no pudiera contener su calentura.
-¡no faltaba más culona!-rápidamente Gumaro se saco la verga, Ingrid se inclino poniendo sus manos en el frio suelo con el culo bien parado, el viejo se escupió la mano y embarro todo el culo de la señora, metiendo y sacando los dedos.
-¡no la verga, ya rápido déjate de pendejadas!-Ingrid grito que se apurara, Gumaro se tomo su verga y de un tiro se la mando a guardar, el culo abierto de Ingrid era muy distinto al virgen agujero de Mireya, que en estos momentos recibía verga cada vez más rápido y fuerte.
-¡haaaayyyy haaayyyy yaaaa noooo haaayyy!-Manuel sostenía a Mireya de la espalda rasguñándosela, impidiendo que la chica se levantara y se desenculara, el dolor en ella crecía con cada arremetida en una experiencia dolorosa.
-¡mas, mas, mas, adentroooo! ¡cabron viejoooo cógeme métemela!-afuera Ingrid gritaba como loba desesperada, pues el escuchar a su hijastra adolorida la ponía a mil, mientras que el viejo Gumaro disfrutaba de un culazo moreno, bien parado solo para él.
-cabrona escuincla, está bien cerrada, pero te voy a abrir bien ese culo para los clientes-Manuel por su lado seguía el mete saca sin parar, no le importaba que la chica sufriera, el rencor que le tenía al padre de Mireya era mucho, siempre estuvo enamorado de la difunta madre de la chica, que pagaba el error de su padre con su culo.
Abajo seguía el desfile de chicas que una por una subían a la pista a bailar, mientras que arriba madre e hija eran enculadas por los dos hombres, la diferencia era que mientras Ingrid disfrutaba, Mireya sufría el enculamiento.
¡aaahhhhh! ¡aaahhh! Ya..ya no…!aaahhhh!-Mireya comenzó a sentir un ligero cosquilleo, de su culo salía un liquido raro, Manuel pudo sentir que ya podía entrar más fácilmente, el agujero se había abierto totalmente, Mireya que se quejaba ahora solo se acomodo mas para comenzar a seguir las arremetidas del macho que tenia atrás de ella, torpemente se fue moviendo pues no lo sabía hacer.
Por su parte Ingrid recargada en la pared, tenía a Gumaro bien pegado a ella, el viejo con los pantalones abajo se daba gusto con el culo que se le ofreció solo, este se la metía duro, la señora de puntitas babeaba la excitación era mucha más, al escuchar a su hija gemir como ella lo hacía.
El viejo Manuel le saco toda la verga y rápidamente la volteo de frete, la chica vio al hombre que sudado por el esfuerzo le abrió las piernas levantándoselas lo mas que pudo, para volver e meterle la verga que ya entraba a su gusto, este se apoyo en los senos pellizcándoselos, Mireya no sabía qué hacer solo se dedico a tener las piernas bien abiertas, pues lo que le hacia el viejo ya le estaba gustando.
-¡aaarrgghhhh! ¡aaaahhhhh! ¡queee culitoooooo!-gritaba el viejo mirando al techo babeando, Mireya con el seño fruncido recibía las metidas más fuertes, más profundas y más ricas, Manuel se agacho para comenzar a succionar las blancas tetas de la joven que lo tomo de los cabellos jalándoselos, pues el viejo le mordía los pezones sacándole lagrimas, completamente sudada sentía la panza del viejo en su vientre plano bien acomodados.
La sesión copulatoria seguía, Mireya por fin pudo seguirle el paso al viejo que tenía la cara a un lado de la chica, bufando como toro, para ella el aliento que salía con cada respiro del hombre era emocionante, del dolor anal ya ni se acordaba, Manuel se comenzó a mover despacio pero firme dentro de la chica, ella lo apretaba de la espalda, su boca quería articular palabras, su mente pensaba que decir, los pelos de Manuel le hacían cosquillas en sus pezones haciéndola delirar.
-¡haaayyyy queeee ricooooo! ¡métemela massss!-Mireya logro escuchar a lo lejos una voz de mujer que pedía verga como desesperada, lo atribuyo a lo rico que sentía pensaba que ya estaba imaginando cosas.
-¡haaayyyy queeee ricooooo! ¡métemela massss!-Manuel no podía creer lo que la chica acababa de decir, estaba pidiendo verga, como loco volteo toda su lujuria hacia la chica para arremeter con fuerza, Mireya con la vista entrecerrada solo miraba el cuarto todo rojo pues la luz era de ese color, Manuel agudizo el oído y también escucho la voz que provenía de afuera pidiendo que se la cogieran.
-¡queeee ricoooo muñecooooo! ¡masss massss!-los gritos que salían de la boca de Mireya eran los mismos, estaba copiando los sonidos salidos de su madrastra, que afuera la enculaba.
