Las gemelas (quinta parte)

Ingrid estaba feliz, ya que Sandra le había contado lo que sucedió en la noche con su propio marido, ella parecía que no lo quería ya que también tenía encuentros con su antiguo galán y macho, la señora le dio instrucciones para que siguiera con el plan, que chantajeada debía hacer, aunque Sandra daba gracias a dios por que el señor Ricardo no era un viejo feo, sino todo lo contrario y no le costaría nada coger con el si se daba la ocasión.


Por otro lado Mireya se comenzaba a dar cuenta que no había nadie que se resistiera a sus encantos juveniles, tenia días paseándose por la escuela mas destapada y moviendo las caderas en un caminar sensual que derretía a estudiantes y profesores, le estaba gustando ser el centro de atracción de las miradas de todos, sus vestidos y faldas los había arreglado para lucir ese par de piernas torneadas, se maquillaba mas, pasaba horas mirándose al espejo cuando no tenía nada que hacer, la escuela ya no le importaba, su físico era lo más importante.
Natalia por su parte esperaba la llegada de su tía Karina, que sin duda se la llevaría lejos por un tiempo, ella sentía que nadie la extrañaría, puesto que su hermana gemela estaba más interesada en salir con su hermanastra la gorda esa, (así le comenzó a llamar), sentía un poco de pena dejar a su macho Camilo, pero pensaba que era mejor así antes de que le pasara algo como un embarazo o le pasara una enfermedad, ya que siempre tenía que soportar el mal olor del cuerpo del viejo, daba la impresión que ya no quería pertenecer a esa familia, donde su papa y hermana preferían a dos personas que recién acababan de conocer hace menos de siete meses.

 Sin saberlo Don Ricardo, pensaba mas y mas en la chiquilla a la cual había besado, pensaba que no debía hacer algo con ella, era un hombre casado y de principios, pero es que la chica se veía tan delicada, tan sola y tan hermosa, que sin querer se le paraba la verga al pensar que la podría tener en su cama cuando él quisiera, sentado en su escritorio miraba su teléfono celular con el numero de Sandra y recordaba cuando se lo dio sin pensarlo, quería llamarla ya y poseer a tan delicada flor que se le había ofrecido, sonriendo solo como tonto en su oficina tomo una decisión.

-aunque sea muy linda, no hare nada, es mejor así, es una chiquilla, no puedo hacerlo-se dijo y apago su celular para seguir trabajando.

Por la tarde Mireya, fue a ver a Ingrid le quería enseñar sus calificaciones ya cambiadas, he impresionar a la mujer con su aventura de cómo lo consiguió, así que fue a su cuarto, Ingrid escuchaba todo y no lo podía creer que puta y que pendeja al dejarse sacar esas fotos.

-Mireya mi niña, estas comenzando a crecer como mujer, mira nada mas en unos meses as pasado de ser una tontita a dominadora de chicos y maestros, estoy muy orgullosa de ti mi amor-Ingrid la abrazaba festejándole sus estupideces, y la jovencita se sentía bien en ese abrazo falso de bondad.

-¿lo hice bien? seguí tus consejos Ingrid, pero me preocupa que quiera algo mas, yo no accederé a nada sexual, eso nunca-le decía la chica abrazada, las grandes tetas de Ingrid se aplastaban con los senos de ella, mientras que su cabeza descansaba en el hombro de la que creía que ya era su madre.

-no te preocupes ese viejo no se atreverá a nada, pero me preocupa que no quieras nada de sexo, eso no está bien para tu edad, ya deberías tener uno o dos hombres en tu vida-la señora la separo tomándola de sus hombros, la sentó en la cama.

-yo…no….no quiero por ahora, me gustaría llegar virgen a mi matrimonio o entregarme a él más indicado, que me quiera y……-Mireya sonrojada por lo que decía, ya que no se lo había dicho a nadie bajo la cabeza, sentía que Ingrid se burlaría de ella, la señora interrumpiendo le dijo.

-hay Mireya eso es del siglo pasado, lo de ahora es que llegues al matrimonio bien experimentada, que sepas lo que es un hombre para darle el placer que se merece, como yo lo hago con tu padre, así lo tengo bien enamorado jijijiji-Mireya al escuchar se intrigo, tal vez tenía razón la señora ella nunca se había equivocado, y todos sus consejos le habían servido.

-tu..Tú crees, es que a mí solo me gusta Eduardo, pero no siento que deba hacerlo con el ¿tu qué piensas?-Mireya le pedía opiniones ya que la consideraba una mentora, digna de ese honor, quien más que ella para decirle con quien y con quién no.

-yo te recomiendo que te busques a alguien más experimentado, ese chico ha de ser primerizo igual que tu, no te enseñaría nada-Ingrid debía hacer que la chica se conservara virgen, ya que se la había prometido a su macho.

-Hay no sé, creo que mejor me espero a el indicado, ya ves Ingrid es tu culpa ponerme a pensar en eso, nunca lo había tomado en cuenta-dijo sonriéndole y levantándose de la cama para terminar la conversación, a lo que la señora rápidamente le tapo el paso.

-¿y una chica? ¿No te gustaría practicar con una amiga?-Mireya no podía creer lo que escuchaba, ella no era ninguna lesbiana ni nada por el estilo, después creyó que seguro Ingrid estaba bromeando.

-seguro Rebeca te dijo que en la escuela nos creen lesbianas, ¡pero yo no lo soy! Te lo juro a mí me gustan los hombres, las mujeres para nada, yo nunca me metería con….-una vez mas fue interrumpida, las manos de Ingrid tomaron las de la chica llevándolas hacia sus senos para posarlas ahí, Mireya no supo qué hacer, las dos se miraron, la señora fue separando sus manos que estaban encima de las de Mireya.

-¿Qué se siente tocar los pechos de otra mujer mi amor?-Mireya no despegaba las manos de las chichotas y la mirada del rostro de Ingrid, sentía los senos de su madrastra firmes, enormes y tibios, Ingrid que la miraba sonriente la tomo de la cintura atrayéndola hacia ella, que se puso colorada, rápidamente se separo avergonzada.

-me…me tengo que ir a…adiós-la chica tomo la puerta para tratar de salir, Ingrid la cerro de nueva cuenta.

-¡jajajaja! tranquila Mireya, tranquila, era una broma mi amor, solo era una broma entre mujeres también bromeamos ¡jajaja!-decía la señora al ver la reacción de la chica, que sentía que la cara le hervía de vergüenza, Ingrid la soltó dejándola salir.

-perdón lo siento, yo…no sabía, lo siento-Mireya solo decía eso con la cabeza abajo, saliendo de la habitación de sus padres a toda prisa.

Sábado por la tarde, la familia comía junto con la ratona que parecía ya no quería salir de esa casa, donde se comía y se viva bien, todos platicaban a excepción de Natalia que comía rápido, ya que se sentía incomoda, como una extraña dentro de su propio hogar.

Termino de comer y se levanto sin decir nada, para después subir a su habitación donde pasaba mucho tiempo, las demás chicas hicieron lo mismo, subieron a la habitación de Mireya y se encerraron, desde su cuarto Natalia escuchaba como reían y platicaban las tres jovencitas detrás de la pared, Natalia sintió un vacio en su pecho, ella quería ir a platicar y divertirse pero no la invitaban, prendió su computadora y entro al facebook para ver si estaba su tía y así distraerse, pero nada a sus pensamientos llego su único amigo Camilo, se asomo para ver si estaba pero tampoco se encontraba, estaba muy sola pensó la chica.

Al poco rato las tres chicas salían muy animadas, Mireya y Rebeca jaloneaban a la ratona que no quería salir del cuarto, se empujaban y bromeaban jalando a una Sandra apenada hasta llegar a la sala.

-papa, mama, les presentamos a la nueva Sandra Contreras-dijo Mireya moviendo la mano señalando hacia las escaleras, donde en estos momentos bajaba la ratona con un vestido verde que era de la gemela de unos años atrás, corto a medio muslo, con unos tirantes gruesos y una falda de tablas, muy bien maquillada y con unas zapatillas altas, su peinado lo tenia de lado con un copetito muy coqueto y una diadema, que a un lado tenía una flor la chica se veía muy linda.

-¡que bella te vez muchacha!-se le salió decir al dueño de la casa, mirando como bajaba Sandra muy coqueta, Ricardo actuó por instinto y es que al verla, le recordó mucho a su antigua esposa, la chica se apeno por lo que dijo el señor.

- si te vez muy bonita, es un cambio muy grande, ya que siempre andas toda desarreglada-dijo Ingrid que no dejaba de ver a su esposo y este a su vez se comía con los ojos a Sandra, una vez más la chica lo había impactado.

-gra…gracias-Sandra salió corriendo de vuelta al cuarto, las demás la siguieron ella no era tímida pero lo que dijo el señor le dio vergüenza.

Terminaba  el fin de semana, Sandra nuevamente se quedo a dormir, arriba en su alcoba Ricardo no podía dormir pensando en que a solo unos metros dormía esa linda chiquilla, que poco a poco se le metía entre ceja y ceja, Ingrid se divertía mucho viendo como su marido hacia grandes esfuerzos por no bajar y cometer una tontería.

- debes de seducir a mi esposo o si no, te llevo con el enano de don Pablo y el si te violara y luego te llevara a la cárcel, ¡así que apúrate o no puedes!! Dime que no puedes! y en este mismo momento le digo a Mireya que tu tuviste que ver, para que se quedara a solas con Pablo-Sandra se recordaba de las amenazas de Ingrid, que a cada momento le mandaba mensajes por celular, ella no lo quería hacer porque le había tomado cierto cariño a Mireya, pero si ponía las cosas en una balanza, prefería salvarse ella que darle una molestia a su amiga.

La ratona no podía dormir, daba vueltas y vueltas por toda la cama, recordaba las palabras una y otra vez dedujo que no podría dormir hoy, así que para calmarse salió de la habitación y fue a la cocina para sacar una cerveza que eran de Ricardo, antiguamente con un buen porro de mariguana se calmaría, pero desde que Mireya le dijo que eso atrofiaba el cerebro dejo de fumar y ahora recién se arrepentía.

Sentada en la sala y con solo la tenue luz de la lámpara de la calle que entraba por la ventana, se tomaba la cerveza seguía pensando en su destino, no encontraba una solución y por la depresión comenzó a llorar en silencio y amargamente, arriba a Ricardo le pasaba lo mismo de la dormida y ajustando el oído creyó escuchar que alguien lloraba, se quedo quieto escuchando y efectivamente alguien lloraba, despacio se bajo de la cama ya que su linda mujer dormía, Ricardo salió de la habitación y los sollozos se hacían mas y mas evidentes, rápidamente bajo las escaleras pensando que a una de sus hijas le había pasado algo, pero solo miro a Sandra sentada en el sillón, con sus brazos apoyados en sus piernas agachada la escena entristeció al hombre cuarentón y acercándose pregunto.

-¿Sandra muchacha, porque lloras?-Ricardo se sentó junto a ella abrazándola de lado en un gesto paternal.

-¡snif, snif! Don Ricardo perdóneme soy una tonta, ya lo desperté-dijo la chica, limpiándose las lagrimas.

-no importa, pero dime ¿porque lloras, que te preocupa?  ¿Te puedo ayudar?-Sandra abrazada al señor pensaba en que decirle, ya que la verdad no la podía decir así que invento todo.

-es que mi mama ya no quiere que viva con ella, es una borracha y nunca se ha preocupado por mí, me siento mal de estar aquí todo el tiempo, pero es mejor de lo que hacía antes ¡soy muy mala, soy muy mala!-la chica comenzó de nuevo a llorar en el regazo de Ricardo, que no entendía por qué la chica estaba en esas condiciones.

-primero que nada tu no molestas, el dinero aquí sobra y eres la primera amiga que mis hijas tienen, si lo deseas puedes quedarte a vivir aquí,  hasta podría meterte a estudiar, pero antes dime ¿Por qué dices que eres mala?-Ricardo la tomo de los hombros mirándola, la chica titubeo en decirlo pero se sincero con el hombre que la trataba de proteger.

-¡yo…robaba y me drogaba! Snif, snif ¡por favor no deje que regrese a esa vida, ya no quiero ser así snif, snif, snif-dijo la chica metiéndose en el pecho del hombre, que la sostenía incrédulo de lo que escuchaba, no podía creer que una chiquilla fuera una malviviente, pero él era un buen hombre y la ayudaría.

-esto es lo que aremos, mañana iré a tu casa y hablare con tu madre para que deje que te vengas a la casa, dese mañana aquí vivirás y formaras parte de esta familia, pero debes prometerme que nunca volverás a robar o a probar una droga, si lo haces podrás vivir aquí el tiempo que desees, vivirás como una más de mis hijas-Ricardo no necesitaba escuchar más cosas, esa jovencita necesitaba su ayuda y él se la daría.

-aprovecha Sandra, aprovecha tu eres la ratona, es ahora o nunca, Ingrid no te dejara en paz aslo, ¡aslo ya!-se decía para sus adentros,  sin más levanto la mirada para tomar por sorpresa al Ricardo y asestarle un beso, el señor la separo pero la chica siguió buscando su boca afanosamente.   

-¡no Sandra, que haces, no!-dijo el señor tratando de separarse, pero Sandra lo tenía bien abrazado y el señor no hacía mucha fuerza, ya que le había gustado y a sus oídos llego otra revelación de parte de la ratona.

-yo no quiero ser su hija, quiero ser su mujer-Sandra se trepo en sus piernas con las de ella en cada lado de su cuerpo, el señor no reaccionaba parecía que ella tenía más fuerza que él, que sentía que perdía el control sintiendo la boca de Sandra jugar con la suya, poco a poco Ricardo fue tomando a la ratona de la cintura posando sus manos para comenzar a darle un masaje, no lo quería hacer pero ningún hombre se resistiría a una jovencita tan dulce, Sandra sintió en el pequeño short (regalo de Mireya) las manos del señor, que los tomaba para comenzar a jugar con ellos, separándose del beso la chica le sonrió dulcemente derritiendo por completo al hombre, que se levanto un poco para seguir besando a Sandra, moviendo sus manos, sintiendo las suaves y pequeñas nalgas, que eran muy diferentes a las nalgotas llenas de carne de su mujer.

-no puede ser que te guste, soy muy grande para ti, esto es una locura, soy casado no me hagas hacer esto Sandra-dijo Ricardo tratando de sentir menos culpa y de hacer reaccionar a la chica, pero ella movía las nalgas sintiendo en su entrepierna, que el pedazo de carne de Ricardo había despertado ya, se lo imagino duro y listo para ser usado.

-usted me desea, lo siento aquí abajo, quíteme la blusa, bese mis pechos, quiero que sean suyos-Ricardo sintió que la manita de la ratona se posaba en su verga por encima de su pijama, para tomarlo y comenzar a jugar con él, con sus últimas fuerzas trato de detenerla antes de que cometieran una locura.

-ahora no Sandra por favor, puede bajar Ingrid en cualquier momento y descubrirnos, ya buscaremos el momento para hacerlo, pero ahora no ¡aarrgghhhh!-dijo el señor, que sentía como la chica le besaba el cuello, mientras que su mano ya masturbaba por encima del pijama la dura herramienta del señor del Valle.

-así me dijo la otra vez y nunca me llamo, solo se la chupare, prometo no decirle a nadie-dijo mientras bajaba restregando todo su cuerpo en el pecho y piernas del señor, que incrédulo veía que la chica llegaba y se hincaba en medio de sus piernas, para con una mano tomar la cuerda del pijama desamarrarlo meter su manita y tomar el duro miembro, que inmediatamente salió todo parado y brilloso por el liquido pre seminal, Sandra acerco su boca y le dio un pequeño beso en la puntita llevándose con ella la gota del liquido que lo adornaba.

-¡aarrgghhh! Es..está bien pero solo una chupada ¡aaarrgghhh!-dijo el señor antes de sentir la pequeña boca atrapar el mástil de carne y comérselo todo de golpe, la chica bajaba y subía su boca por toda la dimensión del miembro enloqueciendo minuto a minuto a Ricardo, que no paraba de bufar como toro.

-¿lo hago bien señor? ¿así le gusta?-decía la chica con una voz de niña mimada, Ricardo solo movía la cabeza sintiendo la lengua darle un masaje al tronco, el ya se había bajado el pantalón mientras que Sandra le tomaba lo huevos con su mano para rascárselos con sus uñas, sacándole gemidos ahogados a un hombre que sentía muy rica esa boca juvenil que le mamaba y le mamaba la verga sin descanso, sentía la lengua hacer círculos en su cabeza, llevándose mas y mas liquido pre seminal la frente de Ricardo sudaba a borbotones.

Ricardo entonces la tomo de la cabeza, para guiar a la chica que no hizo nada para detenerlo muy al contrario pensaba que por fin accedió, lo había seducido se preguntaba si en verdad lo hacía por la amenaza de Ingrid o si era porque lo quería hacer, las manos de Ricardo la tomaban fuertemente de la nuca, mientras que sentía que el señor se movía como cogiéndole la boca –este es el momento- pensó una vez más quitando las manos de Ricardo con las suyas, se fue levantando para quedar enfrente de él y volverle a decir.

-¿quiere que me desnude?-al tiempo que ya su camisita de dormir iba por la mitad de su cabeza, para después voltearse eh inclinarse para zafarse sus pequeños shorcitos regalo de Mireya, a Ricardo casi se le salen los ojos al ver a la chica completamente desnuda y ofrecida.

 -no ya basta Sandra, no necesitas hacer esto, yo te ayudare de todos modos ¡aaarrgghhh Sandra mi niña!-dijo el hombre que sintió todo el cuerpo juvenil acomodarse, encima del suyo sin penetrarse.

-pero yo quiero hacerlo ¿no le importa verdad chiquito? Cójame, por favor hágalo, estoy lista para montarlo-Sandra hacia movimientos giratorios restregándose la verga de Ricardo, que miraba a los ojos de Sandra llenos de deseo por conseguir la ansiada penetración, él quería hacerlo lo deseaba, la chica se le había ofrecido el no tenía la culpa, miro hacia las escaleras temeroso de que su esposa estuviera, pero no encontró a nadie y decidido la levanto de las nalgas, para comenzar a bajar ese lindo y delicado cuerpo.

-así métemelo, métemelo, quiero sentirlo dentro-Ricardo avanzo adentrando su pene en la vagina de Sandra, que comenzó a sentir un ardiente dolor por la intromisión, ella lo abrazo sintiendo mas y mas adentro el mástil de carne, que se acoplaba dentro de su rajita.

¡nnnmmmmggghhh! ¡aaarrggghhh!-se escucharon dos gemidos el del hombre y el de la mujer, que se quedaron quietos esperando a acostumbrarse a la penetración, ella lo miraba triunfante de por fin tenerlo dentro, y él se sentía bien al tener arriba a tan juvenil cuerpecito.

-¡aaaahhhhh! Mmmmm ¡aaaahhhh!-Sandra comenzó a gemir despacio, pues sabía que arriba dormían, mientras que Ricardo se concentraba en darle placer en unas arremetidas lentas, que comenzaba a hacer delirar a su acompañante sexual.

-te vez muy hermosa Sandra, eres muy linda-le decía el señor mirando las pequeñas tetitas subir y bajar, el señor que estaba recargado en el sillón se incorporo un poco, para comenzar a mamar los pezones paraditos que le sacaron gemidos más evidentes a la tierna jovencita, que no paraba de moverse buscando placer con el dueño de la casa.

Los dos cuerpos se mueven ya como uno solo, el señor le apretaba las nalgas y le comía los senos, Sandra se aferraba a su nuca y le enterraba las uñas en la ancha espalda, sintiendo que todo lo que le hacia el señor era muy lindo, nunca sintió tanto placer, era distinto a las anteriores experiencias con otros hombres y jóvenes, sintió que Ricardo en vez de cogerla le hacía el amor.

A Ricardo ya no le importaba que lo descubrieran, estaba sintiendo que su verga tomaba posesión de una vagina, que aunque no era virgen era lo mas cercano a parecerlo, esto lo enloquecía pero no quería hacerle daño a la jovencita, que miraba al techo sintiendo muy ricas las arremetidas, la sala que anteriormente solo era usada para ver tv y sentarse a platicar, ahora era usada para que los dos cuerpos buscaran placer, para que cogieran.

De pronto Sandra empujo a Ricardo de lado quedando ella totalmente arriba de el, y apoyándose en el fuerte pecho, lo comenzó a cabalgar rápidamente quería gritar decirle que era suya, pero sabía que no podía hacerlo despertaría a todos, su cara roja por no poder sacar todo a gritos y su cuerpo sudado, eran símbolos de que disfrutaba lo que ella misma había comenzado.

Ricardo totalmente acostado, solo miraba a la jovencita dar de brincos encima de su verga, estiro las manos para acariciar los pezones, la jovencita miraba al techo sentándose cada vez más fuerte, la vagina expulsaba liquido que eran atrapados por los pelos de la verga de Ricardo, que sentía que se corría, no lo quería hacer pero los sentones de Sandra lo estaban llevando al borde del placer.

-¡mas, mas, mas, ya casi, ya casi, mas!-decía la jovencita levemente, Ricardo la había tomado de las nalgas guiando el placer, levantando a la chica casi hasta sacarle la verga para después metérsela lo más profundo.

-¡mmmmmmm! ¡aaahhhh! ¡diiiooooosss!-dijo la chiquilla, sintiendo como el orgasmo había llegado, no lo pudo gritar como ella hubiera querido, pero en cambio se comenzó a mover mas y mas rápido, con movimientos circulares bien agarrada al pecho de hombre.

-¡Sandra salte, voy a eyacular, salte!!aaarrrgghhhh!-grito Ricardo un poco más fuerte, pero Sandra no se salió al contrario de eso se acostó encima de él, que se quería parar para vaciarse, Ricardo no lo quería hacer adentro recién recordaba que no estaba usando condón.

 -así, así, mi chiquito, adentro los quiero todos adentro, sigue, sigue corriéndote yo te los guardo en mi puchita-Sandra se lo decía al oído, Ricardo se corrió dentro de ella temblando, sintiendo a la chica totalmente acostada encima de él.

-que duermas bien mi niña-le decía Ricardo, acariciándole la cara al pie de la habitación de huéspedes, ella como una perrita se dejaba acariciar, se sentía bien porque todo le salió como ella quería.

-¿lo vamos a repetir, verdad? Esto no fue de una vez, yo quiero que se repita-le decía sintiendo la mano en su cara, a lo que Ricardo contesto con un beso apasionado.

-seguro que sí, me gusto tanto tu cuerpo,  antes tuve uno así, pero ahora descansa mañana veremos tu situación, como mi amante, no puedes vivir aquí ya te buscare un lugar-esas fueron las últimas palabras de un hombre que todavía no sabía que había pasado, lo que si sabía era que la chica lo había seducido, subió las escaleras y entro a su habitación para acostarse sin que su mujer se diera cuenta.

-muy bien Sandrita muy bien, por fin te lo cogiste, ahora tienes que distraerlo este fin de semana, no creí que cayeras tan rápido Ricardito, pero esto lo pagan tus hijitas en especial Mireya-Ingrid había escuchado todo de todo, sonriendo comenzaba la segunda parte de su plan no debía fallar, sintió que Ricardo subía a la cama para dormir con su adorada esposa, a la cual le había sido infiel.   

En ese momento y del otro lado del mundo, una señora rubia, delgada, alta, con un porte que asustaría a todos, digna de ser una súper modelo de victoria secret, enfundada en un traje sastre color vino, abordaba el avión que la llevaría al país donde se reuniría después de mucho tiempo con las pequeñas gemelas del Valle, su nombre era Karina, que le preocupaba la situación de su sobrina Natalia, la cual le había comentado por facebook que Mireya estaba muy desatrampada, en su mente solo había una cosa, alejar para siempre a Ricardo de esa mujer tan baja que se imaginaba que era la nueva esposa.  

Por la mañana, todos se levantaban a desayunar, había sido un lindo fin de semana para todos, a excepción de Natalia que aunque no la había molestado Camilo, se sentía desplazada que a nadie le importaba, pensaba que al menos el viejo se la cogía, tal vez sería bueno escapar con él, se decía mientras que escuchaba a sus hermanas y amiga, bromear con la comida.

-Natalia hermana, apúrate vamos a la escuela, Camilo nos está esperando-Natalia que se daba los últimos retoques, salía como rayo ya eran las ocho de la mañana, afuera Mireya y Rebeca se despedían de la ratona, diciéndole que la esperaban en la tarde, Natalia siguió derecho entrando al auto esperando a que sus hermanas subieran, cuando escucho.

-no te dije que usaras la ropa que te compre, mira nada mas otra vez usando esos short de mezclilla, no vas a ir a la escuela te me regresas en cuanto tus hermanas entren, llevo días sin cogerte y hoy no te salvas putita-Camilo que por estar trabajando llevando y trayendo a toda la familia, no había tenido oportunidad de volverse a encamar a la chiquilla, que no dijo nada solo sintió que su corazón le comenzaba a latir muy fuerte, ¿acaso el era su único amigo? ¿el era el único que se preocupaba por ella? Se preguntaba de camino a la escuela, mirando por la ventana del auto, mientras que seguía escuchando las risas de sus hermanas, a su mente le llego que cuando Rebeca llego a vivir con ellas era al revés, Natalia y Mireya se divertían mientras que Rebeca miraba a la ventana sin decir nada, estaba celosa de la gorda y como se dijo antes se sentía muy sola.

Mientras tanto Ricardo alcanzaba a Sandra que caminaba por la acera rumbo a su casa, donde molesta pensaba encontraría a su mama pasada de copas.

-Don Ricardo no sé qué decir-Sandra se sentía feliz por lo que había acabado de escuchar.

-di que si y te rento un departamento para ti solita ahora, eres mi niña y no puedes estar viviendo en un lugar así-Sandra hizo que el señor le rogara un poquito, para saber hasta dónde podía llegar y no haciendo esperar más a Ricardo contesto.

-¿y me compraría, ropa y zapatos tan lindos como los de sus hijas?-Ricardo contesto que si, no le importaba nada y Sandra se dio cuenta de que podría sacarle todo lo que quería al señor, que se comportaba algo extraño con ella.

-paso por ti en la tarde para llevarte a tu nueva casa, prepara todas las pertenencias, si quieres no lleves ropa, yo te comprare lo que quieras-Sandra se sentía feliz por lo que escuchaba, le daba las gracias a Ingrid por haberla chantajeado.

-si no te parecieras tanto a mi primera esposa no lo hubiera hecho, pero tu cara, tu cuerpo, te pareces tanto a mi Susana que no me pude resistir ¡porque, porque, tenias que parecerte tanto a ella!-se decía Ricardo en el estacionamiento de su empresa, quizá estaba arrepentido o según parecía el recuerdo de su primera esposa no estaba del todo borrado.       

Natalia ya estaba por llegar al carro, cuando de pronto se escucho su teléfono celular, Camilo ya le estaba abriendo la puerta mientras ella seguía leyendo el mensaje, una sonrisa dibujo su lindo rostro.

-¡si, si, si, ya llego! ¡ya está aquí! ¡mi tía don Camilo, mi tía ya llego! ¡perdón pero no lo puedo acompañar!-a Natalia todo se le olvido y corrió de nueva cuenta a la escuela, dejando a Camilo parado en el auto.