El hombre no tenia compasión con el cuerpo delicado que tenia abajo, Mireya solo se preocupaba por tener las piernas bien abiertas para Manuel, afuera se escucho que Gumaro se vaseaba.
-ya casi Mireyita, ya casi ¡aaarrrgghhhhhhhh me corrrroooo!-Manuel inundo el trasero de la chica con incontables ráfagas de semen, Mireya sentía en el interior de su culo la crema del macho.
-¡aaaahhhhh aaahhhhhh! ¡mmmmmmmmmmm!-se escucho decir a la joven que se quedo quieta, Manuel cayó encima de ella, los dos cuerpos totalmente rendidos quedaron en la cama, la chica cerró los ojos, se la habían cogido y lo había disfrutado, después de resistirse tanto cayó en la manos del viejo amigo de su padre, se escandalizo al recordar eso, como pudo se movió para tratar de taparse con las cobijas, Manuel se levanto de la cama, ella logro taparse haciéndose bolita en la esquina junto a la pared, no levantaba la vista, se sentía sucia, el viejo se comenzó a vestir lentamente mientras veía que la chica ni se movía, solo quería que el viejo se saliera para poder llorar.
-jejeje la pasamos bien no gemelita, que rico tu culito ¡ni una palabra a tu padre oíste!-Mireya solo asintió con la cabeza, le daba vergüenza estar en esta situación.
-desde ahora trabajas para mí, me perteneces y te tengo una sorpresita preparada, me vas a hacer ganar mucho dinero ¡jajajajaja!-Manuel salió dejando a Mireya en la cama, al salir se encontró al viejo Gumaro tirado en el suelo deslechado.
-me debes 1500 por cogerte a la Ingrid, los quiero al rato-Gumaro trato de protestar abogando a que Ingrid le ofreció el culo, pero decidió pagar así tal vez lo dejaría desvirgar a la chica, esto claro pagando la cuota.
En la barra del bar estaba Ingrid tomándose un vodka doble, la excitación no le bajo en nada al ser montada por el viejo Gumaro, pero debía aguantarse las ganas Manuel llego a su encuentro, mirándose los dos echaron a reír por lo sucedido.
-aaaaahhh que buen culito me trajiste, hacía tiempo que no desvirgaba uno-a la señora no le gusto mucho que solo se la cogiera por atrás, pero conociendo a su macho seguro tenía alguna idea en su mente.
-Manuel yo te la traje para que le dieras por la raja que la desvirgaras, no cumpliste tu parte mi amor-ella siempre le hablaba con respeto, pues el viejo fue el que le dio muchas oportunidades para que ella pudiera sobresalir, además que recordaba que él le propuso seducir a Ricardo, incluso se lo llevo al lugar, lo que no pensó el viejo es que Ingrid llegara a casarse con él, eso sí que fue el destino y la suerte de la señora.
-ve pensando en un nombre artístico para tu hijastra, porque la quiero trabajando aquí lo más rápido posible-Ingrid se abrazo al viejo, como una gata se restregaba su rostro en el brazo de este, que a la vez se tomaba una cerveza bien fría.
Arriba en el cuarto Mireya estaba desconsolada, lloraba por el dolor de su cuerpo y por lo ocurrido con el viejo, envuelta en una cobija escuchaba a lo lejos la música, el rojo del cuarto le segaba la vista no paraba de sollozar y llorar en silencio, se preguntaba donde estaba Ingrid, porque no la busco, porque no la ayudo, metida en sus pensamientos escucho la puerta que se abría.
-¿que te hicieron muñequita? ¿ya probaste hombre?-el viejo Gumaro hacia acto de aparición, Mireya se aterro, el viejo con cara de perversión total se acercaba a la cama, ella solo se encogió mas no tenía fuerzas para defenderse, Gumaro llego junto a la cama para comenzar a destrabar su cinturón.
-¡no, otra vez no! ¡lárguese de aquí, lárguese!-pero el arrugado viejo flaco solo dejo caer su pantalón para después zafarlo de sus tilicas piernas, ante la chica salió la verga que se veía sucia, pues unos momentos antes había estado en el culo de su madrastra.
-solo quiero que me la limpies, tengo prohibido cogerte, solo una lamiditas-Mireya se tapo con la cobija ese viejo le daba mucho miedo, las palabras que decía ni las entendía, temblando sintió que le jalaban los trapos para dejarla expuesta.
-pero mira nada más que tiernita, tu boca será una delicia para mi verga-el viejo subió a la cama parado enfrente de Mireya, que puso sus manos en su cara agachándose, no quería ver a ese horrible ser que ya le pasaba la verga por toda su cabeza.