-¡óyeme pendejita adónde vas, tenemos que ir a la casa!-pero la jovencita ni siquiera lo escucho, se metió a la escuela debía contarle a su hermana, que su única tía llegaría hoy en la noche, por su parte Camilo se quedo parado, no supo qué hacer o cómo reaccionar refunfuñando subió al su auto para irse, no sin antes maldecir y gritar que se vengaría de la chica por dejarlo así nada más.

A Mireya la noticia le alegro mucho, ya que tenía mucho tiempo sin ver a su tía, y así con entusiasmo esperaron su llegada.

-Ingrid ya supiste la noticia-Mireya llegaba de la escuela para comunicarle a su mama, lo que ella misma se acababa de enterar.

-no que te paso, que hiciste ahora y con quien jajajaja-dijo la señora, que pensaba que Mireya había hecho de las suyas otra vez, gracias a sus consejos.

-nada jijiji pero mi tía Karina llega hoy, hace tanto que no la vemos, estoy feliz por fin estarán las dos mujeres que más admiro en la vida-dijo eso sin pensarlo y dándose cuenta se sonrojo, pues una era la mismísima Ingrid de del Valle.

-¡aaahhh! Y a quien admiras mas, a ella o a mi he muñeca-Ingrid se dio cuenta rápidamente que estaba hablando de ella, Mireya la abrazo para decirle.

-a ti por supuesto, tu eres mi mama, estoy segura que te llevaras muy bien con ella-le dijo sinceramente, toda Mireya era un manojo de felicidad.

-¿y si no le caigo bien? ¿y si te quiere llevar lejos? ¿de parte de quien estarás Mireya?-Ingrid le pregunto separándose del abrazo, esperando una respuesta de la jovencita.

-claro que le caerás bien, porque piensas que no y si no ella se lo pierde, yo siempre estaré contigo nunca me iría con ella, que se lleve a Natalia, contigo he aprendido a ser mas mujer, no quiero ser la misma tonta cohibida que era antes, además tu eres mi mamita-Ingrid por primera vez sintió una debilidad, pensó que debía parar, las palabras de Mireya le llegaron al corazón, un hueco en el pecho le anunciaba que debía cambiar, ser una verdadera mama para Mireya, pero solo fue un momento, el timbre de la casa sonó y Mireya salió del cuarto.

-lo siento por ti Mireyita, que te hayas encariñado mucho conmigo, nunca debiste confiar en mí ya que lo que deseo es el dinero de tu padre, y para eso tengo que deshacerme de ti ¡uuufff! por poco y me arrepiento. 

En la entrada se encontraba Eduardo el goku, que había ido a visitar a la gemela con el afán de declararle su amor de una vez por todas, no podía esperar más.

Mireya ya tenía un rato platicando con el goku, este la había ido a ver ya que desde que entro a trabajar de repartidor de pizzas, no le daba mucho tiempo de hacerlo.

-Mireya yo te quiero decir algo desde hace tiempo, escúchame por favor-el chico parecía desesperado, la tomo de las manos aunque a él no le gustaba ser cursi, sabía que a la gemela si le gustaban esas cosas y siempre la trataba muy delicadamente.

-si dime, que es lo que me tienes que decir Eduardo-Mireya ya sabía lo que venía, sonrojada miraba al joven que nervioso le confesaba.

-¿quieres ser mi novia? Dime que sí, estoy enamorado de ti, sé que no soy de tu misma clase social, pero estoy trabajando para ser digno de ti, eres lo que más deseo en la vida-Mireya sintió que su corazón se le salía, por fin tendría novio y era el chico que le gustaba, soltándolo de las manos lo abrazo diciéndole al oído.

-si, si quiero ser tu novia, ¡por fin me lo pediste!-le dijo colgada de sus hombros, para después fundirse en un beso, todo esto mas la llegada de su tía, la tenían vomitando felicidad, mientras que en la ventana de arriba, Ingrid miraba molesta como los recién novios se besaban, la poca ternura que había sentido por la chica hace un momento, se desvaneció ahora debía eliminar al estorbo del goku, que era una piedra en el camino.

-maldición y ahora que la Sandra ya envolvió a mi esposo, llega otro estorbo, esta chamaca me la pone difícil, pero te juro Mireya que me desharé de él lo más rápido, tu ya le perteneces a otro-se decía la señora, mientras abajo Mireya se despedía de su novio el goku.

Por la tarde, mientras Ricardo se paseaba con la ratona por los centros comerciales para comprarle ropa y todo lo que quisiera, las gemelas esperaban a su tía, la espera era larga y ya se comían las uñas de ansiedad por ver a su único pariente de parte de su difunta madre.

-ya Mireya contrólate, ni que fuera la reina de Inglaterra la que viene jajajaja-le decía Ingrid que pensaba que de seguro, esa persona seria una de esas ricas déspotas, las cuales ven a todos por encima del hombro y no estaba lejos de la realidad.

-usted no la conoce señora Ingrid, mi tía es una persona muy apreciada por nosotras, porque cuando falleció nuestra mama ella nos apoyo mucho, por esa razón la queremos-dijo fuerte y claro Natalia, que eran pocas las veces que hablaba con Ingrid, la chica desconfiaba de ella, pues a Camilo se le salió decirle que la misma señora le dio las llaves aquel día que se la cogió por primera vez.

-si pequeña Naty entiendo, es que no lo sabía, ya que tu y yo casi no cruzamos palabras, deberías acercarte mas a mi ¡no muerdo!-Ingrid se acerco a Natalia y la abrazo como hacía con su hermana gemela y por unos segundos la chiquilla, comprendió porque a Mireya le gustaba estar cerca de la señora, ese abrazo fue muy maternal.

Eran las ocho de la noche y la familia estaba totalmente reunida, Ricardo tenía unos minutos de haber llegado con Sandra, ya que con descaro dijo que se la había encontrado y se ofreció para llevarla a la casa, también se dio cuenta que era el único hombre en el hogar y con su ex cuñada ya seria muchas chicas se incomodo un poco, el timbre sonó Natalia corrió a abrir la puerta y efectivamente su tía hacia acto de aparición, para ella el trayecto del aeropuerto hacia acá fue desagradable, pues Camilo el chofer de la casa le pareció un viejo sin educación, muy vulgar, pero lo tuvo que soportar, además que para ella el viejo apestaba.

-¡Natalia mi sobrina! como has crecido ¡si ya eres una señorita! ¡mírate que linda te has puesto! y tu Mireya que te hiciste en el cabello, se te ve mal no deberías habértelo pintado así-les dijo abrazándolas y comprobando lo que Natalia le había dicho, ya que Mireya vestía como una gótica con sendas bototas de cuero y maquillada con labial negro (se parecía a la chica mala que sale en victorius), muy al contrario de Natalia, que vestía su falda y camisa polo, sus tenis como una chica normal, Mireya no le hizo caso pero el comentario si la lastimo.

-¿Hola Karina como estas, que tal el viaje?-pregunto Ricardo mirando que su cuñada entraba de la mano con sus dos hijas que la guiaban a la sala, se veía muy sensual con ese traje color vino,  Karina por su parte vio al lado de su ex cuñado a una señora morena con unas chichotas, y un culote, el cual tenía pegado a unos muslos llenos de carne, Ingrid tenia puesto un corto vestido que semejaba la piel de un jaguar, con unas zapatillas de plataforma, que hacían que se viera de su misma estatura-quien es esta con pinta de prostituta-pensó inmediatamente Karina –así que esta flaca estirada es la tía, si se ve que quiere esconder lo puta-pensó Ingrid.

-te presento a mi esposa Ingrid y a mi hija Rebeca-la chica estiro la mano a lo cual Karina saludo sin más, regalándole una sonrisa amable le pareció simpática la gordita, por su parte Rebeca miro el parecido que tenía esa señora con la ratona, Karina bien podría pasar como su madre.

-mucho gusto-dijo Karina, son teniendo lo menos posible la mano de Ingrid.

-como estas-Ingrid solo dijo eso, y al igual que Karina solo sostenía la mano de los puros dedos, como no queriendo saludarse.

Las dos se miraron, sus manos se rozaban, se estudiaban, una pequeña tención se sintió en la sala, las sonrisas en su cara reflejaban la incomodidad, Ricardo era el único que no lo sentía ya que como hombre carece de sexto sentido, el solo veía a dos señoras hermosas y buenotas, una que era su cuñada parecía una súper-modelo, mientras la otra que era su esposa parecía una estrella-porno .

-y esta linda jovencita, ¿quien es? ¿tu hija también?-pregunto Karina, refiriéndose a la ratona que llevaba puesta ropa regalada por Mireya unos días antes.

-jajajaja, ella es Sandra, es mi amiga y quería que la conocieras tía-dijo riendo Mireya, Karina la saludo y se percato que tenia cierto parecido con ella solo que más vulgar, aun así le pareció linda, la ratona la saludo sintiéndose un poco intimidada por la presencia de la dama.

La velada siguió y aunque la tía Karina estaba cansada por el viaje, platicaba con sus sobrinas sus vivencias en otro país, Mireya se dio cuenta de que ya no le parecían tan extraordinarias esas historias se preguntaba porque, mientras que a Natalia e incluso a Sandra les parecían muy buenas, Rebeca por su parte le costaba integrarse al grupo, mientras que Ingrid de plano se dedico a platicar con su esposo, esas tonterías de las que hablaba no le interesaban, así se acabo el alboroto y se fueron a dormir, Natalia se sorprendió mucho cuando le dieron a escoger a Mireya el cuarto en donde dormiría, ya que fue la sacrificada en dejarle su cuarto a su tía, Mireya no escogió el de la gemela prefirió irse con Rebeca.

Habían pasado unos días desde la llegada de Karina y todo parecía que regresaba a la normalidad para Natalia, que no era molestada por Camilo, el viejo estaba como diablo pues no tenía tiempo de cogerse a la gemela, ya que la tía lo ocupaba mucho, Ingrid por su parte evito darle malos consejos a Mireya, pues no sabía de los alcances de esa señora y si era descuidada adiós a todos sus planes, mientras que Ricardo aprovechaba para llegar tarde todos los días por irse con la ratona, a la cual ya tenía bien instalada en un departamento cerca del residencial, Sandra se sentía como en un cuento de hadas, don Ricardo la complacía en todo, sin querer Ingrid descuidaba a su marido.

Natalia se fijo que su tía platicaba mas con Mireya se preguntaba porque, la razón era que Karina miraba mas alocada a Mireya, y quería alejarla de esos malos pasos en los que había caído hace poco, y cada vez se convencía que tendría que llevárselas lejos por un tiempo.

-Mireya debes de ser mas dedicada en tus deberes escolares como tu hermana, desde que llegue no te he visto hacer la tarea o leer un libro como hacías antes, solo estas en la computadora platicando horas o escuchando esa música tan fea, (se refería al regetoon)-le comentaba la señora, pero no lo hacía dulcemente la chica sintió que era más como una orden, a lo que Mireya contesto.

-tía la tarea es fácil, la hago rápido, por eso no me vez hacerla jijiji y platico mucho porque casi no veo a mi novio, ya que trabaja mucho-dijo Mireya con una sonrisa, su relación con el goku iba bien según ella que solo lo veía un rato en la mañana, ya que la buscaba en la escuela y la chica se brincaba las clases para irse con él.

El día de descanso del goku había llegado y con su primer sueldo, se compro algo de ropa y guardo lo demás para invitar a salir a su novia, este chico había cambiado en poco tiempo o mejor dicho Mireya lo había cambiado, ya casi no frecuentaba a su vagos amigos, listo para su cita salió en busca de su amada gemela, el timbre de la casa sonó y la gemela bajo corriendo, pues habían quedado que saldrían, la detonante para la tía Karina en tomar la decisión de llevarse a sus sobrinas había llegado.

Mireya lo saludo con un besote, colgándosele del cuello enfrente de todos, la chica se esmero en que todas supieran que ese era su novio, a Karina casi le da un paro cardiaco ver al joven novio ella se lo imaginaba distinto, muy distinto.

-Mireya estás loca, que le vez a ese muchacho es un malviviente y hasta requemado por el sol esta, que ropa tan barata tiene puesta, hay esto no puede ser que asco, esa relación se debe acabar ya, conociéndolo seguro solo quiere su dinero y si la embaraza ¡no, dios, no!-Karina para desgracia del goku era una elitista, por ningún motivo permitiría que su sobrina fuera novia del jovencito ese tan vulgar, Mireya estaba muy por encima de él.

La gemela hizo pasar al goku para presentárselo a su tía, que ni le dio la mano solo se dedico a mirarlo y cada vez se convencía de que era un muy mal prospecto para Mireya, la chica que le había aprendido algunas cosas a Ingrid se dio cuenta de eso, y lo saco de ahí molesta después hablaría con ella.

Después de divertirse por un buen rato con el goku, Mireya regresaba feliz pero poco le duraría, ya que Karina le comunicaba que se las llevaría con ella, la chica se puso como loca no quería irse y dejar a Ingrid y a su novio con el cual comenzaba su relación, la discusión subía de tono la reacción de la chica dejo perpleja  a la señora, Mireya recurrió a Ingrid.

-¡Ingrid dile que no quiero ir, ayúdame, no quiero!-le decía casi gritándole estaba desesperada, la señora no decía nada simplemente la abrazaba como queriendo protegerla.

-si no quiere ir, no te la vas a llevar y no se hable más del asunto-Ingrid ayudando a su hijastra no lo permitiría, necesitaba que estuviera aquí para manipularla más y volverla una puta cualquiera.

-usted no es nadie para impedirlo, su papa ya me dio permiso y mañana mismo me las llevo-Karina había hablado con Ricardo, informándole de la situación de su hija sobre la escuela y el novio tan horrible que tenia, Natalia escuchaba asombrada como Ingrid trataba de ayudar a su hermana, se molestaba que todo girara alrededor de ella, estaba harta de que siempre fuera Mireya para acá Mireya por allá, ¿y ella qué?, se preguntaba escuchando todo desde su cuarto, su celular sonó le llego un mensaje.

-NI TU TIA SE PREOCUPA POR TI, YA VEZ SOLO VINO POR TU HERMANA, PERO NO TE PREOCUPES TU CUENTAS CONMIGO NATI, AUNQUE YA NO TE DEJES COGER-era Camilo, que se había dado cuenta que la chica se sentía sola y aprovechando, le quería dar un empujoncito y fuera totalmente suya y con ese mensaje lo estaba logrando, Natalia se tambaleaba cada vez mas pensando, que su problema con el viejo era más grande que todos los que pudiera tener su hermana, se acerco a la ventana y se encontró con él, que estaba abajo recargado en el carro, el viejo al verla le mando un beso sobándose la verga, Natalia no supo porque pero le mando otro sonrojada, temblando, cerro las cortinas mientras seguía escuchando como gritaban sus parientes en la sala.

-preparas tus cosas, mañana después de que regrese de unos asuntos que tengo que atender nos vamos-con esas palabras Karina se retiro, pasando por el cuarto de Natalia para decirle lo mismo.

-Mireya triste abrazaba a Ingrid, que como siempre maternalmente la acariciaba en el cuarto Natalia ya no estaba muy convencida de querer dejar el país pensaba que su tía no sería buen apoyo.

Todo esto pasaba sin que Ricardo se enterara, en estos momentos el compartía la cama de la ratona en el departamento, la chica le había dicho que se quedara y el accedía sin ningún problema ya que en su casa parecía un gallinero.

 2 de la mañana la gran señora Ingrid, tramaba algo platicando con el chofer de la casa le daba instrucciones precisas.

-no vayas a fallar viejo pendejo, de esto depende que te sigas cogiendo a Natalia ¿quieres tener hijos con ella no? Pues demuéstrame que eres un buen nuero, además si se la lleva y la Natalia habla te puedes ir directo a la cárcel-decía platicando en el carro en la esquina de su casa.

-pero ahora si le va a costar más señora, me arriesgo mucho-dijo el viejo

-¿pues qué quieres? A la Mireya ni lo sueñes, esa va a terminar más mal que su hermana, ya la tengo apalabrada y no te la puedo dar-la señora esperaba la respuesta que sin más el viejo le comento.

-está bien pues a la Mireya no, pero quiero una cosa, que cuando me lleve a la Natalia me pases cada mes un dinerito para que vivamos felices para siempre, jejejeje-el viejo en verdad quería formar una familia con la gemela, hacerla su mujer hasta que la muerte los separara.

-hecho lo tendrás, pero no me falles-así quedaron la señora bajo feliz con la ayuda de Camilo Karina seria eliminada rápidamente.

-Piche puta, si me traicionas ya veré como ponerte en tu lugar, por lo de mientras ya casi tengo esposa y mi futuro asegurado-pensaba el viejo chofer, arrancando el carro mañana seria un día de muchas emociones.  

-¡maldición ahora dependo del maldito Camilo! ¡Esa maldita estirada puta de mierda, tiene la culpa! A que vino, si estaba ya todo listo para el sábado, pero de que no te salvas de esta Mireya no te salvas y para colmo mi maridito, se la pasa con la chamaca hay diosito ayúdame me tengo que deshacer de la Karina rápido, antes de que se meta mas en lo que no le importa-se decía la señora acostada en la cama, entre esos pensamientos se quedo dormida.

Miércoles ese día lo recordaría Karina para toda su vida, después de bañarse y decirles a las gemelas que no fueran a la escuela y que la esperaran para irse, salía de la casa necesitaba ir a arreglar un asunto de sus empresas, Camilo estaba listo para llevarla.

-¡tu tienes la culpa de todo Natalia! ¡te odio, te odio!- le gritaba Mireya llorando, no le importaba nada desesperada le marcaba al goku pero no lo encontraba, quería verlo decirle que se la llevarían y despedirse de él.

-yo…yo no quería que pasara esto, dis…discúlpame Mireya-Natalia agarraba de la mano a su hermana que seguía como león enjaulado (dando vueltas por toda la casa), Mireya no la quería ni ver y cada que su hermana se acercaba la mandaba a la chingada, resignada comenzó a hacer sus maletas.

-Mireya hija no te pongas así, tu hermana no tiene la culpa, es esa bruja de tu tía, pero recuerda que siempre estarás en mi corazón-Ingrid platicaba con ella queriéndola calmar, y al mismo tiempo dejar en mal a Karina.

-snif, snif, no me quiero ir, no te quiero dejar, por fin tengo una mama que me protege y ayuda, Ingrid no se qué hacer-Mireya estaba desconsolada.

-no te preocupes mi amor, yo la buscare y la convenceré de que te deje en paz, hablare con ella tu déjamelo a mí, te prometo que la encontrare, veré que puedo hacer-y así con esas palabras Ingrid salió de la casa se debía encontrar con Camilo, el destino de Karina daría un giro inesperado.

Pasadas de las 11 Karina salía de un café, donde después de arreglar sus negocios con otro empresario (ese también fue el motivo de su visita al país), entraba al carro de Camilo tenía ya los boletos de avión y se irían esa misma tarde.

-a la casa rápido, no me gusta dejar a mis sobrinas con esa señora-Camilo manejo metiéndose por la colonia, tomo una calle muy conocida por Mireya, en la esquina había una tienda llamada “VINOS Y LICORES DON PABLO”,  el viejo nervioso miro hacia delante, un carro estaba parado en dicha tienda, en la calle nadie se encontraba, miro por el espejo retrovisor, Karina estaba viendo sus mensajes en el celular, el viejo sudaba, tenía que hacer lo que Ingrid le decía o si no la pasarían muy mal, además de que el premio era su putita Natalia.

- ¡lo siento señora, en verdad lo siento!-Karina logro escuchar eso, antes de que Camilo frenara el carro sorpresivamente.

-que pasa porque fre….hhhaaayyyy-Camilo le soltó un golpe directo a la cara con todas sus  fuerzas, dejando desmayada al instante a Karina, su rostro comenzó a sangrar de labios y nariz, tirando el celular que fue a dar debajo de los asientos

Unos minutos más tarde, Karina se comenzaba a despertar le dolía el rostro, no sabía que había pasado, cuando quiso tocarse la cara no pudo mover las manos, al momento que sentía una cubetada de agua fría y escuchaba unas risas.

-¡jajajajaja! Por fin despierta la pendejita ¡ajjajajaj! No tenias preocupados puta-Karina levanto la cara para mirar, pero todo estaba a oscuras, pero no porque fuera de noche, si no que tenía una bolsa en la cabeza, sintió que sus brazos estaban amarrados y estirados hacia arriba, en sus piernas sentía una especie de grilletes que las sostenían impidiendo moverlas.

-mmmmm, nnnggghhhh-cuando quiso hablar se dio cuenta que tenía algo adentro de su boca, su cara le ardía, ella pensó que la habían secuestrado, estaba aterrada.

-ya la destapamos, quiero ver su carita de terror, anda destápala ya no resisto-una voz de hombre se escuchaba en el aire, Karina se comenzó a mover queriéndose zafar, sintiendo que de su boca caían sin parar hilitos de babas que le llegaban al cuello.

-está bien lo hare, pero me debes un favor enano-la segunda voz era de mujer, Karina sintió que desamarraban la bolsa retirándola, la luz del cuarto la cegó, pero poco a poco la vista regresaba y lo primero que vio fue a Ingrid con un viejo enano, sentados justo en frente de ella.

-¡mmmmm! ¡mmmm! ¡mmmmm!-Karina no podía decir más, no podía creer que Ingrid le estuviera haciendo esto tan horrible.

-¿que dices, no te entiendo? ¡jajajajaja!-Ingrid se acerco para tomarla del mentón que tenía todo babeado, la miro por unos minutos para después decir.

-con que querías llevarte a mis putitas lejos no, pero mírate ahora ¡quien es la que manda perra jajajajaja!-Ingrid estaba como loca ¡splash! ¡splash! ¡splash! Se escucharon tres bofetones dejándole la cara toda roja.

-¡si pégale mas a la perra, pégale más!-se escucho al viejo gritar, antes de que volviera a desmayarse.

-muy bien viejo sádico, ahí te la dejo y recuerda no debes liberarla hasta que yo te diga, pero tampoco quiero quela vayas a matar mídete, recuerda que casi mandas al otro mundo a la chiquilla esa de la secundaria, por el momento golpéala, viólala, yo regreso mañana haber que tal quedo esta distinguida dama, ¡jajajajja!-Ingrid salió de la habitación feliz de que casi tuviera a Mireya donde quería, solo faltaba ese fastidioso muchacho apodado el goku.

-no te digo, ya vas a comenzar con tus reglas, a mi no me importa, si se muere ni modo jejeje-Pablo se despidió de Ingrid bajando la cortina de la tienda, hoy no abriría pues tenía asuntos más grandes que atender.

Para estos momentos Karina volvía a despertar, los golpes la tenia aturdida y la posición en la que estaba amarrada (en forma de X) la cansaba mucho, a lo lejos se escuchaba un silbido parecido al que se escucha en la película de KILL BILL, es sonido se acercaba mas y mas, escucho que metían la llave para abrir la puerta que rechino con el movimiento.

Ingrid paseaba en su carro por la colonia donde antes viva, por alguna razón no quería llegar a su casa todavía, estaba nerviosa de lo que había hecho, al doblar la esquina freno el carro rápidamente, a su mirada le llego lo más maravilloso del mundo, tomo su celular rápidamente y apuntando comenzó a grabar, una vez más su sonrisa burlona se le dibujo en el rostro.

-¿Karina, verdad? ¿Cómo te encuentras hoy? ¿soy Pablo, desde ahora seré tu amo? ¿Qué te parece?-Pablo como se había dicho antes, era un señor que por fuera parecía de lo más normal, amable y tranquilo con toda la gente, pero por dentro escondía a un tipo de lo peor y si se encontraba a su merced una chica, cambiaba de una forma fuera de lo común estaba loco.

-¡mmmmm! ¡mmmm!-Karina no podía hablar, estaba amordazada con uno de esos cinturones con bola en medio la tenia bien metida, se retorcía porque no se imaginaba de lo que era capaz de hacer el enano infeliz de Pablo.

-haber permíteme, que modales los míos, si estoy enfrente de una dama jejejejeje-Pablo le soltó la mordaza, la señora movió la quijada de un lado para otro, las mejillas las tenia hinchadas y rojas, con sus brazos bien extendidos, sentía un dolor tremendo como si se le fueran a zafar.

-por favor, suélteme me duele mucho mi cara y cuerpo, le daré dinero tengo mucho, pero suélteme-Karina pedía desesperada, pero solo recibía caricias en la cara, el viejo se tomaba su tiempo.

-ustedes los ricos creen que todo se arregla con dinero, jejejeje pero esta es una de las cosas que el dinero no sirve para nada, mira lo que tengo para ti-Pablo saco unas tijeras para cortar pollos, Karina se aterro, el viejo se las paso por su cara, ella comenzó a llorar desesperada pensaba que el viejo le cortaría la cara o se las enterraría en el estomago, Karina se zangoloteaba pero era inútil, estaba bien amarrada en el centro de la habitación.

-no, no, no te asustes, no te voy a lastimar, solo las voy a utilizar para encuerarte, no me gustan las viejas que llevan mucha ropa-dijo el viejo, antes de tomar el saco de los hombros y comenzar a cortar desde ahí hasta la terminación de las mangas, para después pasar a hacer lo mismo del otro lado.

-¡espere, por favor no! ¡ no haga eso, no por favor no!-Karina le gritaba casi hasta quedarse afónica, pero Pablo ni siquiera la volteaba a ver, termino de cortar y las dos partes cayeron dejándola solo en blusa, falda y medias.

En esos momentos en otro lugar, Ricardo recordaba que Karina se llevaría hoy a sus hijas, como rayo se paró de la cama dejando a Sandra acostada, la chica lo miraba ponerse su traje mientras ella como reina se estiraba toda desnuda.   

-¿de verdad debes ir? ¿no te quieres quedar conmigo, mi amor?-preguntaba la ratona, que no es que le gustara tanto el señor, si no que se acostumbro muy rápido a su nueva vida, y debía mantener a Ricardo lejos del alcance de Ingrid.

-si, no veré a mis hijas por un largo tiempo, lo siento pero regreso más tarde mi niña, toma te dejo para que te compres lo que quieras-Ricardo le dejo una buena cantidad de dinero, la chica pensó que era mucho, ya que solo se iría por unas horas aun así los tomo todos.

-desde que me revuelco con él, he ahorrado más dinero que toda mi vida y llevo unos días, me deja mucho dinero, ojala y nunca se acabe esto-pensaba la chiquilla sola en la habitación.

Karina ya solo en blusa y falda, suplicaba que el viejo la soltara este se había sentado y la miraba, la señora aun amarrada se veía hermosa y al viejo le gustaba verle la cara toda lastimada, lo excitaba mucho, de su bolsa saco una pequeña navaja pero eso si con mucho filo, llego a ella que lloraba a borbotones, ahora si la mataría pensaba la señora que comenzaba a estar en condiciones deplorables.

-esta es mi amiga, está conmigo desde que tengo memoria, con ella logre someter a mi primera golfa, te diré que era mi tierna ahijada de 15 años, su mama me la encargo aquí en la tienda durante tres meses donde me divertí mucho con ella, tendrás el honor de conocerla-Pablo hablaba con ella de lo más normal, acercándose tomo la blusa y comenzó a cortar botón por botón, los cuales salían volando dejando desprotegida a su dueña.

-¡se lo suplico, por favor! No haga esto lo que le esté pagando esa señora, yo se lo duplico ¡déjeme ir!-el viejo estaba entretenidísimo con lo que decía, y solo se burlaba mas y mas termino con todos los botones.