-¡no que hace! ¡eso no, largo me da asco, asco!-Gumaro trataba de quitarle las manos de la cara, pero la chica aunque cansada se resistía, por nada del mundo quería ver oler o probar esa vieja verga que tenía en frente.
Gumaro desesperado pues no debía estar haciendo eso, tomo sus cabellos jalándoselos fuertemente moviéndole la cabeza de un lado para otro, Mireya sintió que los ojos se le volteaban al recibir el trato tan horrible, que le daba el viejo pachuco.
-¡agarrala! ¡te digo que la agarres!-Gumaro le grito, ella temerosa no hizo caso así que el viejo tomo su mano y la guio hacia su erecta cosa, ella con el puño cerrado sintió por primera vez una verga en su mano, el viejo le trataba de abrir los dedos para que la chica se lo sujetara pero no lo lograba.
-¡no, no, no ya déjame en paz! ¡Ingrid ooohhhhh no dios mío no!-Gumaro acerco la verga a su rostro angelical lleno de lagrimas, este le daba golpes con su verga en los cachetes, la chica se moría de asco, esa cosa olía muy mal, restos de semen emanados hace un momento por culpa del culo de Ingrid, se quedaban pegados en el tierno rostro de la gemela, que cerraba los ojos en muestra de verdadero asco.
-¡haaaaayyyyyy! ¡aagggggghhhhaaa!-Gumaro le pellizco el pezón fuertemente dejándoselo morado, y cuando Mireya grito le metió toda su verga en la boca haciendo que la chica se ahogara, la intromisión a su orificio bucal fue tan horrible como en el anal, sin su permiso, sin que ella lo disfrutara, Gumaro miraba al techo con toda su herramienta hundida en la garganta de Mireya, que expulsaba babas a borbotones.
-cuidadito y me la muerdas, porque hasta ahí llegas cabrona ¡mámala eso así que deliciaaaa!-Gumaro tenia a la chica bien tomada de la nuca metiendo y sacando su verga, la chica trataba de poner sus manos en las huesudas piernas del viejo para impedir la penetración, o mejor dicho que le siguieran cogiendo la boca.
-¡aaggghhh! ¡aaahhhhgggg! ¡aaaggghhhh!-se escuchaban los sonidos de la boca virgen de Mireya, que rebosante de verga la obligaban a mamar, Gumaro trepado en la cama se daba gusto metiendo y sacando su asqueroso miembro de tan fina boquita, la chica dejo caer sus brazos en señal de no querer pelear mas, estaba cansada, asqueada, desecha de todo lo que los dos viejos horribles le habían hecho.
-¡mmmmm que ricooooo! ¡tu lengüita, usa tu lengüita!-Mireya no sabía a qué se refería con que usara su lengua, si ni siquiera sabia que se la habían a meter por la boca, los ojos los tenia hinchados de tanto llorar, las mejillas le dolían de tanto succionar la verga del viejo miserable que llego y sin más le violo la boca, su cuello tendría que usar collarín, pues Gumaro en su brusquedad la lastimaba moviéndole la cabeza por todos lados, Mireya estaba hecha un desastre.
-¡así mamiiiiiii así! ¡aaarrggghhhhh me corroooooo aaarrggggg!-Mireya sintió una vez más los chorros de semen de un hombre pero ahora por la boca, en su culo todavía no se secaba la derramada de Manuel cuando sentía la segunda de un hombre distinto, Gumaro le soltó la cabeza ella cayo acostada Gumaro lo hizo de rodillas junto a ella.
-¡hay chiquita, que boquita! Tú dices si probamos por tu rajita también ¡hhh¡aaaayyyy!-al decir esto el viejo sintió un golpe en la cabeza, Ingrid había llegado muy tarde pues su hijastra estaba casi desmayada.
-¡viejo hijo de tu putisima madre! ¡mira lo que hiciste, lárgate de aquí!-Ingrid entro con cara de preocupación al ver al viejo con su hijastra, esto obviamente era mentira ya que ella vio todo lo que Gumaro le había hecho, pero sintió que ya era hora de que la chica probara su primera verga, una verga de un macho viejo que podría ser su abuelo, Mireya al momento que vio a Ingrid se levanto y corrió a sus brazos, en ellos se sintió segura.
Momentos antes y en otro lugar muy alejado de sus hijas, Ricardo abrazaba a Sandra la jovencita estaba embarazada de él, casi llorando la tomaba con ternura nunca pensó que la podría embarazar así de fácil, Sandra por otro lado veía que su futuro estaba arreglado, pues esperando un hijo de una persona rica no le faltaría nada jamás.
-mi niña, mi bebe, no te preocupes por nada, no puedo creer la sorpresa que me das, pero dime, estás segura-la chica lo miro, el cuarto del hotel estaba oscuro, los dos seguían abrazados Sandra llena de felicidad contestaba.