-deja de insistir, esto no lo hago por dinero-le decía caminando para pararse detrás de ella y cortar con las tijeras la blusa de la espalda, hacia caminitos por toda la blusa que quedo echa girones dejando intacto el cuello, para después en un movimiento arrancarle de un jalón toda la prenda.

-¡hhhhhhaaaaaayyyyy!-grito Karina por la acción realizada del viejo, sus senos ya se mostraban grandes y firmes dentro del sujetador rosa, que llevaba puesto ese mal día.

En la casa de los del Valle, la gemelas desde hace unos momentos ya tenían sus maletas hechas, a Natalia se le caía la cara de vergüenza por lo que le había hecho a su hermana, Mireya no le hablaba molesta platicaba con Rebeca diciéndole que si veía al goku le comunicara lo sucedido, Ricardo llegaba a la casa se veía algo cansado, la ratona era insaciable según él, y se lo achacaba a su juventud.

Ingrid manejaba, por estar grabando se le había hecho tarde para seguir con su plan, al cual le agregaría eso que grabo, no sabía si era por su buena suerte pero en verdad que lo disfrutaba.

-que piel tan delicada, seguro pasabas horas echándote cremas y menjurges femeninas, pero no será la misma piel nunca más, te voy a marcar de por vida ramera-Pablo hincado detrás de ella comenzaba a cortar la falda, la señora pudo sentir la tijera pasar por en medio de sus dos cachetes, no se quería mover pues podría salir lastimada, al tiempo que bajaba la mirada para ver caer a sus pies la fina prenda de vestir.

-que mamadas, mas ropa, ya me estoy desesperando y eso no es bueno ¡haber así rápido!-¡CRASHHH! Se escucho, cuando Pablo tomo de las nalgas la medias rasgándolas totalmente hasta los tobillos, para Karina era un dolor insoportable, las medias quedaron echas bolas en sus tobillos cubriéndole las zapatillas, mientras que en su vientre quedo el elástico, que el viejo corto con la navaja.

-putas viejas, calzones rosas y chichero rosa, combinan su ropa interior y después se molestan si se las queremos ver ¡jejejeje!-decía mientras que cortaba los resortes del sujetador, para luego meter las tijeras por en medio de las dos tetas, y con un ligero corte liberar ese par de melones blancos y erguidos.

-¡no, no, no, me vea! ¡por favor, ya no! ¡esto no! ¡no me haga nada!-gritaba la señora, que quería cubrirse y dejan de sentir miedo, el viejo miraba como hipnotizado los pechos de Karina que respiraba agitadamente, haciendo que se movieran de un lado para otro.

-¡calzones fuera! ¡jejejeje!-Dijo el viejo volviéndoselos a arrancar con sus propias manos, Karina comenzó a gritar, por lo brusco de la acción y la vergüenza de mostrar ahora si todo su cuerpo desnudo, a un sádico maldito.

-¡maldito asqueroso, pero te juro que te refundiré en la cárcel te arrepentirás de estarme haciendo esto! ¡que haces! ¡no, ni lo sueñes, no!-Karina se convenció de que Pablo no la soltaría suplicando, así que recurrió a la amenaza, pero sintió que las fuerzas la abandonaban,  cuando el viejo se comenzó a sacar sus ropas, seguro la cogería en contra de su voluntad.

-perdóname mamita, pero soy un hombre de traseros-decía mientras caminaba otra vez hacia la espalda de Karina, agachado miraba el culo abriéndole las nalgas, para ver el pequeño agujerito que se cargaba esa señora tan distinguida.

Ingrid llegaba a la casa, todos estaban reunidos en la entrada se encontró a Camilo, y le daba las gracias la muy descarada, de inmediato preguntaron si había encontrado a Karina a lo que la señora les comunico.

-su tía tuvo que irse rápidamente, les dejo esta carta donde les pide disculpas por el cambio de planes, que tuvo que realizar-ella actuaba normalmente y les hacia entrega de la mentada carta, que decía.

-DISPULPENME SOBRINAS, TUVE QUE SALIR INMEDIATAMENTE DEL PAIS, EL NEGOCIO QUE VINE A TRATAR ES MUY IMPORTANTE Y NO PUEDE ESPERAR, LAS VERE DESPUES, TERMINEN SU PRIMER AÑO ESCOLAR, NOS VEMOS EN VACACIONES. ATTE: SU TIA KARINA-Mireya por obvias razones respiro tranquila.

-¡no, eso no es cierto!-grito Natalia, que salió corriendo de la casa queriendo alcanzar a su tía, todos se quedaron congelados por la actitud de la chica.

-¡espera hija, a donde vas!-grito Ricardo mirando como Natalia subía al carro con Camilo, para salir rumbo al aeropuerto.

-ahora si voy a saber que comes ¡jejejej!-dijo Pablo agachándose para meter su cara en las nalgas de Karina, que le dio un inmenso asco el contacto, el viejo le chupaba la cola sin parar y ella sentía las babas en su rabo, Pablo la tomaba de las piernas haciendo que parara las nalgas, para meterse lo más que podía, la señora estaba a punto de vomitarse.

-¡es un asqueroso, repugnante! ¡deje de hacer eso! ¡ahhhhh! ¡aaahhhh!-en estos momentos se le olvido el dolor de la cara, podía más el asco que sentía.

-voy a hacer que te corras en mi cara puta, después pedirás que te lama tu cola todos los días, amaras mi lengua en tu agujero-pasando una mano para adelante, comenzó a meter sus dedos en la peluda y rubia vagina, la sintió cerrada como si la señora tuviera años sin meterse nada por ahí.

-¡maldito asqueroso, déjame en paz! ¡aaahhhh! ¡aaaahhhh! ¡ayuda, alguien ayúdeme!-la señora gritaba como loca, sintiendo la lengua llenarle de babas su agujero posterior y los dedos del viejo Pablo jugar con su puchita, Karina era una señora muy frígida (esa fue la razón de que su marido la dejara), se movía pero no por sentir placer, si no por la repugnancia, sus muñecas comenzaban a sangrar por los movimientos tan violentos que hacía, mientras el viejo abajo lamia y lamia sin parar.

Ya llevaban un buen rato así en la misma posición, Karina no paraba de decir que la soltara, el viejo se desesperaba minuto a minuto, la posición en el suelo lo cansaba y la señora no daba símbolos de placer, y aunque  el sabor de su culo era una delicia, Pablo comenzó a sentir una frustración por no hacer correr con sus lamidas y tocamientos a la señora, debía castigarla.

-¡hija de la chingada! Que puta eres que no se calienta ni se corre, lo siento por ti porque vas a sufrir-Pablo se incorporo enojado, molesto, frustrado, Karina ya sentía el miembro entre sus nalgas frotarse, los brazos le dolían y ese dolor no la dejaba pensar en lo que el viejo estaba a punto de hacer.

-¡tomaaaaaaa! ¡puta mal parida!-grito el viejo con todas sus fuerzas afianzándose de las tetas de la dama apretándoselas, le metió  la verga de un solo golpe, el ano de Karina comenzó a sangrar al instante.

-¡HHHHHAAAAAAYYYYYY dioooosssss nnnnnoooooo!-el dolor espantoso que sintió aquella mujer, fue indescriptible le había roto el ano de una manera cruel y despiadada, Pablo dentro de ella y sin ningún miramiento comenzó a meter y sacar su verga sin parar, en unas arremetidas fuertes que casi levantaban del suelo a Karina, que no paraba de gritar como loca, la intromisión fue terrible, un intenso dolor le recorría el cuerpo.

Pablo a pesar de haberse hecho un poco de daño al entrar en ese culo, no paraba de meter con todo su verga, mientras que sus manos apretaban fuertemente los pezones, Karina estaba a punto de desmallarse nuevamente.

 -¡aaarrrgghhhhh! ¡aaarrgghhhh! Estoy seguro que nadie te había metido algo por aquí, no podrás cagar en semanas perra ¡agradéceme, te digo que me des las gracias!-con una mano el viejo, la tomo de los cabellos jalándoselos hacia abajo ya que él era considerablemente más bajo, Karina quedo arqueada, su espalda hacia toda una curva, mientras que con la otra mano le pellizcaba las tetas, dejándoselas rasguñadas y maltrechas.

-ggg….gggrr…graaaa…gracias ¡nnnnggghhhhh!-su boca llena de babas y lagrimas caídas desde sus ojos, pronuncio con trabajo esa palabra que incentivo a Pablo a arremeter con más fuerza, no le importaba absolutamente nada, si la señora moría o quedaba idiota, el seguiría el mete saca sin parar y como toro desbocado seguía metiendo y sacando del culo ensangrentado su verga, no había placer para Karina que no aguanto más, aflojando todo el cuerpo perdió el conocimiento.

-¡ya te cansaste puta! Creo que se desmayo-se dijo el viejo, la cabeza de Karina colgaba de lado mientras que al viejo, no le importo que estuviera inconsciente siguió disfrutando del cuerpo colgado.

-¡aaarrrggghhh! ¡aaarrrgghhh! Que rico tu culo pendeja ¡aaaahhhh! Me corroooooo ¡aaaahhhh!-con las manos en sus piernas, el viejo llego al orgasmo sus uñas se enterraron en el par de muslos, quedándose quieto vaciándose dentro de la cavidad anal, que cruelmente fue estrenada.

Cuando el viejo retiro su verga, una combinación de sangre semen y heces fecales cayeron al suelo, Karina inconsciente colgaba como muñeca de trapo, Pablo levanto sus dos manos y ¡CRASSSHHH! le soltó dos tremendas nalgadas, para ver si la señora despertaba lo que no sucedió.

-esta zorra no aguanta nada, pero tendremos mucho tiempo, te aseguro que después me pedirás que te amarre y te golpee todo lo que quiera ¡jejeje!-Pablo la desamarro de las manos y el cuerpo inconsciente cayo enseguida, hizo lo mismo con los grilletes y la arrastro de los cabellos hacia la esquina del cuartucho, para aventarla a un catre todo sucio, justo a un lado se encontraba pegada en la pared una cadena, que terminaba en otro grillete el viejo lo coloco en el cuello de Karina y cerro el candado, para después tomar una cobija llena de hoyos y lanzársela.

-me lastime más de lo que creí, si no, te la meto por la verija de una vez, ahora creo que es mejor esperar hasta mañana, que descanse muñeca ¡jajajajajaja!-Pablo salió riendo del lugar, dejando en penumbras a la pobre señora Karina.

Ricardo buscaba por toda la ciudad el carro de Camilo, que se había llevado a Natalia al aeropuerto, la chica al llegar pregunto por su tía, pero nadie le quería dar información sobre los vuelos, resignada se sentó en una silla, se sentía mal ella creía que había venido para estar con ella, pero solo se preocupo por Mireya y sus negocios, la chica se convencía mas y mas de que su destino era ser una solitaria.

-Naty pequeña, ya vámonos tu familia debe estar preocupada-Natalia escucho una voz conocida, agachada solo le miraba los zapatos, levantando la vista miro que no era más que Camilo que estaba parado justo delante de ella.

-don Camilo, ¡snif snif snif!-le dijo llorando abrazando al viejo chofer que la recibió con los brazos abiertos, Natalia lloraba en el regazo del hombre que una vez, la estreno en el sexo en contra de su voluntad.

En el carro de regreso, Camilo veía como la chica iba con la mirada perdida, dedujo que su corazón estaba dolido la habían lastimado cruelmente, y él se aprovecharía de la situación, se beneficiaria con ello y comenzó a meterse en la mente que en ese momento estaba débil, paro el carro en su casa con la intención de doblegar de una vez por todas a la linda jovencita, que solo necesitaba un empujón para hacer lo que él quisiera.

-¿sabes que soy el único que se preocupa por ti, verdad Naty? desde que tenemos sexo, te has convertido en lo más importante para mí, y quisiera que tu sintieras lo mismo-la chica lo escuchaba, el viejo la tomo de las manos y se las beso, Natalia no sabía en qué pensar, era cierto lo que le decía, su hermana la había reemplazado por su hermanastra, su nueva mama no le dirigía palabra alguna, y su padre estaba muy ocupado haciendo quien sabe que cosas.

-s…si lo sé pe…pero usted…usted se…aprovecho de mi aquella vez y…-la chica fue interrumpida por el viejo, que no la dejaba pensar claramente.

-no pienses en eso es cosa del pasado, además si no fuera porque aquella vez cogimos estarías sola, ¿no te parece? Mejor piensa en lo que hemos hecho las demás veces, como te me has entregado y as disfrutado, yo no te quiero lastimar, al contrario te quiero proteger-Camilo le sobaba las manos acariciándoselas, tratando de calmar a la chica que poco a poco comenzaba a sentirse bien junto a ese hombre, que se presentaba como su salvador y único amigo.

-¡no, eso no es verdad! Usted siempre me chantajea con ese video que tiene, por eso yo me…me dejo hacer lo que ya sabe-la chica lo soltó preocupada, pues sentía que su estomago le daba vueltas, sentía cosquillitas dentro de él y su rostro lo sentía colorado, nunca antes había visto al viejo tan amable.

-como gustes preciosa, pero recuerda te quedaras sola, de mi parte no cuentes conmigo para nada canija chamaca-dijo el viejo metiendo la llave para arrancar el auto, y no es que ya la fuera a dejar en paz seguiría como hasta ahora, chantajeándola para disfrutar su cuerpo.

-espere Camilo si…si yo me…me entrego a usted…para hacer esas cosas, ¿se interesaría en mi? ¿o solo le interesa hacer esas cosas conmigo?-Natalia se lo dijo tomándolo de la mano, impidiendo que le diera vuelta a la llave, el miedo, la desesperación de estar sola, hicieron estragos en ella.

-absolutamente seria tu amigo, tu confidente, tu novio secreto, dime ¿quieres ser mi novia secreta?-el viejo creyó que la jovencita lo mandaría asta la luna y de regreso, en un rotundo no, pero la respuesta que le dio lo dejo sorprendido.

-so…solo que sea a escondidas, se…secreta como dice, y que me deje ir a la escuela-dijo lo más claro posible, acariciándole la mano, el viejo no lo podía creer, la chiquilla lo había aceptado.

-muy bien, ya eres mi novia, acércate dame un beso, demuéstrame que es verdad lo que acabo de oír-Natalia al escuchar esas palabras lo tomo de la cara retirándole los lentes, acariciándolo como queriéndole acomodar el cabello, todo pasaba tan rápido que no pensaba lo que estaba a punto de hacer, junto su boca con la del viejo que seguía sin creer lo fácil que fue enredar a esa jovencita, tomándola de la cintura la atrajo lo mas que podía a el, las caricias subían de tono, Camilo ya le besaba el cuello inquietando mas a Natalia, que comenzaba a sentirse extraña.

-vamos a mi departamento que ahora también es tuyo, ven acompáñame mi amor-Natalia pensó que ahora que era su novia no se podía negar, así que se preparo para salir del auto cuando sonó su celular, lo tomo era un mensaje de su padre que le pedía que volviera, que no lo preocupara mas.

-no voy a regresar, vamos a tu casa Camilo-convencida por las palabras del chofer, ahora era ella la que se vengaría de su padre por no ponerle atención, y lo haría revolcándose con el chofer, pero el viejo zorro no era tonto, así que le dijo.

-mejor volvemos, tu padre está muy preocupado y además mañana debes ir a la escuela, no quiero que mi zorrita pierda clases ¡jejeje!-encendiendo el carro, al viejo le costaba mucho dejar pasar la oportunidad de encamarse a la gemela, ella por su parte se sintió bien con el hecho de que el viejo le demostrara, que no solo quería sexo, equivocadamente sintió como había llegado a su vida una persona que si la valoraba y se preocupaba, comenzó a sentirse bien en la compañía del chofer.

-como tú quieras, mi..mi..amor-nerviosa por primera vez le decía mi amor a alguien, y no es que estuviera enamorada solo sintió que lo debía decir.

Así termino ese día tan agotado para Ingrid, que dormía apaciblemente en su cama, mientras que Karina no se movía de ese catre maltrecho, le dolía todo el trasero y lloraba amargamente en silencio, nunca pensó terminar así en un lugar deplorable, con un sádico maldito.

El teléfono celular de Natalia sonaba despertando a la chica, el día comenzaba y debía ir a la escuela, creyendo que era un mensaje de su tía lo tomo rápido, pero estaba muy equivocada.

-COMO AMANECISTE, ESPERO QUE AYAS DESCANSADO, TE ESPERO EN EL CARRO PARA LLEVARTE A LA ESCUELA, CON AMOR CAMILO-el viejo estaba decidido a llevarse a la chiquilla para que viviera con el cómo su mujer y le estaba funcionando, ya que Natalia sintió que el viejo era muy amable al preguntarle esas cosas, nadie lo había hecho nunca.

-si Mireya tiene novio de barrio, yo tengo a mi novio Camilo, ¡jijiji! Mi novio es un viejo, lo bueno que es secreto, porque es feo-se decía la chica peinándose en el espejo, por alguna razón se sentía feliz, fue a su guardarropa tomando un pantalón de mezclilla, recordó la ropa que el viejo le había comprado, aventó el pantalón y abriendo el otro lado del closet, ahí estaban todos los vestidos, tomo uno amarillo floreado muy primaveral, ceñido de arriba con una falda de vuelo abajo, después tomo una de las tangas que le habían comprado, (esas nunca las había usado) sus nalgas se las comieron enseguida, después se puso el sujetador que era el acompañante de la tanga, por último se coloco en sus pies unas coquetas sandalias, que se sujetaban con florecitas, estaba lista para ir a la escuela.

-ya ves Camilo, si eres bueno tendrás tu premio-era asombroso ver a la chiquilla, que rápidamente había olvidado que ese mismo señor la había violado y chantajeado meses atrás, pero como dicen la soledad es mala consejera, la inocente chica se convencía más que hacia lo correcto, debía tener a Camilo de buen humor si quería un buen amigo.

En la mesa Mireya y Rebeca jugaban a darse golpes en los brazos por hacen los hombres, ellas ya se llevaban de maravilla, las dos parecían chicas de barrio todas pintarrajeadas de los labios y ojos de color negro, a Mireya le quedaba bien pero a Rebeca el maquillaje la hacía ver más vulgar.

-¡Pendeja, me dolió!-Dijo Mireya dándole otro golpe -¡ni aguantas nada pendeja!-Rebeca contesto el insulto y los golpes dándole otro más fuerte, Ricardo rápidamente volteo a verlas para regañarlas.

-¡niñas que están diciendo, no vuelvan a decir majaderías en la mesa!-grito el señor, a la vez le daba gusto ver a su hija curada de la pérdida de su madre, bajo Natalia a desayunar y su padre la miro sonriente ella le devolvió la sonrisa.

-que linda mi niña, como estas Natalia-pregunto el señor.

-¡de maravilla papa!-esa fue la fue la mejor contestación que pudo escuchar el hombre de la casa, Ingrid había convertido a sus deprimidas hijas en unas chicas normales, risueñas juguetonas, muy distintas a cómo eran antes, complacido debía premiar a su mujer.

Las chicas salieron a la escuela, pero Ricardo espero un momento debía hablar con su esposa a solas.

-Ingrid, sabes que eres lo mas importante en mi vida ¿verdad?-Ricardo estaba muy serio, la señora pensó que ya se había enterado de lo de Natalia, pero decidió esperar ella lo negaría todo.

-si lo sé, pero a qué viene esto mi amor-pregunto la señora nerviosa.

-has hecho que mis pequeñas sean otras y estoy feliz por eso,  pasaste la prueba más rápido de lo que creí, por eso he decidido incluirte en mi testamento, estoy convencido de que si yo faltara seguirías llevando a mis hijas por el buen camino, te amo mi amor-Ingrid no lo podía creer, estaba en shock, lo que más quería en la vida era el dinero y se lo estaban ofreciendo, era el día más feliz de su vida, abrazo a su esposo con todas sus fuerzas.

-mi amor, yo no sé qué decir, te amo y cuando lo harás, dime cuando-Ricardo le avisaba que lo más rápido posible las incluiría a ella y a su hija por partes iguales, o sea  50/50 esto lo hacía porque también se sentía mal por el engaño con la ratona, a Ingrid no le gusto solo la mitad pero debía conformarse por ahora.

-conseguiste el 50% pero falta más, vamos Ingrid tu puedes, Ricardo te voy a dejar en la calle y tus hijas tendrán que putear para salir adelante ¡jajajaja!-no había nada que la detuviera, faltaba el último clavo en el ataúd y tenía el nombre de Mireya.

Las chicas llegaban a la escuela, Rebeca como siempre al bachiller y las gemelas a la universidad, antes de llegar al su salón Natalia recibía otro mensaje.

-TE VOY A EXTRAÑAR MUCHO, NO VAYAS A ENAMORAR A ALGUN MUCHACHO CON ESE VESTIDO, RECUERDA QUE ERES MI NOVIA, OJALA Y ESTUBIERAS AQUÍ CONMIGO PARA CHARLAR TODA LA MAÑANA-Natalia parada en la entrada del salón miro hacia la calle, el carro de Camilo seguía ahí y si se sentía tan solo como ella, quería compañía tanto como ella la deseaba-al diablo la escuela, hoy me saldré para platicar con Camilo-se dijo y salió corriendo en busca del chofer, que veía como se acercaba al carro.

 -muy bien sabia que vendrías, prepárate porque hoy te preño, dejare dentro de ti a nuestro primogénito, pequeña Naty-la chica se acerco tocando la ventana, Camilo se hizo el sorprendido.

-hoy no quiero ir a la escuela, ¿a dónde vamos?-Camilo le dijo que a su casa, y la chica pensó que a tener sexo, pero el viejo le comento que no le gustaría que la juzgaran por salir con un hombre mayor y su casa era un lugar intimo, también le dijo que era un gran cocinero y quería que la jovencita probara sus huevos rancheros, sin más convenció a Natalia de que lo acompañara, total solo comerían y platicarían.

El trayecto fue normal, Camilo le preguntaba cosas y ella se las contestaba, se conocían, ya que a pesar de haber cogido, no sabían muchas cosas el uno del otro, la chiquilla alegre por fin sacaba todo lo que tenia dentro, el viejo le recordaba sus visitas en la noche pero sin profundizar, y ella le decía que ya no tomaba esas pastillas que ya no las necesitaba, una plática amena se daba entre esas dos distintas personas.

Mireya por su parte, ya tenía varios amigos que le hablaban, por distinguirse en ese estilo gótico se veía muy bien en esas ropas negras, que hacían contraste con su piel blanca, se dio cuenta que sus amigos eran hombres, rodeada de todos ellos que atentos escuchaban sus comentarios y reían con sus tonterías, en la mente de todos estaba la idea de invitarla a salir, pero la chica se veía muy amenazante y no se atrevían, algunas veces y cuando les pedía algo enseguida iba por lo que la chica les dijera o se le antojara, se sentía como una princesa los consejos de Ingrid le ayudaron mucho.

-mírala, si parece una puta cualquiera en medio de todos los chamacos, solo me hace desearla más-decía el profesor Guillermo, sobándose la verga desde el cuarto donde guardaban los balones.

-si mi buen memo, pero debemos ir despacio, con estas fotos la cogeremos, esa puta se arrepentirá de poner caliente a toda la escuela-el profesor Benito calmaba al otro dándole palmadas en la espalda, pero Guillermo seguía con esa actitud como de querer violar a Mireya, que en estos momentos platicaba justo en medio de una bola de cuatro chavos, ya que otros dos habían ido a comprarle un jugo para el calor.

-mira a la otra gemela como se sube al carro de su chofer, por ahí dicen que ese cabron se la anda cogiendo es un hijo de la chingada, si él puede nosotros también ¿no crees?-Benito y memo miraban como Natalia subía al carro y se iba de la escuela.

-por ahí dicen que las gemelas, no solo se parecen por fuera sino también por dentro ¿y si nos cogemos a las dos juntas?-Benito escucho lo que quería escuchar desde hace mucho, una sonrisa se le dibujo en el rostro.

-¡jejeje! Por fin me entendiste mi querido amigo, una tu y una yo ¡jejejeje! Y ya se como le vamos a hacer preparare todo, nos las cogeremos en mi casa, que te parece-Benito no solo se quería coger a Mireya, pero necesitaba que el otro profesor lo ayudara y por fin quedaban de acuerdo.

-eres un viejo mal parido Benito, pero no tardes porque si no soy capaz de secuestrar y violar a la Mireyita-contesto el viejo, así Benito se alejo tenia clase y no quería llegar tarde.

-¡jajaja! Camilo eres muy ocurrente, nunca imagine que fueras tan gracioso-Natalia en la sala de Camilo reía, recordó que antes ese departamento estaba todo tirado y sucio, pero ahora era distinto si bien no estaba reluciente si estaba recogido.

-¡jajaja! Es que tú me haces decir tonterías canija chamaca, tu belleza no tiene límites-diciendo esto la tomo de la cintura y comenzó a besarla, al principio ella se resistió un poco pero recordando que el viejo era su novio secreto y lo dejo.

Camilo ya recorría toda la cintura, acariciando a la jovencita que seguía pegada a él, este con la otra mano le acariciaba la espalda, la chica sentía el olor a comida que entraba directo a su boca, este viejo no conocía el cepillo de dientes pero poco a poco el sabor de las bocas se convino, y ella lo besaba con mas frenesí, Natalia sintió que el viejo ahora le sobaba sus piernas, le apretaba los muslos sintiendo esa piel suave, Camilo subía la mano llevándose el vestido hasta casi la cintura, por momentos se separaban los labios para besarse mutuamente los cuellos y orejas, el aroma a perfume fino llegaba a la nariz del chofer, mientras que Natalia sentía un sabor a sal, que procedía del cuello de su ahora novio secreto

-mamasota, estas bien sabrosa Natalia-le decía manoseando todo su cuerpo, la chica sintió que no debía estar en la casa de ese señor, si bien le dijo que se preocuparía por ella no estaba bien que se entregara por esa razón.

-es..espere, Camilo so..solo veníamos a platicar, por favor espere-pero Camilo no se detenía al contrario la tocaba con mas deseo, Natalia sintió que la mano subía por sus delgados muslos y le trataba de abrir sus piernas, que las apretaba para que no lo pudiera conseguir, pero el viejo era más fuerte y más mañoso.

-ahora eres mi chica canija, así que te debes dejar tocar tus cositas, ¡vamos ábreme las piernas!-Natalia se negaba, el viejo la tenia bien abrazada sentada en el sillón no la dejaba separarse, Camilo lamia el cuello sin parar sintiendo como la chica se estremecía con todo lo que le hacía.

-Hoy no por favor, le prometo que mañana me acostare con usted, pero ahora no-le decía la chica temblando, sintiendo que perdería el control si no lo paraba ahora, el cierre del vestido bajaba Natalia lo sintió más flojo, Camilo molesto por la actitud la tomo del mentón diciéndole.

-te lo digo de una vez por todas ¡tu no me vas a decir cuando sí y cuando no! Así que párate y desnúdate poco a poco delante de mi ¡apúrate que no tenemos todo el día!-Camilo cambio de actitud, ya estaba rato de que la chica siempre quisiera mandarlo, ya una vez lo dejo por su tía y no se lo permitiría mas.

-pe..pero usted dijo, que…que no me…me obligaría, que sería cuando yo quisiera ¡y ahora no quiero!-Natalia se lo dijo casi gritando, el viejo la separo aventándola en el sillón, todo lo bueno y paciente con ella se esfumo, ahora si estaba molesto.

-¡que te dije que te encueres!-diciendo esto la volteo para bajar el sierre del vestido, la chica pataleo un poco pero el viejo le bajo los tirantes y le retiro el vestido de un solo tirón, dejando a la chica en interiores.