-sí, creo que si, al menos eso salió en la prueba que me acabo de hacer, ahora comprendo porque desde hace días me sentía mareada y con ganas de guacarear, estoy muy feliz, ya me veo pariendo a nuestro bebe-Ricardo le acariciaba el cabello, una vez más se imaginaba a su difunta esposa vuelta a nacer, recordó cuando ella le dijo que estaba preñada de las gemelas, pero a la vez pensó que sería un problema si se enteraban, pues la que estaba embarazada era nada más y nada menos que la amiga de sus hijas, con mucho menos edad que el.
-Sandra mi niña, no se dice guacarear se dice vomitar o con ascos, y no se dice pariendo eso es de animales se dice dando a luz, pero creo que eso no importa ahora me has dado un bebe, tenemos que mantenerlo en secreto, mi mujer no se puede enterar y mucho menos mis hijas, prométeme que no le dirás a nadie de quien es, conmigo no te faltara nada, es una promesa-y así abrazados como dos enamorados se dispusieron a dormir, en la mente de Ricardo se formaba la idea de que si el niño llegara a ser varón, dejaría a Ingrid pues el siempre quiso un niño con quien compartir.
En la mansión de los del Valle, Camilo el chofer compartía cama con la pequeña Natalia, ella dispuesta a hacer lo que el viejo quisiera, se besaba apasionadamente con el viejo calvo y gordo, este la tomaba de las nalgas y ella cruzaba su pierna por encima del cuerpo del viejo los dos desnudos, abrazados, en la oscuridad de la habitación, se comían las bocas, para el viejo era como estar en el cielo y aunque totalmente sumisa, para la chica era estar en el infierno, no supo porque a su mente llego Patricio el chico que alguna vez la invito a salir, si hubiera sucedido, todo sería distinto para ella, pero ahora era la hembra del chofer y debía actuar como tal.
-Ingrid perdóname yo no lo quería hacer, me obligaron, perdóname por favor-solas en el cuartucho de luz roja, madre e hija platicaban Ingrid abrazaba a una Mireya desconsolada y con dolor de cola, por primera vez la chica estaba totalmente desnuda junto a su madrastra.
-no te preocupes Mireya no paso nada, ya tranquila, dime una cosa ¿te gusto? ¿te gusto como te hicieron el sexo? ¿te excitaste, sentiste rico?-Ingrid pregunto algo que la chica no quería contestar, pero a tanta insistencia de parte de la señora llorando de pena dijo.
-SNIF SNIF SNIF ¡si me gusto, no lo puedo creer! ¡como me pudo haber gustado! ¡ellos me violaron! ¡no entiendo porque me excité tanto! ¡soy una loca, una mala persona! ¡mi padre, que va a decir mi padre! Yo…yo le he fa…fallado-Ingrid que en ningún momento dejo de abrazar a la chamaca sonrió-de verdad que eres una puta-pensó la señora que acicalaba a la jovencita consolándola.
-recuerda si te gusto no fue violación porque tu lo deseabas, ahora ven a darte un baño te ayudare, perdóname por dejarte sola con estos tipos, te prometo que hablare con ellos no te preocupes, ya paso todo-y con esas palabras la señora abrió la puerta contigua al cuarto, este era un baño agachándose comenzó a llenar la bañera vertiendo shampoo para que se hicieran burbujas, Mireya la veía como su verdadera madre, madre que fue la responsable de que le partieran el culo.
Sentado en una mesa de madera comiéndose un rico pollo rostizado y viendo su telenovela favorita, Pablo el tendero totalmente desnudo, tenía a Karina debajo de esta mamándole la verga, estos días habían sido un infierno para ella, golpeada, maltratada, chupaba sin parar mientras el viejo comía, sus manos amarradas en las patas de la silla donde el viejo se sentaba no la dejaban parar, cada que paraba de mamar recibía una patada en el vientre plano.
-¡sigue comiendo verga rubia! No puedo creer que hayas soportado tres días de golpes pero ya te doblaras entonces seré tu dueño, nunca saldrás de aquí te he tomado cariño mi perrita ¡jejejejejeje!-con la boca llena de comida bufaba cosas de las peores, por la mente de Karina pasaba el sucumbir al abuso y convertirse en lo que él decía en su perra.
-Mireya saldrás de aquí hecha toda una mujer, una putita que se llamara Esmeralda todos aquí te conocerán así ya te acostumbraras con el tiempo, mientras yo me gasto los millones de tu padre-Ingrid mientras le enjabonaba la espalda pensaba cosas horribles para el destino de la gemela, que respiraba más tranquila pues su madre ahora estaba con ella, la chica volteo miro a Ingrid regalándole una sonrisa a lo cual Ingrid le devolvió otra igual solo que fingida.......