-¡no, no, don Camilo usted dijo otra cosa, no! ¡yo acepte ser su novia si me trataba bien! ¡es un mentiroso!-le grito con la cara metida en el cojín del sillón, el viejo le tenía la mano en la espalda, mientras que con la otra se desabrochaba los pantalones y se quitaba la camisa.

-¡tu eres mi vieja, desde el día en que te la metí por la cola! ¡no entiendes que nadie te quiere! ¡ni la pendeja de tu hermana! ¡ahora quiere más a la gorda de Rebeca que a ti! ¡y tu papito quiere más a tu madrastra! ¡que no te das cuenta que estarás sola si no me complaces! ¡así que te voy a coger, quieras o no canija!-para Natalia esas palabras fueron directo a su corazón, que sintió que se le partió en muchos pedazos, era verdad lo que decía el viejo, estaba sola no tenía a nadie más que a él, una pequeña lagrima cayo, no tenía otra salida debía complacer a su macho.

-eso así quietecita, déjame lamerte entera mamasota-el viejo hincado justo delante de ella, comenzó a lamer todo su cuerpo, piernas, brazos, hombros, nalgas, manos, cara, vientre, la lengua pasaba sin cesar por el blanco cuerpo, que estaba paralizado con lagrimas en los ojos, Natalia sentía asco y comprendió que había venido al mundo a complacer al viejo chofer, una y otra vez las crudas palabras que Camilo le dijo hace un momento, la golpeaban en la cabeza.

La chica sintió que le zafaban el sujetador y la tanga, hace unas horas cuando se levanto creía que hacia lo correcto en complacer al viejo llevando lo que le compro, ahora se arrepentía pero aun así sentía que su padre y su hermana era peores, que el hombre que la lengüeteaba dejándola toda babeada.

-levántate y chúpame la verga Naty-Natalia obedeció al instante se levanto y se hinco enfrente del viejo, mirándolo seguía pensando en que tenía razón, ella debía complacerlo para tenerlo a su lado, no quería estar sola mirando como los demás tenia a alguien.

Natalia tomo la verga y la comenzó a besar con pequeños besos, sabía que al viejo le gustaría, después lamio la punta roja de esa verga que se erguía para ella, movía la lengua dando círculos llevándose el liquido pre-seminal, Camilo con las manos en la cintura miraba que la chica había aprendido bien como mamar su verga, ya que era la única que había probado en su vida.

-¡que esperas para meterla en tu boca! ¡no olvides masajearme los huevos! ¡y mírame cuando me la mames!-la chica se metió en su boca toda la cabeza mientras lo miraba, su mano derecha le tomo los huevos y los acaricio, Camilo la miraba desde arriba, los ojos azules de Natalia ya no soltaban mas lagrimas, en su barbilla se le comenzaba a ver saliva que por lo mismo de meterse mas y mas esa verga, salían sin control resbalando por su cuello.

-¡aaaaahhhhhh! ¡que rica boquita, aaaahhhhhh! ¡así complace a tu novio jejeje!-Natalia mamaba sin parar, mientras una mano sobaba los huevos la otra lo masturbaba.

el viejo con el rostro mirando al techo, tomo el cabello de la chica sujetándolo como se le quisiera hacer una coleta, la guiaba en su mamada mientras la chica no hacia más que lamer y lamer, Camilo la noto algo extraña, le pareció como si ella no estuviera ahí, como si se tratara de una prostituta que no tiene más remedio que obedecer para cobrar.

Camilo le comenzó a coger la boca de forma rápida, la chica que ya se la había mamado antes, sabía que no debía meter los dientes o podría dañar al señor, hacia grandes esfuerzos para mantener la mamada solo con los labios y lengua pero era difícil, el viejo se la metía casi hasta la garganta para después sacársela casi toda y volvérsela a meter, por momentos se la sacaba y la restregaba en la carita, embarrándola mas y mas de babas.

-ponte en cuatro, te quiero coger así-¡SPLASH! Se escucho tremenda nalgada que a la chica le dolió horrible, colocándose en la posición perruna que le habían dicho.

-ahora sí, ahí te voy Naty-el viejo se coloco atrás de ella embarrándose la mano de babas, se la paso por su rajita Natalia solo esperaba.

-¡nnnnggghhhh!  ¡aaaahhhhh!-solo dijo eso cuando el viejo la penetro y se comenzó a mover dentro de ella, la tenia bien afianzada de las nalgas, los gemidos de la chica subían con cada arremetida, el viejo sudaba como cerdo en chiquero, la chica soportaba con ligeros gemidos.

El viejo ya le metía un dedo en el ano siguiendo el ritmo de sus propias cogidas, Natalia abajo paraba mas la cola, el dedo entraba mas y mas en su pequeño agujerito, en otras circunstancias trataría de detener ese dedo invasor, pero ahora debía complacer a su hombre.

La cogida seguía sin parar, Camilo se satisfacía con ese cuerpo que le habían concedido y que él se había encargado de hacerlo suyo, la puchita se lubricaba con cada metida, el plof plof de los cuerpos se escuchaban firmes, Natalia también comenzó a sentir el deseo de ser penetrada por ese señor que le había enseñado tanto de los placeres carnales, entonces el viejo se la saco diciendo.

-vamos a la cama, te quiero seguir cogiendo ahí-ella sin decir palabra se levanto y fue directo al cuarto, para seguir siendo un objeto de placer para el viejo chofer.

Camilo sintió algo extraña a la chica no era normal esa actitud tan sumisa, no protestaba como antes ni decía palabra alguna, solo seguía ordenes que cumplía al pie de la letra, Natalia llego al cuarto el viejo la detuvo abrazándola de la cintura.

-¿Qué te pasa chamaca, porque actúas así? ¿Qué no te gusta?-la chica no sabía porque le preguntaba eso, si ella solo estaba a su disposición como él quería, así que contesto.

-yo…yo solo lo quiero complacer Camilo, eso es todo-el viejo la aventó de nueva cuenta, no le gustaban esas mamadas de actitud, él quería que ella también lo disfrutara.

-pues si me quieres complacer, será mejor que quedes preñada, eso es lo que quiero un hijo tuyo y mío ¿entendiste?-la chica solo asintió con la cabeza, sintiendo como Camilo subía para quedar en medio de sus piernas y comenzar a metérsela nuevamente, ella solo lo abrazo el ancho cuerpo tapaba el esbelto y bien formado cuerpo.

¡aaaaahhhh! ¡aaahhhhh!-se escuchaban los gemidos de Natalia, que se movía como al viejo le gustaba, mientras que él le devoraba la boca y le apretaba los senos para después lamerlos y chuparlos, la chica se comía a besos la boca de su ahora macho, los cuerpos se movían rítmicamente el de la chica seguía al del hombre, revolcándose en la cama.

¡aaarrgghhhh! ¡dime qué quieres que te preñe! ¡Que quieres vivir aquí para siempre!-gritaba el viejo encima de la chica, que soportaba todo pensando que era mejor darle hijos a ese hombre que vivir sola.

¡aaaahhhh! ¡nnnggghhhh! ¡qui…quiero un be…bebe! ¡un bebe tuyo!-la chica no lo decía solo por decir, en verdad quería quedar preñada por el chofer y escapar con él, al diablo su familia desde hoy Camilo seria su única familia.

Camilo estaba a punto de correrse, las estocadas eran mas y mas fuertes, Natalia sentía que el semen comenzaba a salir, pero el viejo seguía metiendo y sacando su verga, los dos movían las caderas, ninguno se detenía el apareamiento era inevitable.

-¡Camilo dameeeee unnnn hijoooooo!-grito la chica, sintiendo el semen entrar en ella, abrazando al viejo con sus brazos y piernas, no dejo que se separara, el sudor hacia pegajosos a los dos cuerpos, que sudorosos se quedaron quietos, el viejo se quería separar pero ella no lo dejo.

-no todavía no, en verdad quiero el bebe-Camilo como loco la comenzó a besar, la chica le declaraba que por todos los medios, deseaba quedar preñada de su chofer.

 Eran casi la una de la tarde, cuando los dos amantes se vestían, el viejo no podía creer que se había cogido a tan linda señorita, se le hacía difícil pensar que pudiera quedar preñada, pero con un poco de suerte lo estaría, Natalia por su parte se subía el sierre del vestido, ante la mirada del viejo que ya estaba listo para salir.

-si quedo embarazada, se hará cargo de mi…de nuestro hijo-Camilo de momento no supo que contestar, el creyó que la chica lo dijo solo por calentura.

-claro, un hijo es lo que más quiero en la vida, y más si tu eres la madre, no te dejare sola eres mi mujer y por fin te comportas como una-escuchando eso la chica salió del carro, pues ya habían llegado a la entrada de la universidad, unos minutos más tarde llego Rebeca platicando nuevamente con Mireya.

 -ya sabes este fin de semana quiero lejos a mi esposo, dile lo que quieras pero no deben llegar todo el fin de semana, ¡entiendes chamaca!-en la esquina del residencial, la ratona e Ingrid platicaban, a Sandra rápidamente se le había olvidado que Mireya era su amiga, la razón era porque Ricardo le daba todo lo que ella algún día deseo, incluso tenia días sin pararse por la colonia a ver a sus amigos.

-si señora, ya sé lo que le voy a decir, no se preocupe-tal vez para algunos sería horrible traicionar a un amigo que te ha dado la mano, pero la necesidad de Sandra por ya no regresar a ser pobre, se comparaba a la de Natalia por sentirse valorada y amada por su familia, y eso era más fuerte que todas las amistades que pudiera tener.

-Ricardo mi amor, nunca he visto el mar, me gustaría tanto que me llevaras, por favor llévame a conocer la playa-Sandra se lo pedía deseosa, el señor la miraba acostada en la cama platicando con él, Ricardo tenia días cogiendo con ella, ese cuerpo delgado y tierno lo había embrujado y si su muñeca quería ir al mar, el se lo concedería.

-está bien, pero tendrá que ser en vacaciones, espera a que mis hijas salgan y todos iremos, ¿Qué te parece?-a Sandra no le gusto, para eso faltaba un poco de tiempo, he Ingrid le dijo que debía distraerlo este fin de semana, haciendo una rabieta contesto.

-¡pero yo quiero ir este fin de semana! ¡no te importo nada! ¡ya no quiero ir, no quiero!-Sandra no era así de consentida, todo era actuado y sabia que Ricardo la complacería si hacia eso, la chica dándole la espalda se reía, porque el señor enseguida comenzó a acariciar esa espalda desnuda que tanto le gustaba.

-no mi niña no te pongas así, yo te llevare lo prometo, si mi niña quiere ir a la playa pues ira mañana mismo salimos, ya veré que le digo a Ingrid-Sandra en unos pocos días había domado al señor, la chica volvió a girar abrazándolo y llenándolo de besos.

-¡de verdad, gracias mi amor, gracias!-la chica lo besaba afanosamente y Ricardo tenía en su cara una sonrisa de tonto, se sentía joven al lado de esa señorita, que por cambiar de vida se veía más linda que antes.

-no creas que por tus berrinchitos me convenciste, quiero que me prometas que vas a estudiar muy duro, para terminar lo más rápido posible la secundaria y poderte meter al bachiller abierto, debes ser una jovencita muy preparada como lo era….-el señor se quedo callado acariciando el cabello de la ratona, que se levanto y se subió al fuerte pecho del señor del Valle.

-¿Cómo lo era quien, tu esposa? ¿en verdad me parezco tanto a ella? ¿y ella cogía igual que yo, o soy mejor que ella?-la chica preguntaba trepada en el hombre, que no le gustaba que fuera tan vulgar, ni siquiera Ingrid a quien había conocido en un congal hablaba con groserías, y eso le atrajo de ella, debía transformar a la ratona lo más rápido posible, pues se la quería quedar por mucho tiempo.

-ya te he dicho que no hables así, se dice sexo Sandra y si tu eres la mejor, incluso mejor que Ingrid-el señor se lo decía para tenerla contenta, era obvio que Ingrid era la diosa del sexo, Ricardo sabia que la reprimía mucho, pues si la dejaba hacerlo como a ella le gustaba, no estaba seguro si le diera el ancho como compañero sexual, lo que no sabía es que Ingrid se bajaba el calor con su macho y antiguo proxeneta.

 -¡coger, coger, coger, coger! ¡si voy a ir a la playa, por fin conoceré el mar!-grito la ratona jugando y bajando de la cama desnuda, se debía comportar como niña mimada pues veía en el rostro la satisfacción de su hombre, la chica fingía muy bien pues Ricardo con veía satisfacción, como Sandra cambiaba su actitud de vaga sin oficio ni beneficio, a una chica más normal como había sucedido con su Ingrid, que tonto era.

Ricardo le comunicaba a Ingrid, que debía salir en un viaje de trabajo y por más que Ingrid insistió en ir él se negó, diciendo que solo se aburriría, la señora ya sabía que su esposo se llevaría a Sandra al mar porque la chica le mando un mensaje antes, solo era que le gustaba poner nervioso a su maridito.

-Mama ya estamos en el testamento, ya déjala en paz, mira a la pobre Natalia no sale de su cuarto, ese viejo de Camilo quien sabe que tanto le hace, leí su diario y solo tiene cosas de él, si llevas a Mireya con ese señor la vas a traumar, ya deja a mi hermana en paz-Rebeca solo leyó el diario rápidamente, pues en él estaba escrito todo lo que Camilo le hacía a Natalia, y aunque ella no sentía nada por la chica, estos dos últimos días miro un cambio en su actitud, más distante mas metida en sus cosas, Natalia era otra.

-¡pero qué carajo estás diciendo chamaca! ¡Tú no me vas a decir que hacer! Ya tengo todo listo, y si te metes te juro que nunca te daré dinero, para la liposucción y las demás operaciones que según tú necesitas ¡que no recuerdas como te insultaban antes! ¡Porque si ya se te olvido, entonces eres igual de tonta que ellas!-Ingrid casi nunca se enojaba de esa manera, pero al ver que su hija se preocupaba por sus hermanas la regaño, esto no debía pasar su hija siempre debía apoyarla.

-perdón hija, lo siento, pero estoy segura de que si ellas tuvieran la oportunidad, te harían cosas más feas, todo esto lo hago por ti, para que no te preocupes por tu futuro-así la señora convenció a Rebeca de que no se metiera, y la chica no muy convencida salió a su cuarto.

Al pasar por la alcoba de Natalia la miro sentada en la cama sola, el destello de felicidad de hace algunos días se había esfumado rápidamente, lo que no vio porque Natalia estaba de espaldas, es que la gemela tenía en sus manos una prueba de embarazo, y no es que estuviera triste por lo que le hacía Camilo, estaba nerviosa y si estaba embarazada como demonios se dejo preñar por el viejo, no sabía qué hacer, tenía miedo del resultado que arrojara la prueba.

-¿Natalia, te encuentras bien?-Rebeca pregunto desde el pasillo, Natalia se sorprendió de que la gorda le hablara, sin más se levanto, dejo debajo de la cama la prueba, camino hacia la puerta y solo dijo.

-si estoy bien gra..gracias-serrándole prácticamente la puerta en la cara, no quería hablar con nadie solo quería estar sola y nada más.

Llego el jueves y con él una nueva treta de Ingrid, que despedía a su amado esposo que salía a un viaje de trabajo y ese trabajo se llamaba la ratona, una vez que el carro se alejo dio comienzo a su nuevo plan.

-Mireya quiero hablar contigo de algo muy importante, ven vamos a mi cuarto-la chica la siguió de inmediato, seguro le daría un consejo de esos que solo ella podía dar.

-no sé como decírtelo, pero será mejor que lo veas-Ingrid busco en su celular el video que había tomado unos días atrás, y se lo paso a Mireya para que lo viera.

-¡no, eso no puede ser, no el no!-Mireya termino de ver el video, en la escena aparecía el Goku despidiéndose de una chica, que en sus brazos tenía un niño de más o menos un año, en ella el joven le daba un beso y le dejaba dinero, Eduardo era casado o al menos tenía un hijo con otra.

-¡si es verdad, el te engaña, tiene a su mujer y vive con ella! Lo siento pero te lo tenía que decir ¡nadie se burlara de mis niñas, nadie!-Mireya se sentó en la cama llorando, no lo podía creer, su primer amor era un mentiroso y repugnante chico, que le había mentido descaradamente.

-necesito verlo, necesito escucharlo de su propia boca-Ingrid acepto ir con ella y encarar al maldito.

Así llegaron a la casa que salía en el video, Mireya toco la puerta y salió una chica de nombre Yesica, que les pregunto qué querían, Mireya miro dentro de la casa y ahí se encontraba su novio, ese chico ya tenía familia y ella que lo quería tanto, comprobó que la había engañado el goku volteo hacia ella y en cuanto la vio, salió corriendo de la casa llevándose con él a la chica.

-Mireya déjame explicarte, es mi prima, estoy en la casa de mi tía, solo vine a comer-le decía el joven excusándose, Mireya estaba como loca.

-¡no, es tu mujer! ¡pero qué tonta fui! ¡eso me pasa por andar con una persona como tú! ¡pero no esto no se queda así! ¡ya no te quiero ver! ¡no me vuelvas a molestar por el resto de tu vida!-la chica salió corriendo al carro donde se encontraba Ingrid, llorando con rabia, se abrazo a su mama mirando como la chica Yesica le reclamaba al goku su infidelidad, el chico la metió a su casa, Ingrid arranco el carro.

-tu sabias y no me dijiste porque, porque no me dijiste Rebeca, creí que éramos hermanas-Mireya le reclamaba a la gorda que no sabía que decir.

-no, la culpa la tiene ese maldito que se quiso pasar de listo, pero qué bueno que lo vi, ya no te hará daño-Ingrid sujetaba fuerte a Mireya que lloraba, su primer amor la traiciono de una manera vil para ella, que se fue a encerrar a su cuarto.

Todo el jueves y viernes Mireya se la paso llorando, Natalia escuchaba el alboroto de su hermana y no le importaba, ella una vez más tenía problemas más serios y nadie se preocupaba por ella, Ingrid dejo que la chica llorara lo que quisiera.

-Mireya ya te deje llorar, ahora es momento de levantarte y divertirte, la vida sigue y ese chico no vale tus lagrimas, así que al rato nos iremos de fiesta a un lugar, tu y yo solitas ¿Qué dices vamos?-la señora se escuchaba preocupada pero  no por Mireya, el tiempo se le agotaba y era ahora o nunca.

-snif, snif, tu cre…crees que…que con…eso me sentiré mejor Ingrid-Mireya estaba agradecida con su madre por abrirle los ojos, en su celular tenía muchas llamadas del goku que no contestaba, secándose las lagrimas escucho a su mama.

-claro, una buena fiesta es lo que necesitas y ya sé donde la encontraremos, así que al rato dejamos a tus hermanas y salimos a divertirnos, recuerda el alcohol cura todo, ya lo veras-y así quedaron, el día avanzaba para darle paso a la noche que estaba fresca y lista para las dos fiesteras.

-no nos esperen, Camilo las cuidara para lo que necesiten, llegaremos tarde Rebeca si habla tu padre, dile que ya estamos durmiendo, nos vemos-madre e hija salían, el plan de Ingrid salió a la perfección.       

En ese mismo momento en otro lugar, la ratona no podía dormir se sentía mal y no sabía porque, si estaban en la playa hace un día que habían llegado y descansaban de pasear, todo el día entre la arena.

-que te pasa Sandra, porque te mueves tanto-pregunto Ricardo, que dormía a un lado de ella.

-no lo sé, desde que salimos me siento así con dolor de panza, ha de ser por el viaje, no estoy acostumbrada-le dijo eso porque así como era Ricardo, seguramente la llevaría al doctor y se perdería del viaje.

-espera voy por unas pastillas a la recepción, o a pedir que compren algo para el dolor no tardo-Ricardo se levanto y salió de cuarto, la ratona no aguantaba los cólicos, así que se levanto al baño.

Ingrid manejaba rumbo a las afueras de la ciudad con su hijastra, que todavía se sentía mal por lo del goku, Ingrid llevaba puesto un vestido entallado color rojo, el cual se podía ver (si ponías atención) que no llevaba ropa interior ni arriba ni abajo, con unas zapatillas altas de tacón de aguja del mismo color, la señora mostraba sus formas con todo su esplendor, las grandes chichis se movían por doquier cuando pasaba un tope, mientras que Mireya llevaba puesta una falda de tablas blanca y una blusa café, que se ajustaba a su cuerpo, con unas botas del mismo color que la blusa que le llegaban a la rodilla, las dos muy bien maquilladas llegaban al lugar, donde desde afuera se escuchaba el ambiente.

 -hola Rogelio, ¿como está la noche?-el tipo que resguardaba la entrada era un señor como de 50 años, alto, con unos brazos fornidos, aunque con algo de panza, tenía una diadema para comunicarse con los otros que estaban adentro.

-muy buena como siempre mamasota, ¿esta es la chica?-pregunto volteando a ver a Mireya, que lo saludo como normalmente lo hacen la chicas bien educadas.

-si es ella, ¿verdad que es linda?-Ingrid platicaba con él, como si lo conociera de años.

-sí pero lo lamento, con esa ropa no puede entrar, lo siento mucho-el tipo les negó la entrada, a lo que Ingrid le rogaba que las dejara que hiciera una acepción, a lo que el tipo contesto.

-pues mira, por esas escaleras se sube a los camerinos de las personas que se vienen a presentar, ahí tenemos muchos vestidos apropiados, te daré la llave y que se cambie, después salen por la misma puerta y las dejo entrar, ¿Qué te parece?-Ingrid presurosa acepto la idea sin preguntarle a Mireya, que se encontraba varios pasos más atrás.

-sígueme Mireya, rápido por aquí-Ingrid jalaba a la chica que le preguntaba a donde iban, subiendo las escaleras entraron a la parte de arriba, donde había un sin fin de percheros llenos de ropa entre disfraces y trajes de baile, Ingrid se dirigió a la sección de vestidos.

-toma uno y cámbiate, que no te dejan entrar así como estas-Mireya que se sentía extraña se arrepentía de haber salido, no estaba de humor, se quería regresar.

-pero mama es mejor que regresemos, no me siento de humor, además estos vestidos están muy raros y no me gusta ninguno, mejor vámonos-la señora se molesto pero no lo demostró, al contrario tomo un vestido color dorado muy parecido al suyo, solo que este no tenia tirantes, y a los lados tenía dos cierres grandes, que servían para que los dos lados se sostuvieran.

-recuerda que me prometiste que te divertirías, toma este te quedara bien y estas zapatillas combinan, te veras hermosa mi amor, ese goku no merecía a tan linda mujer, poseedora de un cuerpazo, anda póntelo confía en mí-Mireya que se había vuelto vanidosa lo tomo, era cierto lo que decía Ingrid se vería sensacional –maldito Eduardo, mira de lo que te perdiste-pensaba mientras se quitaba su ropa y se ponía el vestido que le quedo cortísimo, pero bien ajustado a sus formas de jovencita, las zapatillas las sintió muy altas casi como las que traía Ingrid, solo que estas solo tenían una correa de diamantes falsos justo arriba de los dedos y una correa dorada en los tobillos, se miro al espejo y no se veía del todo bien.

-Ingrid no me queda, se me marcan las pantaletas y el sujetador se me ve, no puedo salir así-la chica salió para que Ingrid la viera, la señora enseguida le sonrió acercándose y volteando a la chica.

-es que estos vestidos van así mira-tomando el sujetador lo desabrocho, Mireya quiso detenerla pero la señora ya se lo arrebataba de su cuerpo, lo único que hizo fue subirse el vestido de la parte de enfrente, para que no la viera.

-también quítate estas-Ingrid se agacho detrás de ella y metiendo sus manos dentro del vestido, le bajo los calzones rápidamente que cuando Mireya reacciono ya los tenía en los tobillos, la señora aprovecho para olfatear las nalgas de su hijastra, el aroma le pareció cautivador, a hembra virgen.

-¡Ingrid no yo no puedo salir, sin interiores! ¡eso no!-Mireya quería que se los devolviera, pero Ingrid se resistía, así que para calmar a la chica dijo.

-mira, yo tampoco traigo nada ni abajo, ni arriba, estos vestidos se usan así, además ya eres una mujer ¿no Mireya? Solo las niñas siempre usan calzones, a veces a las mayores se nos olvida ponernos ropa interior, solo cuida la forma en que te sientas y listo, no pasa nada-Ingrid se descubrió la parte de arriba, mostrándole a la chica sus senos con pezones grandes y cafés, después se levanto la falda de lado mostrando que tampoco traía calzones, la chica abrió tremendos ojos, al ver que la señora se le exponía sin ningún pudor.

-está bien, está bien, que pena, te vi los pechos-así bajaron la tonta de Mireya le hacía caso en todo, el tipo de la puerta las vio, si bien Ingrid era un mujeron una hembra totalmente montable, la chica no tenia nombre, esa figurita delgada de piel blanca, sumada a esos ojos verdes muy bien maquillados y esa boca de color rojo encendido, opacaba las grandes tetas y el culote de la señora, que sintió un poco de envidia.

En otro lado, Natalia tomaba la prueba de embarazo, por fin se decidía a saber si el viejo la preño, en la oscuridad llegaba al baño de su cuarto y orinaba encima de la prueba, si salía color azul seguro ya tenía creciendo, a una personita dentro de ella.

Pero no estaba sola como ella creía, ya que en otro lugar, la ratona perspicaz como era, llegaba al botiquín que tenían todos los baños del lujoso hotel, donde se hospedaba con Ricardo, tomando otra prueba de embarazo, también se disponía a orinar encima, pero a diferencia de la gemela, ella deseaba con todas sus fuerzas que tuviera otra vida creciendo dentro de ella, en lo que orinaba veía las instrucciones, si salía azul el embarazo era inminente.

 Mireya entraba al lugar, y lo primero que se fijo fue que todas las chicas iban vestidas igual que ella con vestidos pegados, fijando la vista le pareció que tampoco traían ropa interior, al igual que miro que casi todos los hombres que se encontraban ahí, eran de edad avanzada entre 45 y 55 años, pero también había uno que otro jovencito, sintió la mano de Ingrid que la guiaba a una mesa hasta el fondo del lugar para sentarse y pedir una copa, enseguida se acercaron dos señores y Mireya reconoció a uno de ellos.

-¡don Manuel, no le diga a mi papa!-fue lo primero que dijo la chica levantándose asustada, el amigo de su padre estaba justo enfrente de ella, nunca pensó encontrárselo ahí.

-una noche mas y otra cogida de campeonato-el viejo pablo cerraba su local, ya era tarde pero se entretuvo más de la cuenta con su nuevo juguete sexual, Karina lloraba dentro de la bodega, seguía amarrada al cuello, como si se tratara de una mascota.

-puedes golpearme todo lo que quieras, prefiero morirme a golpes antes de seguir tu juego maldito, y mis sobrinas no se que les estará haciendo esa mala mujer, ooohhh como pude ser tan tonta, caí tan fácilmente-encogida en el catre mal oliente trataba de soportar el dolor de su cuerpo lastimado, en el suelo había un vaso con agua, unas piezas de pan con queso y unas aspirinas que se tomo antes de acostarse, para esperar las ocurrencias del viejo tendero, que caminaba silbando por la calle, la tonadita de la película KILL BILL.

En el cuarto de baño, sus manos no paraban de temblar, se miraba al espejo, no podía creer lo que sucedía, la prueba de embarazo salía azul, la chica estaba embarazada……………